Atenagoras
laureced15 de Agosto de 2011
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de ATENÁGORAS DE ATENAS, contemporáneo de Taciano, se conserva una Súplica en favor de los cristianos, escrita hacia el 177 y dirigida a Marco Aurelio y a su hijo Cómodo, asociado al Imperio; está escrita con elegancia y moderación, con abundantes citas paganas, y en ella refuta las acusaciones acostumbradas: los cristianos no son ateos, sino monoteístas, como algunos de los mejores pensadores paganos; no son culpables de canibalismo, pues aborrecen el asesinato, y por eso no van al circo y respetan la vida del niño más pequeño; no sólo no organizan las orgías de que se habla, sino que tienen en gran aprecio la castidad. De este mismo autor se conserva además un discurso Sobre la resurrección de los muertos, donde explica que lejos de ser imposible o inconveniente para Dios que los muertos resuciten, es muy razonable, para que el cuerpo reciba con el alma el premio o el castigo de las obras en cuya ejecución también participó.
Trata Atenágoras, por primera vez, de demostrar filosóficamente que sólo puede haber un Dios. Explica, con más claridad que los anteriores, la divinidad del Logos, evitando aun las apariencias de subordinacionismo; utiliza también alguna expresión especialmente afortunada al hablar de la Trinidad, aunque usa el término «emanación» al referirse al Espíritu Santo. Habla también de la existencia de los ángeles. Al explicar cómo los cristianos han recibido la doctrina que profesan, contrapone la inseguridad de las enseñanzas de los filósofos con la certeza de la revelación hecha por Dios a unos hombres elegidos. Trata también del aprecio a la virginidad y de la indisolubilidad del matrimonio, que está orientado hacia la procreación.
Atenágoras es un excelente expositor de la fe en la Trinidad Santa. En él encontramos también los primeros intentos de explicación científica del la Trinidad. Algunos han pretendido acusarle de subordinacionismo, pero no creemos que haya fundamento serio para tal aserto
.ATENAGORAS
Vida
Autor de una de las más bellas y antiguas apologías de la religión cristiana, en frase de Bossuet, fue filósofo cristiano de Atenas, según el título de su Apología. Poco sabemos de su vida. Eusebio de Cesarea y San Jerónimo no lo nombran siquiera en sus reseñas sobre personajes ilustres. La única alusión a él en la antigüedad cristiana la encontramos en Metodio de Olimpia (Bonwetsch, De resurrectione, I, 37, 1). En un fragmento atribuido a la historia perdida de Felipe de Side, hacia el año 430, aparece Atenágoras, pero este fragmento está plagado de errores. En él se afirma que Atenágoras había dirigido su Apología a los emperadores Adriano y Antonino; añadiéndose que «su discípulo fue Clemente, autor de los Stromata, y Panteno, el discípulo de Clemente» (PG, VI, 182). Th. Zahn lo identifica con el Atenágoras al que, según Focio (v. Bibl. Cod: 155), el alejandrino Boetos dedicó su obra Sobre las expresiones difíciles de Platón. Nada seguro podemos concluir de todas estas afirmaciones. Tampoco en lo que respecta a saber cómo llegó a abrazar el cristianismo. De su estilo puede deducirse que debió frecuentar la escuela catequética de Alejandría, donde más tarde fueron maestros Panteno y Clemente de Alejandría. Se ignora, asimismo, el lugar y la fecha de su muerte.
Atenágoras
Se le llama el Filósofo de Atenas, originario de Asia Menor. Su opera más conocida es la Legatio pro christianis y De resurrectione mortuorum. La primera está dirigida a los emperadores Marco Aurelio Antonino y Lucio Aurelio Cómodo, situándose gracias a esta información en el año 177. Da respuesta a las 3 acusaciones que aluden al cristianismo (ateísmo, canibalismo e incesto), en los apartados del 4 al 12 los defiende como monoteístas, no practican el canibalismo, además de mencionar la culpabilidad del incesto.
En cuestión al tema de la resurrección
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