YASUNI ITT
F.s.h13 de Junio de 2013
7.746 Palabras (31 Páginas)765 Visitas
UNIVERSIDAD TÉCNICA DE MACHALA
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES
ESCUELA DE DERECHO
MODULO DE REALIDAD SOCIOJURIDICA
TEMA DEL TRABAJO DE INVESTIGACION:
“ENTRE LA RIQUEZA MATERIAL Y ECOLÓGICA EN YASUNÍ-ITT (ISHPINGO-TAMBOCOCHA-TIPUTINI), EN EL ECUADOR, EN EL AÑO 2012”.
ASESOR: AB. JOHAO CAMPOVERDE NIVICELA
AUTORES:
AGUILAR PESÁNTEZ SARA YOLANDA
CHUCHUCA AGUILAR LIBIA JAZMÍN
SALAZAR HERRERA FANNY NARCISA
SARES SAEZ LUPE ELIZABETH
CARVAJAL CHRISTIAN
Machala - El Oro – Ecuador
2012
JUSTIFICACIÓN
La Iniciativa Yasuní-ITT propone mantener inexplotadas las reservas de petróleo que se encuentran bajo estas áreas protegidas por tiempo indefinido. Yasuní es uno de los lugares con mayor biodiversidad en la Tierra ya que una hectárea de Yasuní contiene más especies de árboles nativos de toda América del Norte. Ecuador renunciaría indefinidamente a la extracción de 846 millones de barriles de petróleo y a más de 7.2 mil millones de dólares de los ingresos lo que evita la emisión de 407 millones de Tm2 de CO² a la atmósfera y la no emisión de 800 millones de Tm2 de CO² procedentes de la deforestación evitada.
Para así salvaguardar toda la riqueza ecológica y la inmensa biodiversidad que tiene varios records a nivel mundial se estableció en agosto de 2010 el Fondo Fiduciario Yasuní ITT cuya página es www.mptf.undp.org/yasuni/es por medio de la cual se hacen donaciones en todo el mundo con la meta de preservar intacto este patrimonio natural, este fondo es administrado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
Es de suma importancia para nuestro país y para el mundo el mantener el crudo bajo tierra, Ecuador pide a cambio de no explotar las reservas una contribución internacional equivalente al menos a la mitad de las utilidades que recibiría el Estado el caso de proceder a la explotación del petróleo de esta zona. Además no solo es el impacto ecológico y a la biodiversidad el que se analiza sino también el impacto cultural y social ya que existen culturas indígenas no contactadas en aislamiento voluntario que habitan en el Parque Yasuní estas son Tagaeri y Taromenane.
La protección de la naturaleza como sujeto de derechos esta plasmada en nuestra Constitución y debe ser una prioridad para todos los ecuatorianos su preservación.
1. DISEÑO TEÓRICO
1.1. MARCO TEÓRICO
1.1.1. ANTECEDENTES HISTÓRICOS DEL PARQUE YASUNÍ-ITT EN EL PROCESO DE EXPLOTACIÓN PETROLERA EN EL ECUADOR.
Se cree que Yasuní no se congeló durante la última edad de hielo, que comenzó hace dos millones de años y se extendió hasta hace unos 10.000 años. Como resultado, se convirtió en una isla de vegetación, refugio de la flora y la fauna, donde sobrevivieron y desde donde finalmente repoblaron la Amazonía.
En 1541 el explorador Francisco de Orellana se aventuró en el corazón de Yasuní en busca del misterioso “El Dorado”, un reino de oro, minerales y piedras preciosas, abandonó Quito junto a Francisco Pizarro y finalmente descubrió la desembocadura del río Amazonas. Su motivación era el oro. Orellana había oído historias sobre un reino de oro, minerales y piedras preciosas escondido en lo más profundo de la selva, El Dorado. La expedición de Orellana se ha convertido en uno de los episodios más famosos de la historia de la Amazonía y la región fue bautizada con su nombre.
Tanto en el Parque Nacional Yasuní como en sus alrededores viven tres grupos indígenas diferentes: los Waorani, los Kichwa y los Shuar. Los Waorani, quienes han vivido en armonía en el Yasuní durante siglos, han empezado ahora a perder su hogar debido a las explotaciones petrolíferas, la deforestación y la colonización.
Algunos grupos indígenas han conseguido preservar aspectos de su cultura y continuar viviendo de la forma más tradicional posible, luchando contra continuas violaciones de sus derechos. Otros, como los Tagaeri y los Taromenane, descendientes de los antiguos guerreros, han huido a las profundidades del bosque para escapar de la “civilización” y continuar sin contacto con el mundo exterior.
Los Waorani han vivido en el Yasuní durante siglos. Se cree que hoy en día hay alrededor de 2.300 Waorani, que viven mayoritariamente en sus tierras ancestrales, situadas entre los ríos Curaray y Napo. Los Waorani, cazadores y recolectores semi nómadas, necesitan un amplio territorio para desarrollar su medio de vida tradicional. Sus tierras solían extenderse más de 2.000.000 hectáreas, pero hoy en día cuentan tan solo con algo más de 612.560 hectáreas que ni siquiera les son respetados en su totalidad.
