Quien Es Quien

¿Quién es quién?

En una muy reciente entrevista el indígena Lorenzo Muelas, Taita guambiano, quien además fue senador y miembro de la Asamblea Constituyente, dijo sobre Santos que era muy hábil en sus discursos (…) Uribe nos daba garrote, éste nos pela la muela, sonríe (…) Uribe le enseñó a Santos a comprar conciencias. No se equivocó Lorenzo al hacer este juicio. Efectivamente este gobierno no sólo heredó de Uribe algunas de sus mañas sino que aplica su misma política pero de un modo más taimado. Lo que está sucediendo con la lucha de los estudiantes universitarios contra la ley 30 y su reforma, es un buen ejemplo de ello.

El movimiento nacional que se ha generado como respuesta a la política neoliberal de ataque a la educación pública ha venido siendo sistemáticamente estigmatizado por el gobierno central y en nuestro caso, por el gobierno local. Los hechos sucedidos en el día de ayer en la U.T.P. son una muestra evidente de ello.

Quienes hemos estado cerca al movimiento estudiantil sabemos que pese a todas las críticas que algunos hacen en cuanto a los métodos simbólicos que utilizan o a la falta de claridad política o al apresuramiento de la declaratoria de paro o a la falta de condiciones objetivas para lanzarse a la lucha, los estudiantes saben por qué pelean. También sabemos que frente a estos reparos y otros que puedan hacerse, es innegable que el movimiento se ha caracterizado por la búsqueda de fórmulas nuevas para atraer la atención de la sociedad e informarla de lo que está sucediendo, por lograr la adhesión de la mayor cantidad de personas de la comunidad universitaria, por la búsqueda y construcción de espacios para profundizar y debatir con argumentos la dichosa ley sobre educación superior y su reforma, por fortalecer en fin, un movimiento de resistencia frente a una ley que quiere acabar con la educación pública, única educación a la que el pueblo tiene todavía alguna posibilidad de acceder.

Las prácticas violentas, de saqueo y terror no han sido las armas que el movimiento ha utilizado para su protesta, pero sí son las que cada vez más frecuentemente utiliza el Estado para responder a la justa lucha de cualquier movimiento que se atreva a reclamar sus derechos. Se ha vuelto lugar común que la policía se infiltre en las marchas, en las movilizaciones, provoque e inicie desafueros de todo tipo para luego inculpar a quienes protestan, en nuestro caso, a los estudiantes; señale, agreda y construya falsos positivos contra los líderes de las luchas.

Por eso no es extraño que ayer se encontraran personas bastante atípicas en medio del tropel: vestidas con pantaloneta, armadas de machete, dotadas de radio teléfonos. Por eso extraña que la policía se demorase en intervenir ante el secuestro y posterior incineración de la buseta; que se le viera conversando por buen rato –y no golpeando como suele hacerlo a los estudiantes- con un personaje cuyas manos estaban untadas de pólvora y con una pinta bastante extraña.

Destruir el movimiento estudiantil, restar legitimidad a la protesta, quitarle el apoyo de las bases estudiantiles y de la ciudadanía, marcar como terrorista a los estudiantes, forzar la militarización de la universidad, enfrentar entre sí a los estamentos de la universidad… es lo que se busca con estas acciones, acciones que repito no han sido los métodos y prácticas del movimiento estudiantil, pero sí la manera como el Estado responde a las luchas del pueblo.

No nos engañemos, aunque nos “pele las muelas” y quiera aparecer de nuestro lado, el gobierno está empeñado en avanzar en la aplicación de la política neoliberal de privatización de la educación y para ello hará todo lo que tenga qué hacer, incluso fabricar nuevos falsos positivos, no en vano Santos se ejercitó bastante en esta

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