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BorisVian

treisiugarte31 de Agosto de 2014

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Obras

• Firmadas como Boris Vian:

• A tiro limpio (también traducida como "Jaleosas Andadas" y "Temblor en los Andes" en otras ediciones) (Trouble dans les Andains), 1943

• Vercoquin y el pláncton (Vercoquin et le plancton), 1943

• La espuma de los días (L'Écume des jours), 1946

• El otoño en Pekín (L'Automne à Pékin), 1947

• Las hormigas (Les Fourmis), 1949

• La hierba roja (L'Herbe rouge), 1950

• El arrancacorazones (L'Arrache-cœur), 1953

• El Lobo-Hombre (Le Loup-garou), entre 1945 y 1952 (cuentos cortos)

• Firmadas como Vernon Sullivan:

• Escupiré sobre vuestra tumba (J'irai cracher sur vos tombes), 1946

• Todos los muertos tienen la misma piel (Les morts ont tous la même peau), 1947

• Que se mueran los feos (Et on tuera tous les affreux), 1948

• Con las mujeres no hay manera (Elles se rendent pas compte), 1948

• Obras de teatro:

• La merienda de los generales (Le Goûter des généraux)

• Descuartizamiento para todos (L'Équarrissage pour tous)

• Los constructores del imperio (Les Bâtisseurs d'empire)

• El último de los oficios (Le Dernier des métiers)

• Canciones:

• Le Déserteur

Mas conocidas

Con las mujeres no hay manera

…Nunca me sentí tan feliz físicamente como ahora, en casa del amigo de Ritchie, bajo una buena ducha, con una pastilla de jabón, una toalla… y, al otro lado, la perspectiva de vestirme de hombre. Pues, a la larga, comprendo que las ropas de mujer me sientan como un tiro y sería una lástima desaprovechar mi imagen…

Entre los muchos talentos de Vian estuvo el de la metamorfosis: doblado de escritor policíaco americano de la serie negra, escribió varios thrillers en la mejor tradición dura, bajo el seudónimo de V. Sullivan.

La hierba roja

…Caminaban uno al lado del otro, sin preocuparse del camino…Wolf extendió el brazo izquierdo para indicar que iba a girar, y entraron en la primera casa. Era una casa poco crecida, de apenas un piso… Desde allí se accedía sin esfuerzo a las cavernas. Bastaba con cargarse al guardián, lo cual fue cosa fácil, ya que no le quedaba más que un diente…

La hierba roja es una obra maestra de un nuevo arte de narrar. El amor y la muerte, corolario de una existencia acosada por los fantasmas del pasado, se funden en un paisaje irreal, patético e inquietante, en una novela llena de fantasía y de una rara belleza.

El otoño en Pekín

…Acababa de comer. El trozo de queso, que había sobrado, bullía perezosamente en el plato malva con agujeros malva. Claude se sirvió para terminar, un vaso lleno de agua de litina, sabor caramelo, y la oyó bajar a lo largo de su esófago. Las burbujas, que ascendían contra corriente, producían un ruido metálico al estallar en su faringe…

En el mundo de Vian todo es posible, incluso que Amadis Dudu perdiese todos los autobuses, una mañana en que se niegan a transportarlo, o que el pacífico burócrata Claude León se convirtiese en asesino a pesar suyo, sólo por llevar un revólver en el bolsillo.

Escupiré sobre vuestra tumba

… Todo dormitaba vagamente en le interior del coche. Aceleré. Debía conducirle hasta el empalme directo de Murchison Junctiom, donde cogería el rápido del Norte. Había decidido irse a Nueva Cork. Tom era un buen tipo. Un buen tipo demasiado sentimental. Demasiado humilde…

El libro levantó una polvareda de escándalo y sufrió un proceso en el que Vian y su editor fueron condenados por “ultraje a la moral y las buenas costumbres” pero acabó por ser un gran éxito comercial.

La merienda de los generales

…Una habitación en casa del general James Audubon Wilson de la Pétardiére-Frenouillou. Interior burgués coqueto pero anticuado en el que se siente la presencia de una vieja madre de aliento fétido…

Es una de las obras de teatro más picantes y absurdas, y no fue publicada hasta 1962, tres después de su muerte. En años sucesivos, las obras de Boris Vian han sido representadas en todos los países, cosechando críticas tanto favorables como contrarias.

movimiento

adherente al anarquismo.

