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Enviado por   •  13 de Diciembre de 2013  •  6.161 Palabras (25 Páginas)  •  157 Visitas

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LA TRAGEDIA GRIEGA

La tragedia surgió de los ditirambos, cantos corales para honrar a Dioniso o Baco constituidos, en cuanto a la forma, al modo de la antigua lírica coral. No se sabe cuándo empezó a destacarse del grupo coral un solista director o corifeo, para contestar en forma épica o lírica; pero cuando esto ocurrió, apareció por primera vez el actor, cuya designación griega significa precisamente “el que responde”. Los componentes del coro que cantaban las odas rituales dionisíacas aparecían vestido de sátiros.

Por mucho tiempo se creyó erróneamente que éstos eran algo así como unos machos cabríos. Las más antiguas imágenes que poseemos nos los presentan como unos seres híbridos, de largo y abundante pelo, con cola de caballo. El canto que los sátiros realizaban se llamaba ditirambos. El ritual se complementaba con el sacrifico de un macho cabrío en un altar llamado thymele, en medio de cantos y esto originaría a la tragedia.

Tiene importancia el uso del disfraz, que aparece en muchos pueblos primitivos como un escudo protector contra el poder de los demonios, representados en los ritos, o como máscara mágica para indicar la identidad de los participantes con los dioses.

El uso de la máscara persistió mientras hubo ditirambos trágicos en loor de Dionisos y se representaron tragedias. La función del coro no consistía en “representar” el séquito elemental del dios, sino que aspiraba a “serlo”, y lo era en efecto, a los ojos de los hombres antiguos.

Pero también el actor se presentaba siempre con máscara, y no por motivos técnicos –por ejemplo, la necesidad de ser reconocidos por los espectadores–, sino porque había participado en la metamorfosis dionísica y había entrado en ella como personificación de un héroe. El fenómeno dejó pronto de limitarse a las personificaciones de Dionisos y de su séquito; a los actores y al coro se les abrió el inagotable tesoro de todo el mundo mítico-heroico.

Los coreutas, a su vez, se convertían en copartícipes o, al menos, en testigos de su suerte. Ello quería decir que del ditirambo dionisíaco, tronco del nuevo género literario, partían dos ramas: la tragedia propiamente dicha, con una leyenda heorica como tema, y el drama satírico, con la gozoza representación de un acontecimiento relacionado con los temas del crecimiento y de la vegetación.

En la ejecución de estas representaciones, se alternaba partes recitadas y partes cantadas. Las partes cantadas recaían en el coro, pero algunas veces, de acuerdo a la situación dramática, los actores y el coro juntaban las voces para cantar en común. En ocasiones, se señalaba al actor un área determinada. Un flautista, adornado con una guirnalda, acompañaba al coro y al solista. El poeta trágico debía componer las melodías, el texto, la coreografía y dirigir el conjunto. En muchos casos entraba también en escena.

En el año 472 a.C. se inauguró en Atenas un teatro dedicado a Dionisos. Estaba adosado a la pendiente sudeste de la Acrópolis. Sus gradas, en parte talladas en la roca, fueron dispuestas en forma semicircular en torno a la orquesta, espacio limitado por un sencillo edificio del fondo (la escena) y por la primera grada. El sentido rigurosamente cultural de la tragedia excluía de la representación a las mujeres. Los papeles femeninos eran interpretados por hombres.

La catarsis (purificación) era el motivo que justificaba esta representación de lo trágico. Se entiende también como catarsis a la purificación de las pasiones humanas mediante la emoción estética.

Las representaciones tenían, aproximadamente, la siguiente apariencia: Un grupo de personas disfrazados de machos cabríos y con la cara pintarrajeada integraban el coro, el cual aspiraba ser el séquito de Dionisio. Ante un altar ejecutaban una ronda frenética... luego los cánticos corales, en figuras rítmicas y muy movidas y, sobre todo, la ceremonia liturgia, de un variado y ondulante misterio, que a veces estallaba en gritos de dolor, en ayes patéticos. Presidía la ceremonia el sacerdote de Dionisos, con pinturas de color rojo y ocupando el sitial de honor.

Las representaciones teatrales se celebraban dos veces al año: en las grandes dionisíacas, o urbanas, que se celebraban en Atenas durante la primavera (marzo-abril), y en las dionisíacas rurales, o leneas, a principios de año. En las leneas se representaban sólo comedias; en las grandes dionisíacas se representaban tres tragedias en cada uno de los tres días que duraban, seguidas siempre de un drama satírico. También eran tres los poetas que se disputaban el premio. Los grandes gastos que exigía la escenificación corrían a cargo de cuidadanos ricos (coregas), y eran considerados como una prestación honorífica, una liturgia, pues tales ceremonias no podían ser objeto de negocio.

Estas representaciones tienen carácter lírico-ritual. Su contenido mítico heroico era lo que revelaba su carácter trágico.

Progresivamente la tragedia fue incorporando la concepción fatalista de la vida, implícita en la región griega. La noción de destino inevitable al que el héroe debe enfrentarse sabiendo que habrá de sucumbir catastróficamente o que tiene muy pocas probabilidades de sobrevivir, es fundamentalmente en la tragedia. La idea de destino supone que el héroe debe estar a la altura del conflicto que se plantea, por tal razón el carácter del héroe adquiere singular importancia, pues es lo que lo impulsa a actuar y luchar. Es en esta lucha que el hombre adquiere dignidad y grandeza.

ETAPA CLÁSICA

Contexto histórico

Llamada también Ática por ser el lugar donde se desarrolló la mayoría del pensamiento griego. Este se reflejó en la vida intelectual, artística y literaria de Grecia. Todo este apogeo estuvo relacionado con el Siglo de Pericles en donde Atenas no solamente como la capital del nuevo imperio marítimo, enriquecida por un comercio próspero, sino también como la ciudad donde se alcanzó el máximo desarrollo de las letras, a través del género dramático, donde sobresalieron dos especies la tragedia y la comedia.

La etapa de auge no durará mucho. Esparta declarará la guerra a Atenas, la historia lo conoce como la Guerra del Peloponeso en donde Esparta sale vencedora. Esta victoria trae como consecuencia el encumbramiento de la ciudad vencedora la cual se ve reforzada con la Liga del Peloponeso que reemplazará a

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