Profecionalismo

Vocación, profesión y profesionalidad.

Para todo hace falta vocación.

Sin duda para realizar con gusto, entrega una actividad o trabajo hace falta inclinación. Más generalizada la vocación se liga a aptitud-aptitudes, afición y gusto, por más que allá casos de llamado en el que no se encuentre grata la tarea.

Destino, vocación, proyecto de vida, profesión.

El primer y más alto plano para considerar la vocación del destino y sentido de la vida es, exigencia y deber, dar una respuesta de plena realización que debe ser nuestra autorrealización y plena felicidad. Puede concretarse en distintos proyectos de vida y en este se incluye la propia dedicación profesional.

Distingamos las voces de los ecos.

La vocación como tal reviste muy diversas formas manifestada de diversos modos, suena de menor a mayor fuerza, se vocea o susurra, escuchada nítida o confusa, abierta o cifrada. Es de uno o de otro modo como una voz interior.

Vocación, amor, autorrealización, felicidad.

Quien diga sin duda tener vocación sin duda encuentra amor por lo que hace, cuidando la manera de hacerlo lo más excelente, dispuesto, en tiempo, esfuerzo y esmero, ir mas allá de lo exigible. Quien desempeña sus tareas con vocación encuentra en ellas gozo superior de su propia realización personal, encontrando condiciones de ser más feliz.

Entre hacer lo que quiero y querer lo que hago. Entre el “hobby” y la rebeldía.

Hay situaciones profesionales alejadas de la que se siente como vocación, hay situaciones que por su naturaleza no son redimibles, estas pueden convertirse en dar un salto vocacional a un plano superior o liberador a emprender una lucha contra lo injusto que solo deja sentir rebeldía “vocación de esclavo”, es un hecho que para un número muy elevado de personas, entre vocación y profesión se produce una abismal distancia.

El proyecto de vida personal debe de concretarse en realizar nuestra vocación existencial, no necesariamente en un diseño libre y consiente elaborado con carácter previo a su realización, sino que el proyecto que se me da y ante el que mi decisión será la de rechazarlo o aceptarlo, gozarlo, o soportarlo, y hacerlo en virtud o condena.

El trabajo es solo el medio de ganar tiempo para intentar realizarse en el que toman como verdadera vocación. En el campo del hobby se sitúan aquellas mediante las que se dan salida de alguna manera a los verdaderos impulsos vocacionales. Entre vocación y afición puede revestir la condición de profesional y de ocio creativo puramente vocacional.

Profesionalidad: ¿vocación secularizada?

En nuestro mundo secularizado ya no es vocación, más bien profesionalidad y es lo que se espera de quien realiza una actividad profesional destinadas a ofrecer un bien o servicio incluyendo aquellas en las que hasta ahora sea entendido que era precisa la vocación como garantía de calidad en la realización de cometidos correspondientes.

Hay actividades en los que la vocación se requiere de tal modo que sin ella no llegan a realizarse, esta se considera un factor de especiales aspectos de calidad para llevarse a cabo, que sin vocación no solo pueden realizarse sino también realizarse con notable calidad técnica.

De profesionalidad se habla en relación de aquellas actividades para las cuales se requiere una preparación específica en sus componentes y cuya realización pueda realizarse mediante procesos técnicos y reglamentarios. Hay que asegurar la profesionalidad no por no haber vocación

¿Qué es profesionalidad?

Es apelar al rigor técnico, observar las exigencias técnicas, jurídicas y deontológicas a las que debe ajustarse la realización de la actividad correspondiente, una rigurosa preparación científico-técnica para el desempeño de las actividades de que

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