Boris Vian (1920-1959) fue novelista, dramaturgo, poeta, guionista de cine, cantante, trompetista, ingeniero. Si bien nunca perteneció a ningún movimiento literario, fue uno de los escritores franceses de posguerra que se alejó de la literatura comprometida y se acercó a la Patafísica inaugurada por Alfred Jarry. Sus obras más famosas: La espuma de los días (1947), El otoño en Pekin (1947), El arrancacorazones (1953), Los constructores de imperios (1957).

biografia

Boris Vian (Ville-d'Avray (Hauts-de-Seine), 10 de marzo de 1920 - París, 23 de junio de 1959) fue un polímata: novelista,dramaturgo, poeta, músico de jazz, ingeniero, periodista y traductor de nacionalidad francesa. Utilizó numerosos heterónimos, como Vernon Sullivan, Boriso Viana, o los anagramas Baron Visi, Brisavion, Navis Orbi o Bison Ravi, entre otros. Escribió teatro, letra y música de canciones, cuentos y novelas. Tanto sus diez novelas como sus actuaciones de jazz fueron muy admiradas.

Boris Vian nació en Ville-d'Avray, un municipio de las afueras de París, en el año 1920, en el seno de una familia de clase media. Sus padres eran Paul Vian, rentista, e Yvonne Ramenez, aficionada a la música: tocaba el piano y el arpa. En su entorno familiar el arte era una cuestión importante, su madre era una amante de la ópera; su padre era poeta aficionado, traductor de inglés y alemán, aparte de interesarse por la mecánica y la electricidad.

El crack económico de 1929 provocó un empeoramiento de la situación financiera de la familia, lo que obligó a que su padre comenzara a trabajar por primera vez en su vida a los treinta y seis años, como representante comercial, también debieron trasladarse de casa, y entre 1929 y 1932 alquilaron su antigua residencia (casualmente a la familia de Yehudi Menuhin). Poco después de cumplir los doce años padeció un ataque de fiebre reumática y poco después fiebre tifoidea, que le provocaron una dolencia cardíaca que condicionó su salud durante toda su vida y provocó su temprana muerte.

Fue un estudiante excepcional, aunque sus intereses más serios en esos momentos giraban en torno al jazz y las fiestas. Ya a los veinte años participó en una orquesta amateur de jazz junto a sus hermanos, donde sobre todo interpretaban obras de autores estadounidenses.

Obtuvo el título de ingeniero en 1942, y un año después escribiría sus primeras novelas: Trouble dans les Andains y Vercoquin y el plancton. En esta última se ven reflejadas sus actividades reales, como pueden ser su trabajo en la Asociación Francesa de Normalización y la organización de desmesuradas fiestas –las llamadas surprise-parties–.

En los años siguientes repartió su tiempo en diferentes actividades: además de novelas, comenzó a escribir cuentos, algunos publicados en Les Temps Modernes, –invitado por Jean Paul Sartre,- donde también escribió crónicas y críticas de aspectos sociales. En el periódico Combat –dirigido por Albert Camus–, abordó la crítica de jazz. En 1946 publicó dos novelas: La espuma de los días y El otoño en Pekín.

También en 1946 publicó su primera novela, Escupiré sobre vuestra tumba (J'irai cracher sur vos tombes), con el heterónimo de Vernon Sullivan, supuesto escritor negro estadounidense, y su nombre real figuraba como traductor de la obra. Ésta y las siguientes, dentro del estilo de la novela negra, fueron censuradas por su contenido de violencia y sexo, con su consiguiente aumento en la notoriedad y ventas. Luego de años de juicios contra el supuesto autor y su editor, Boris Vian tuvo que reconocer su autoría, siendo condenado a 100.000 francos por «ultraje a las buenas costumbres». Mientras tanto había escrito otras tres novelas publicadas con dicho heterónimo, Todos los muertos tienen la misma piel (Les morts ont tous la même peau), Que se mueran los feos (Et on tuera tous les affreux), y Con las mujeres no hay manera (Elles se rendent pas compte). La crítica se sintió ofendida por esta impostura, y a partir de ese momento el autor recibió ataques constantes, no sólo contra sus novelas como Vernon Sullivan, sino también contra su obra ‘seria’.

Aparte de frecuentar a la intelectualidad existencialista de aquellos tiempos, en Saint-Germain-des-Prés, conoció a los grandes del jazz, como Duke Ellington, Miles Davis y Charlie Parker.

Dejó finalmente su profesión de ingeniero, y paralelamente a sus principales actividades, se dedicó a traducir novelas negras (esta vez de autores reales), y a dar conferencias sobre temas diversos.

En 1950 publica La hierba roja, considerada una de sus obras más autobiográficas.

Luego sobrevinieron varios fracasos literarios, sobre todo con la publicación de El Arrancacorazones, Vian decidió dejar de lado la narrativa y se dedicó a otras artes: compuso una ópera (El caballero de las nieves), y varias canciones, con las cuales llegó a grabar un disco y salir de gira. Una de sus canciones volvió a provocar el rechazo de la crítica y el público, “El desertor”, que incitaba a no cumplir con el servicio militar, en tiempos en que Francia tenía problemas con su ocupación argelina y otras incursiones militares.

En 1955 encara una nueva actividad, la empresa discográfica Philips le encomienda realizar un catálogo de jazz y tiempo después pasa a ser el director artístico

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