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Miguel Grau


Enviado por   •  14 de Junio de 2014  •  11.472 Palabras (46 Páginas)  •  296 Visitas

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Nacimiento[editar]

Miguel Grau nació en el puerto de Paita el 27 de julio de 1834. Sin embargo, una versión tradicional muy difundida ha situado su nacimiento en la ciudad de Piura.1 Fue hijo del teniente coronel grancolombiano (más tarde nacionalizado peruano) Juan Manuel Grau Berrío, natural de Cartagena de Indias, que llegó al Perú formando parte del ejército del Libertador Bolívar, y de María Luisa Seminario y del Castillo, piurana de nacimiento, descendiente de los fundadores españoles de Piura. Fue el tercero de cuatro hermanos; los mayores se llamaron Enrique Federico y María Dolores Ruperta; y la menor, Ana Joaquina Jerónima del Rosario.

Su casa estaba ubicada en la parte baja de la ciudad que en ese entonces contaba con poco más de 5000 habitantes, pero ya había visto nacer a grandes héroes peruanos como los Hermanos Cárcamo que pelearon junto a Gálvez en el Combate del 2 de Mayo. Según cuenta la leyenda, su casa fue destruida totalmente por las fuerzas chilenas de Patricio Lynch cuando entraron al puerto y en el saqueo lo quemaron en su totalidad.

Por entonces, el Perú vivía una época de inestabilidad e intrigas políticas que ocasionaban sublevaciones e intentos de golpe de estado. El país acababa de salir de la primera guerra civil de su historia republicana (enero-abril de 1834). En los años siguientes se desató la guerra por el establecimiento de la Confederación Perú-Boliviana, y tras un breve periodo de calma, surgieron las guerras entre restauradores y confederados, que culminaron con el triunfo de los primeros en la batalla de Yungay, el 20 de enero de 1839. El Perú y Bolivia volvieron a ser estados separados. Se produjo entonces la Restauración en el Perú, asumiendo el poder el mariscal Agustín Gamarra. Éste, obsesionado por anexar Bolivia al Perú, invadió dicha república, pero fue derrotado y muerto en la batalla de Ingavi, el 18 de noviembre de 1841. Sucedió entonces la contraofensiva de los bolivianos, que invadieron el sur peruano.

Fue entonces cuando el teniente coronel Juan Manuel Grau Berrío (padre de Miguel Grau), entonces retirado del servicio y dedicado al comercio, juzgó que debía retornar al ejército peruano para defender a su segunda patria. Escribió a Lima a su viejo jefe y amigo, el general Antonio Gutiérrez de la Fuente, ex Vicepresidente de la República que ejercía el mando del Ejército del Norte, pidiéndole una colocación en filas. La respuesta fue favorable. El general Gutiérrez de la Fuente, en carta del 6 de enero de 1842, expresó al teniente coronel Grau que aceptaba sus servicios "con entusiasmo" y lo llamó a la capital.2

En julio de 1842, el padre de Grau se incorporó a la Secretaría del general Gutiérrez de la Fuente, quien lo destinó a Ayacucho. En junio se celebró la paz con Bolivia (Tratado de Puno), pero una vez más, en el Perú se desató la guerra civil y la anarquía. El sucesor de Gamarra, el señor Manuel Menéndez (presidente del Consejo de Estado), fue derrocado por el general Juan Crisóstomo Torrico. Éste a su vez fue derrotado por el general Francisco de Vidal (segundo vicepresidente del Consejo de Estado), en la batalla de Agua Santa, cerca de Pisco, el 17 de octubre. En el mar, la barca Limeña y la corbeta Yungay se batieron a la vista de Paita. En noviembre, el general Vidal, ya como Presidente del Perú, nombró a Juan Manuel Grau, vista de aduana en Paita.

Carrera naval[editar]

Primeros contactos con el mar[editar]

Retrato de Miguel Grau.

En Paita la actividad marítima civil es grande. Todos los navíos que hacen el tráfico entre Panamá y el Callao tocan en su rada. Funciona en el puerto la escuela náutica que, para formar pilotos capaces de dirigir con acierto la marina civil del Perú, había fundado el vencedor de Yungay, el mariscal Agustín Gamarra. Al pequeño Miguel, que sólo tenía ocho años, le fascina la inmensidad del océano. Su vocación naval comienza a despertar.

Miguel Grau tiene nueve años y sigue los primeros cursos de instrucción primaria. El muchacho, listo y resuelto, ha sido educado con dureza por el padre para conseguir con ello templar su carácter y acerar su voluntad. Como siente la atracción del mar, obtiene en marzo de 1843, tras continuos ruegos, el permiso paterno para embarcarse en un bergantín de la marina civil dedicado al tráfico marítimo entre Paita y otros puertos del litoral peruano y de los países del norte hasta Panamá. El capitán del buque es el capitán de travesía don Manuel Francisco Herrera, gran amigo de Juan Manuel Grau y Berrío. La profesión está decidida y el niño de nueve años logra imponer su voluntad y se hace marino civil. En casa quedan los padres y tres hermanos más: Enrique, Dolores y Ana.

El comienzo de su carrera náutica no tiene buenos augurios. El buque zozobra y el aspirante a marino se salva de forma milagrosa, retornando al hogar para volver al colegio.

En 1844, Grau, que siente la nostalgia del mar, ruega al padre que le de autorización para regresar a bordo. Su padre vuelve a acceder. Esta vez queda definitivamente consagrada la carrera náutica de Grau, que se embarca en diferentes buques, a veces con breves retornos a la patria y al hogar paterno de Paita. En esos viajes recorre todos los mares y los puertos más importantes del mundo, así como otros que recién se abrían a los marinos occidentales.

Igualmente visita las lejanas y entonces desconocidas islas oceánicas. El mismo almirante ha dejado una relación circunstanciada y concisa de los azares de ese período de su existencia.3

Guardiamarina[editar]

Durante estos viajes aprende la ciencia y el arte de la navegación y conoce a hombres de muchos países que hablan distintos idiomas. De regreso al Perú, el piloto Grau, graduado en Inglaterra como oficial de la marina mercante, que ya es un lobo de mar, 12 años de marino civil, se establece en Lima, donde ingresa a la Marina Militar del Perú.

En el mismo año, 1853, en que Grau deja la marina civil para convertirse en Marino Militar, su padre, consigue que, en atención a sus méritos militares y leales servicios prestados al Perú, las Cámaras Legislativas asignen a su favor una pensión de gracia, de por vida, de cuarenta pesos mensuales. Aprobada en la Cámara de Diputados el otorgamiento de dicha pensión, la Comisión Militar del Senado la aprueba, igualmente, con un honroso dictamen, en que se califica a Grau padre como "viejo soldado de la independencia americana".4

Durante los viajes del joven Grau, la Marina militar del

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