Matrialcado

Matriarcado y Matrilinealidad

El matriarcado:

Es un término que se aplica a las sociedades en las que existe una preponderancia de la autoridad femenina en aspectos importantes de la vida privada o pública. Pero no debemos confundirlo con una sociedad opuesta al patriarcado, ya que nunca se ha demostrado que haya existido ninguna sociedad de éste tipo.

No existe acuerdo sobre lo que debe llamarse matriarcado, algunos confunden estos términos con los de matrilinealidad

Matrilinealidad

En la terminología antropológica del parentesco, es un sistema de parentesco que considera parientes sólo a los de la línea materna (uterina) de las generaciones ascendente y descendente de un individuo.

En un sistema matrilineal, el padre y sus parientes no pertenecen a nuestra familia, y en uno matrilineal, tampoco pertenecen a ella la madre y sus parientes. En cualquier caso, la exclusión no suele ser absoluta, y pueden mantenerse ciertos lazos de relación y de solidaridad.

Las sociedades matrilineales son una categoría de sociedades de sistemas de parentesco unilineal mucho menos numerosa que la categoría patrilineal. La escasa proporción de sociedades matrilineales en relación con las patrilineales puede deberse a que muchas veces se produce un desequilibrio o un conflicto entre factores como la tenencia y el trabajo de la tierra (propio de las mujeres) y el principio de autoridad (que desean retener los hombres).

En muchas ocasiones, la matrilinealidad se asocia a pautas de residencia matrilocal. Es decir, que las parejas casadas habitan en la residencia de la madre de la esposa.

Las culturas matrilineales y matricolocales establecen vínculos con otras aldeas no mediante intercambio de esposas (estrategia propia de las sociedades patrilineales), sino mediante el matrimonio con varones de otros grupos domésticos. Ello dificulta la formación de grupos de interés de varones competitivos y belicosos, y reduce el riesgo de guerra, al menos entre aldeas vecinas. Sin embargo, estos pueblos suelen ser muy belicosos contra los enemigos externos.

En la medida en que se consideren unidades menos o más amplias, se puede hablar de familias, linajes, clanes y fratrías matrilineales.

Ejemplos de sociedades matrilineales y matrilocales son las de los indios iroqueses de Nueva York o los hurón de Ontario, que disfrutaban de una gran estabilidad interna pero tenían muchos conflictos contra enemigos externos. Lo mismo sucede con los mundurucu del Amazonas, que no practicaban la guerra ni las agresiones entre sí, pero que se comportaban también con gran belicosidad contra los enemigos de otros pueblos.

Los antropólogos han demostrado la estrecha relación que existe entre la matrilinealidad y la avunculocalidad. Casi todas las sociedades avunculocales son matrilineales. De hecho, cuando se produce la avunculocalidad, los hermanos de la madre y los hijos de la hermana forman el núcleo de la unidad doméstica. Pero, a diferencia de lo que sucede en las sociedades matrilocales, las avunculocales suelen mantener entre sí luchas internas.

Una organización matrilineal, es donde el hijo es identificado en términos de su madre, en lugar que en términos del padre, existen muchas sociedades tribales que se organizan de esta manera.

Así el matriarcado sería una combinación de los factores de matrilinealidad y matrilocalidad, sociedades en las que la mujer estaría a cargo de los bienes de la familia, lo que le otorga a la mujer una fuerte posición dentro de la familia.

Ha habido muchos autores que han estudiado la posible existencia de estas sociedades en la antigüedad, uno de los más importantes en este tena es Juan Sebastian Bachofen. Bachofen considera el matriarcado como estrato cultural anterior al patriarcado, y como matriz fundante de la cultura occidental.

Otros investigadores como Hayes refieres que los núcleos de población prehistóricos se agruparon ante todo alrededor de las madres, pues eran las mujeres las que por su condición más sedentaria cultivaban con sus hijos los campos constituyendo, por tanto el núcleo de la vida social. Nombro aquí también a Pirenne, que decía que “En el grupo humano es sobre todo la madre la que aparece esencialmente como fuente de toda vida, de un modo particular en ese época en que la unión conyugal no existía de modo estable”

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