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Los Chinantecos

leorocke8828 de Mayo de 2014

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CHINANTECOS (TSA JU JMI).

La población

Los chinantecos se reconocen a si mismos como tsa ju jmi, "gente de palabra antigua". Su lengua pertenece al grupo Otomangue y presenta grandes diferencias dialectales que hacen difícil la comunicación entre sí e impiden establecer una división lingüística exacta.

La profusión tonal es la característica más peculiar de este idioma. Las palabras chinantecas constan generalmente de una sílaba, cuyo significado varía según el tono con que se pronuncie; dicha silaba puede constar desde una sola vocal hasta dos consonantes, o de una vocal y un "saltillo" o interrupción del sonido. No existe distinción en el género y número del referente, lo cual aumenta su complejidad. La importancia de este rasgo en la diferenciación de las palabras y la estructuración de los enunciados, se evidencia en el hecho de que los hablantes de esta lengua utilizan un sistema de silbidos para comunicarse a distancia.

Algunos investigadores mencionan la existencia de 16 dialectos producto de las particulares circunstancias históricas del grupo, entre ellas su cercanía con grupos zapotecos, cuicatecos, mazatecos y mixes del norte de Oaxaca.

Aparte del nombre que asumen como etnia, en cada una de las comunidades existe una autodenominación que va precedida del vocablo tsa, dsa o dlla —según sea la variante dialectal—, que significa gente y se combina con otras palabras que hacen referencia a un origen común. De esta manera, los chinantecos de Ojitlán son tsa ko wi, "gente con un mismo pasado", y los de Valle Nacional son dsa go, "gente de una misma raza". Además, en cada área existen diversos términos para nombrar a los chinantecos de otras regiones; por ejemplo, los de la región baja se refieren a los de Usila como tsa ji', "gente agria", y a los de la alta como tsa tso ki, "gente de monte". A pesar de estas denominaciones utilizadas como una forma de diferenciación regional, y de la fragmentación lingüística presente en su idioma, los chinantecos se reconocen como antiguos pobladores de la Chinantla, comparten el mismo origen y muestran una fuerte cohesión social.

De acuerdo con Censo de población de 1990, el total de la población chinanteca ascendía a 131 752 individuos; de ellos, 22 652 pertenecían al grupo etáreo de cero a cuatro años, y 109 100 eran mayores de cinco años. Los chinantecos de cinco años y más de edad censados en el estado de Oaxaca, ascendían a 90 322.

El origen del nombre de la región de la Chinantla se asocia al vocablo náhuatl chinamitl, que significa "lugar encerrado o cercado". Este territorio se encuentra a poco menos de 100 km de la ciudad de Oaxaca y abarca 17 municipios ubicados en el noreste del estado. Al norte colinda con Veracruz, al noroeste con la región mazateca, al oeste con la región cuicateca, y al sur y sureste con la zapoteca. De los 17 municipios, 14 podrían considerarse como el corazón de la Chinantla, debido a que desde la época prehispánica están habitados por población predominantemente chinanteca; ellos son: San Juan Bautista Tlacoatzintepec, San Pedro Sochiapan, Ayotzintepec, San Felipe Usila, San José Chiltepec, San Lucas Ojitlán, Santa María Jacatepec, San Juan Bautista Valle Nacional, San Juan Lalana, San Juan Petlapa, Santiago Jocotepec, San Pedro Quiotepec, San Pedro Yolox y Santiago Comaltepec. En los otros tres municipios los chinantecos comparten el territorio con otros grupos étnicos: en San Juan Comaltepec y Santiago Choapan, conviven con zapotecos, mientras que en San Juan Bautista Atatlahuca lo hacen con los cuicatecos. En términos distritales, la región chinanteca abarca dos municipios del extremo oriente del distrito de Cuicatlán, seis del de Tuxtepec, cinco de Choapan, uno de Etla y tres de Ixcatlán. Los municipios del distrito de Cuicatlán pertenecen a la región de la Cañada, los de Tuxtepec y Choapan a la del Papaloapan, también reconocida como la región del Golfo, y los de Ixtlán y Etla a la sierra Juárez.

El territorio en su conjunto presenta una variabilidad enorme y se encuentra separado de las regiones vecinas por grandes cadenas montañosas. Es bañado por dos importantes ríos, el Tesochoacán, al que fluyen los ríos Cajonos, Chiquito y Manso, y el Papaloapan, con sus afluentes Santo Domingo, Valle Nacional y Santa Rosa o Usila. De acuerdo con sus características ecológicas, el área se divide en dos subregiones, la parte alta y la baja. La Chinantla alta se ubica en la sierra Juárez y comprende a los tres municipios del distrito de Ixtlán y al de Etla. La Chinantla baja está formada por los 13 municipios que se encuentran en la cuenca del Papaloapan, pertenecientes a los distritos de Tuxtepec, Choapan y Cuicatlán.

