Madurez Vocacional

I. Introducción

Luego de la etapa escolar, los jóvenes, como parte natural

de su desarrollo, se encuentran con el reto de enfrentar

otros mundos fuera de la escuela y la familia. Siendo

adolescentes, prima en ellos una intensa búsqueda de su

propia identidad tanto como la necesidad de labrarse un

futuro noble y sostenido en el punto focal de todas sus

preocupaciones.

Hasta este momento las decisiones propias no han tenido

una gran importancia. Es recién ahora que el criterio del

adolescente se pone a prueba. Por lo tanto, en esta parte

de la vida suele haber mucha confusión y desosiego,

incluso una mediana angustia por identificar el rol que

nos tienen preparado el destino. Un nudo de

sentimientos encontrados que, por lo urgente que son,

pueden generar malas elecciones en el periodo que les

toca elegir estudiar una carrera superior.

Cuando el estudiante opta por un camino profesional, o

por una ocupación laboral a la que se dedicara en el

futuro, debe pensar en que no solo esta eligiendo una

carrera sino que también está definiendo los trozos de su

propio yo en los próximos 50 años; ¿Quién voy a ser?,

¿Qué voy a hacer y para qué?. En ocasiones es válido

hacerse la pregunta, ¿Para quién lo voy a hacer?

Esta etapa podría denominarse, también la de la

elaboración de un proyecto de vida. Todo lo anterior

debe ser considerado para no tomar una decisión a la

ligera. Cualquier opción profesional requiere

necesariamente de una fase de planificación y debe

culminar cuando se ha obtenido un profundo

conocimiento de lo que se busca en la vida. En otras

palabras, del conocimiento que tengamos de nosotros

mismos y del mundo del trabajo existente en el medio en

el que nos desenvolvemos.

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