Lowenthal

En el año 1900 nace Leo Löwenthal en Frankfurt, Alemania, en el seno de una familia judía. Realizó sus estudios básicos en el Goethe Gymnasium. Perteneció al ejército del kaiser. Comienza sus estudios universitarios en la Universidad de Heidelberg en el año 1920. En Heidelberg entra en contacto con Karl Mannheim (autor de Ideología y utopía), Ernst Bloch (de Principio esperanza) y Friedrich Gundolf, del círculo del poeta Stephan George. Durante sus años de estudiante se une a un grupo sionista, vive bajo una ortodoxia religiosa y se casa con una mujer judía, hecho que molesta al padre. Cabe resaltar que el padre de Leo, el Dr. Víctor Löwenthal, era muy crítico con la religión judía. Así mismo, Víctor animó en los primeros años de Leo su formación filosófica a través de la lectura de Arthur Shonpehauer. El acercamiento al sionismo se produce porque Leo creía en Israel como modelo de una sociedad justa, pero su experiencia con el sionismo fue similar a su experiencia como militante del partido comunista, es decir, estuvo caracterizada por el desacuerdo. A este momento de su vida intelectual corresponde el texto “El judaísmo y el espíritu alemán”.

Resulta muy importante resaltar su labor como agente de promoción de Max Horkheimer como profesor numerario de la Universidad de Frankfurt. El Instituto de Investigación Social de Frankfurt, fundado en 1923, tuvo como primer director a Carl Grümberg. En el año 1926 Leo Löwenthal, siendo profesor en la escuela preparatoria Liebig-Oberrealschule, de Frankfurt, se integra a las labores de investigación del Instituto. Él mismo dice: “Aunque era profesor de preparatoria, mi hogar intelectual fue el Instituo”. Justamente, en el final de la década del veinte, se espera el retiro de Grümberg como director del Instituto. Para ese momento, Max Horkheimer no era profesor numerario de Frankfurt, precisamente, porque no tenía suficientes trabajos publicados, aparte de su tesis doctoral y un artículo suelto. Sin embargo, Horkheimer aspiraba no sólo a convertirse en profesor numerario, sino en el próximo director del Instituto. Por esta razón, con Herbert Marcuse, Leo se dedica a compilar una serie de trabajos de Max Horkheimer bajo el título Principios de la filosofía burguesa de la historia que se publicará en el año de 1930. Esta publicación le permitirá a Horkheimer no sólo convertirse en profesor numerario de la Universidad de Frankfurt, sino que también lo hizo director del Instituto. En 1930, Leo se convierte en uno de los dos asistentes principales de Max Horkheimer, junto con Henryk Grossmann, discípulo de Grümberg y con quien Löwenthal tenía muy poco en común en cuestiones teóricas.

Un acontecimiento importante marcó las acciones futuras del Instituto: en el año 1930, 107 nacionalsocialistas entraron en el Reischtag (el edificio del parlamento alemán). Según Leo, “estas elecciones fueron cruciales [...]. La atmósfera política y emocional fue tal que emigrar fue algo que se consideró seriamente”. Como resultado de este hecho, Felix Weil, M. Horkheimer, Fritz Pollock y L. Löwenthal deciden establecer una sucursal del Instituto en Ginebra. Posteriormente, en 1931, los fondos del Instituto se trasladan de Alemania a Los países bajos, una decisión crucial porque se libran del control económico nazi. Así mismo, las colecciones de la biblioteca del Instituto son donadas a la Escuela de Economía de Londres, con lo que se buscaba librarla de las manos nazis. Para este momento, la reputación del Instituto fue meteórica: recibía a pensadores como Raymond Amon o Edmund Husserl y había adquirido simpatías entre los estudiantes de izquierda. Tanta fue la fama del Instituto que se le apodó “Café Marx”. En 1932 aparece la primera edición de la Zeitscrift für Sozialforschung que tiene un carácter muy importante: en esta edición se presenta lo que después Leo Löwenthal y los demás integrantes del grupo vendrían a denominar un programa de la Teoría crítica. Es importante recordar que entre los artículos de este número, el único dedicado al fenómeno literario, desde la perspectiva de la investigación social, proviene de la mano de Löwenthal. Titulado “Sobre la situación social de la literatura”, este artículo se considera un programa metodológico en el que la historia literaria se concibe como una crítica ideológica, en el sentido que Max Horkheimer propone a propósito de la crítica de la ideología. Entre 1928 y 1931, Leo escribirá una serie de textos que serán reunidos muchos años después, en 1971, bajo el título Arte narrativo y sociedad. Estos textos, al igual que el extenso artículo ya mencionado, se presentan como un programa para un estudio materialista de la historia literaria, es decir, su intención es el estudio de la literatura desde una perspectiva históricomaterialista y sociopsicológica. Es en este punto cuando Löwenthal se empieza a interesar por el problema de la conciencia burguesa, cuyo inicio

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