ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Dafadfsafdasd


Enviado por   •  5 de Septiembre de 2015  •  Biografías  •  406 Palabras (2 Páginas)  •  182 Visitas

Página 1 de 2

 A Daniel Quirós.

 Todos lanzaron pequeños puños de tierra al ataúd. La atmosfera era pesada. El aire tenía más peso que de costumbre  (o al menos eso parecía). El ambiente se sentía taciturno –inevitablemente-.  El cantar de los pájaros no entonaba con lo que aquellas personas sentían en aquel momento. Ese momento que con el pasar del tiempo quedaría en el pasado, sin embargo cambiará de manera inevitable el presente y el futuro. El pasado,  pasado es, pero como afecta en el ahora. El hombre que yacía en el ataúd tendría unos ochenta años, sin embargo la muerte es universal y visita a todos en algún momento. Y aunque la eludamos todos los días de nuestras vidas, en algún instante nos dirá: “ha llegado tu hora” y ese día nadie nos volverá a ver vivos. No obstante en la memoria de algún hombre quedará el recuerdo de nosotros.

    Como es usual todos vestían de negro. Los sollozos reinaban en el ambiente –por encima del canto de las aves-. Unos niños gritaban, estaban sofocados del calor que hacía aquel día. Por encima del sentimiento griseado, que domina a las personas, el ataúd era hermoso; sumamente elegante y, al parecer, costosa. Quizá aquello era un intento por alegrar aquel abominable mañana.

   De las muchas mañanas de su vida aquella era diferente; no solamente por las circunstancias nefastas. Lo peculiar de aquel día yacía en que el clima. Aunque la temperatura era sumamente alta; los adultos sentían un frío inusual para el mes de marzo, sin embargo los niños no paraban de enjugarse el sudor de sus frentes.

    Un hombre sentado en la banqueta con los ojos húmedos siente un vacío en su interior; algo falta en sí. Es como si un pedazo de sí mismo estuviese ubicado en un lugar erróneo. Y es que todos somos un enorme rompecabezas. Cuando falta una pieza, por pequeña que sea, una pequeña voz en nuestro interior no para de hablarnos. De pronto en sus ojos hay una extraña luz. Ve hacia donde se encuentra un hombre unos dos años menor que él. De sus ojos brotan lágrimas cargadas de una amalgama de sentimientos. Los dos hombres se abrazan de manera afectiva, a pesar no verse hace 20 años por razones geográficas. El hombre mayor dice- mientras su alma se apacigua- :”hermano, papá al fin descansa de tanto dolor”.

 

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (2.3 Kb)   pdf (34.1 Kb)   docx (10.5 Kb)  
Leer 1 página más »
Disponible sólo en Clubensayos.com