En la zona baja los climas varían del subhúmedo cálido y muy cálido al húmedo semicálido y húmedo templado; la precipitación pluvial alcanza los índices más elevados de todo el país, con precipitaciones de 1 000 a 4 000 mm, y temperaturas medias anuales de 16 a 21°C. La mayor parte del territorio presenta alturas que van de los 80 a los 1 200 msnm, si bien se encuentran altitudes de hasta 3 000 msnm en los puntos colindantes con la sierra Juárez y la región de la Cañada. La vegetación es muy densa, dominada por árboles que miden de 15 a 30 metros, algunas de las especies que se encuentran son el palo de agua, caoba, guayabo volador, sombrerete, capomo, palo mulato y chicozapote.

En la Chinantla alta el clima es frío, propio de una región montañosa que va de los 1 000 a los 2 400 msnm, y que en algunos puntos puede alcanzar altitudes hasta de 3 000 msnm. El área está cubierta por bosques de pino-encino, en tanto que los límites con la Chinantla baja se encuentra el bosque mesófilo de montaña. Existe una vegetación arbórea densa localizada en las laderas húmedas de las montañas; las especies más comunes son pino, oyamel, madroño, encino, aile y zacatón. Los bancos de neblina y las lluvias son frecuentes durante gran parte del año; la temperatura media del mes más caliente es superior a los 18°C, mientras que la del mes más frío alcanza los 0°C.

Las características ecológicas de la Chinantla han determinado que prácticamente no exista una estación seca, por lo que se ha desarrollado una riquísima variedad de flora y fauna, que incluye numerosas especies vegetales y que se refleja en la compleja clasificación etnobotánica de este grupo. Pese a lo anterior, las tierras son de baja calidad; sólo 5% de ellas pueden catalogarse dentro de las de humedad de primera, 15% son incultivables y 80% son de temporal de segunda. Esta situación se debe en gran medida al tipo de suelo, a las pendientes que forman las zonas montañosas y a los deslaves provocados por las aguas de lluvia, así como por los procesos de deforestación, tan agudos en los últimos 40 años.

En forma similar a lo que sucede en otras etnias de Oaxaca, entre los chinantecos subsiste la economía de prestigio, caracterizada por la redistribución de la riqueza por medio de las mayordomías y el compadrazgo, donde el prestigio se logra por la participación en esas estructuras y no por los niveles de acumulación. De esta manera, se desarrollan diversas actividades económicas, en las que la producción agropecuaria de autosubsistencia es la parte central de la economía, al ser el medio que proporciona los satisfactores básicos. En este tipo de actividades prevalece el trabajo familiar no retribuido, donde el trabajo doméstico femenino juega un papel vital en las duras faenas cotidianas.

Por otra parte, la interacción cada vez mayor con los grupos mestizos ha dado como resultado que los chinantecos participen de manera simultánea en la economía de mercado. Los canales de participación incluyen la agricultura comercial a través de la producción directa o el arrendamiento de tierras, el comercio, el desempeño de actividades asalariadas como el peonaje agrícola, o bien, la presentación de servicios diversos como choferes, albañiles, carpinteros, maestros, etcétera.

Pese a las situaciones tan adversas que han vivido los chinantecos, como la construcción de la presa Cerro de Oro en la región baja, que implicó la inundación de sus mejores tierras agrícolas, y la consecuente reubicación de la población en un medio ambiente desconocido con terrenos de peor calidad, ellos siguen cultivando sus productos básicos bajo patrones propios de las etnias mesoamericanas. En la parte baja existe el tipo de cultivo de temporal en primavera-verano, y el de "tonamil" o humedad en otoño-invierno. Los sistemas de trabajo agrícola incluyen la labranza de una parcela con trabajo familiar y jornaleros sin tierra. En las tierras comunales se trabaja "en sociedad", es decir, el trabajo y la producción se distribuyen a partes iguales entre los participantes. Otra forma, conocida como "echar mano", consiste en que el colaborador es retribuido de acuerdo con la cantidad del trabajo desarrollado.

En la Chinantla alta la geografía y la carencia de obras de retención del agua, propician el cultivo de temporal, bajo el sistema de roza, tumba y quema, practicado en las escarpadas laderas de la sierra Juárez. La migración laboral y la actividad forestal constituyen importantes fuentes de ingresos. Para frenar la exagerada tala clandestina de esta zona y lograr un aprovechamiento más racional del recurso forestal, algunas comunidades serranas zapotecas y chinantecas han creado organizaciones autónomas. Los sistemas de trabajo son similares a los de la parte baja, y existe también una combinación de propiedad privada y comunal. En Yolox funciona un mercado semanal visitado por chinantecos y zapotecos, quienes intercambian

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