El pueblo Tagaeri se separó del Waorani en 1968 cuando, liderados por Taga, decidieron rechazar la colonización y huyeron a lo más profundo de los bosques para vivir en aislamiento. Junto a los Taromenane constituyen las dos últimas comunidades indígenas que actualmente viven en aislamiento voluntario en Ecuador. El origen de los Taromenane es desconocido, pero se cree que de alguna manera están emparentados con el pueblo Waorani.
El origen exacto de la cultura Shuar se ha perdido en el tiempo. Los Shuar que hoy en día viven en Yasuní no son originarios de esta zona, sino que se trasladaron allí a finales de 1980 desde el sur de Ecuador. Los Shuar son conocidos, para bien o para mal, por practicar tzantz, una antigua costumbre que consistía en reducir las cabezas de sus enemigos.
Los actuales Kichwa amazónicos son descendientes de los antiguos habitantes de la región: los Quifkos, Záparas, Omaguas, Achuar y Siona. En la propia comunidad Kichwa hay otros subgrupos. Los Kichwa amazónicos son también conocidos como Naporunas, que significa “pueblo del río Napo” en su lengua tradicional. De acuerdo con las creencias de los Kichwa, el padre (el río Napo) fertiliza a la madre (la tierra) para asegurar la abundancia.
Cuando las compañías llegaron a la región hace 50 años, la resistencia indígena era fuerte. Entrar en Oriente (la Amazonia ecuatoriana) era casi imposible. Las compañías petrolíferas comenzaron entonces a utilizar otras estrategias para penetrar en la región, como, por ejemplo, misionarios, antropólogos e incluso fundaron un observatorio medioambiental.
Hasta 1958, los Waorani en particular han luchado con todas sus fuerzas contra la intrusión de las compañías petrolíferas en sus territorios, lo cual frenó durante algún tiempo el avance petrolero en la Amazonía ecuatoriana.
En ese mismo año tuvo lugar el primer contacto pacífico con las comunidades indígenas, lo cual tuvo consecuencias devastadoras, ya que la zona quedó desprotegida ante la colonización petrolera. Dos grupos indígenas, los Tagaeri y Taromenane, rechazaron totalmente esta colonización y se refugiaron en lo más profundo de la selva.
La explotación petrolífera significó la necesidad de transportar el petróleo desde la Amazonía hasta las refinerías, o lo que es lo mismo, de un lado al otro del país. Por este motivo se construyó una tubería de 420km que atravesaba los Andes. Esto conllevó una recalificación de la tierra y la tala de la parte de la selva que crecía de una a la otra punta de Ecuador, con el fin de construir carreteras. Todo este desarrollo trajo miles de colonizadores, que comenzaron a talar más y más árboles para levantar sus granjas y plantar sus cultivos. Con ellos llegaron las enfermedades, la corrupción y los conflictos, además de los devastadores efectos de las explotaciones petrolíferas.
Unos 20 años más tarde se encontraron nuevos depósitos de petróleo tanto dentro como alrededor del Parque Nacional de Yasuní, incluyendo parte de la zona estipulada como protegida y hogar de los Waorani.
Las compañías petrolíferas pronto invadieron las áreas protegidas y los 16.000 Waorani de la reserva se redujeron a tan sólo 1.000. Aquellos que vivían fuera de los límites de la reserva, los Tagaeri y los Taromenane, se encontraron en continuos conflictos con los leñadores, las multinacionales petroleras, los misioneros y numerosos intrusos que intentaron liquidar o apaciguar a cualquiera que se interpusiera en su camino hasta el petróleo
En 1989 la UNESCO declaró al parque como Bio-reserva y Herencia Cultural debido a su excepcional diversidad y la presencia de los pueblos Taromenane y Tagaeri.
Durante los últimos años, las fronteras del Parque de Yasuní se han ido redibujando en diversas ocasiones para acomodarlas a las explotaciones de petróleo que, de otra manera, estarían prohibidas. En 1999 la Corte Constitucional aprobó los planes de extracción de petróleo del Parque Nacional de Yasuní, un decreto que violaba el estatuto legal del parque. En el mismo año el Gobierno Nacional Ecuatoriano declaró 700.000 hectáreas de la parte sur del parque “Zona Intangible”, Esta declaración implica que la zona ha de ser protegida de la minería, la extracción petrolífera, la tala de árboles, la colonización o cualquier actividad que pudiera alterar la biodiversidad y la cultura etnológica de la zona, un territorio en teoría seguro para las comunidades indígenas no contactadas. A pesar de todo esto, la tala ilegal no se ha detenido en ningún momento.
El Presidente del Ecuador, Rafael Correa anunció en 2007, ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, el compromiso del país para mantener indefinidamente inexplotadas las reservas de 846 millones de barriles
...