Mariska Karto

“…lo poco que podemos decir con certeza de la realidad,

a falta de absolutos, es que se parece a la

percepción que se tiene de ella…”

“[…] pero realmente creo que hay cosas que nadie vería si yo nos las fotografío”

En un momento en el que la sociedad se mueve tan rápido, en donde lo técnico nos exige una inmediatez, donde la observación se convierte en un ejercicio casi mecánico en el que las imágenes pasan por nuestros ojos como flashazos en un estudio fotográfico, se necesitan altos en el camino, altos en los que alguien se detenga a observar, a escribir, a hablar, altos que mediante ese alguien se muestren a los otros, espacios de reposo que saquen de lo cotidiano esta carrera de observación por la que estamos siendo manejados actualmente, claros en medio de la oscuridad que muestren un más allá de lo cotidiano, o precisamente, lo cotidiano como una forma de ver mas allá.

Se necesita una visión mística del universo para poder convivir plenamente en él, se necesita entender que hay elementos más allá de lo real y lo metódico, de lo que a simple vista se ve y se encuentra, a cada una de las personas que habitan los días, que caminan sobre el universo se le debe exigir algo más; mas reflexión, mas pasión, mas recuerdo, mas observar lo que tienen a su lado, necesitamos sentirnos en un universo que se crea y se transforma a partir de todos nosotros, y siendo así, lo más grande se hace presente solo cuando cada uno lo encuentra, lo busca, lo consulta, lo habita y lo piensa.

La obra de Mariska karto nos sumerge en una gran variedad de puntos que llevan nuestro ser al límite, que nos colocan ya no solo como espectador/observador sino como seres participantes de cada una de estas escenas, como posibles víctimas, posibles retratados, observar su fotografía nos lleva a recorrer no solo su historia, no solo su visión sino también la nuestra, empalma su realidad con la nuestra y a la vez con la realidad de lo cotidiano, empalma los sueños con las experiencias, la fotografía y con pintura, lo más actual, con aquello que se vivía o se veía anteriormente, su obra es eso, una serie de empalmes tan exquisitos que logran sacarnos de la costumbre de un observar pasivo, nos halan hacia un abismo de incertidumbres que obligan a ser recorridas; la obra de mariska Karto es un observar constante no solo de la mujer, si no del universo en su totalidad.

Sus fotografías retoman gran variedad de elementos, así, para ella es importante trabajar algunas veces tomando como base la pintura del renacimiento – barroco, sus técnicas contienen tal sensibilidad que harían que cualquiera que las observe se sumerja en ellas y en sus historias.

Los puntos en los que se centra para trabajar son muchas veces diversos, como ya eh mencionado, en variadas ocasiones retoma pinturas de la época barroca, remite a antiguas fábulas: mitología griega, historias bíblicas, elementos que para ella son la base y la raíz de nuestra existencia; paralelamente, combina esto con un mundo profundamente onírico por el que se nos es obligado transitar a todas las mujeres en algún

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