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Enviado por   •  9 de Septiembre de 2015  •  Ensayos  •  4.670 Palabras (19 Páginas)  •  63 Visitas

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4 MESES PARA AMAR.

Hernández Contreras Gabriela Hirany.

 “Grecia, sé que el tiempo de conocernos es escaso y no te he conocido como quisiera.

No sé el porqué de esto, tal vez es porque me da miedo estar junto a ti.

Veo que escribes algo y no sé qué es… todos dicen que es para el chavo del 2.

Ahora entiendo que no tiene ningún caso darte esta carta.

Pues a cada instante lo mencionas y siento de algún modo un dolor al saber que tus pensamientos están con alguien más.

No sé por qué escribo esto, sé que no tienes algún interés en mí y siento unas ganas horribles de llorar.

Te quiero desde que mis ojos te ven diario.

No sé, Siento un sin fin de emociones cuando te veo.

Mi mundo se detiene.

El tiempo no corre.

No puedo decir que te amo ni tampoco que te quiero pues ambas palabras son vanas, ya que no demuestran mis sentimientos hacia ti.

Sé que jamás serás nada mío y no importa, sólo quiero que seas feliz.

Atte.: Daniel”

Estaba sentada en el viejo sofá blanco percudido, recordando exactamente el tiempo que paso, ¿Cuánto fue? No lo recuerdo, solo sé que las cosas  están mal. ¿Cómo fue que cambiaron tan drásticamente?

Oh si, ya lo recordé todo comenzó… justo antes de las vacaciones invernales en el único lugar donde una estudiante como yo, puede conocer a un estudiante como Daniel, era increíble que una persona como el existiese en la tierra, es más, es increíble que yo conozca a alguien como el:

Listo, atlético, atento, caballeroso, educado, divertido, con un horrendo sentido del humor, estudioso, responsable, a veces bastante transigente  y la mezcla perfectamente imperfecta de habilidades, virtudes y defectos.

Eso era Daniel, pero estando en el primer semestre y coincidiendo en varias ocasiones en el transporte público… ¿Por qué jamás lo había notado?

Era porque realmente si lo había notado solo que no quería aceptar algo así.

Como es de esperarse alguien como Daniel tiene muchos amigos y un grupo de admiradoras por así decirlo, las conocía todas y realmente no me importaba en Daniel no veía más allá que un amigo y el no veía a nadie más que a Irene.

Como en toda preparatoria hay ciertos eventos donde los alumnos de alguna manera se podría decir que con un “toque de talento” pueden expresarse en alguna disciplina o rama artística, en donde yo estudio se llama “Expresión juvenil” un encuentro de muchas escuelas donde antes se hace un concurso previo para determinar quién representa al colegio, por azares del destino Daniel, de una forma milagrosa también componía y recitaba poemas y yo bueno siempre tuve ese sueño frustrado de interpretar algo frente a un grupo de gente como la protagonista, el concurso de declamación quedo como anillo al dedo para ambos, de nuestro salón fuimos tres personas: Daniel, yo y una fan de Daniel llamada Abigail.

Durante el concurso me di cuenta que Daniel era más que una persona con muchas cualidades, me di cuenta al escucharlo que él estaba enamorado, enamorado de alguien que no lo podía corresponder o que simplemente no quería, lo miraba caminar y desenvolverse en el escenario fue la primera vez que me fije en él, la primera vez que me dio curiosidad su persona, en saber ¿cómo lograba escribir así?, ¿cómo podía interpretar así?, ¿cómo era que una persona tan joven escribiera palabras tan grandes llenas de emociones?

Desafortunadamente, el no gano. Gane yo el concurso, represente a la escuela, gane el segundo lugar, cumplí otra de mis metas, supe que de verdad me gustaba declamar y de alguna manera Daniel me inspiro a volver a escribir.

Debes en cuando podía escuchar lo que escribía en clase de literatura era de esperarse que se escucharan los pequeños gritos y suspiros de algunas personas cuando terminaba de hablar, pero, todo lo que escribía era para Irene y no era de esperarse su nombre le quedaba perfecto, bella como una doncella griega, inteligente, educada y responsable, además de ser atlética era perfecta para alguien como él.

Comencé a relacionarme más con él, me cambie al lado de su lugar, pero no por el sino por el resto de mis amigos.

Justo una semana después de Expresión Juvenil se vino algo igual de estresante, su servidora era la coordinadora junto a mi mejor amiga Giselle y la jefa de grupo Joselyn, partimos el grupo en dos para hacer la coreografía, los que más o menos sabían bailar a cargo de Giselle y Joselyn y los que sabían un poco más a cargo de mí, entre los jóvenes a mi cargo se encontraban Irene y Daniel, en la formación de la coreografía estaban juntos y curiosamente Daniel quedaba en medio, creo que mi subconsciente ya sabía que me atraía entre muchos gritos de: -¡A cuenta!, ¡De nuevo!, ¿¡Que rayos hacen!?- y las faltas de David la hora de presentar el villancico se aproximaba y justo un día antes sucedió algo que no me gusto.

Un profesor en particular, bastante chismoso por cierto. Decidió hacer preguntas incomodas gracias a la votación de mi salón  de jugar a eso las preguntas iban y sorprendían a cualquiera.

-¿Con cual de tu grupo de amigas de besarías?- pregunta dirigida a una mujer

-¿Cuándo quieres que sea tu primera vez y con quién?- pregunta a otra niña

-Si pudieras besar a Martin ¿Dónde lo besarías? Alguien con fetiches raros que me pregunta cosas fuera de lugar.

-¿Por qué no dejas a tu novio y andas con Cristóbal?- pregunta incomoda a otra niña.

-¿Con quien tendrías sexo del grupo?- pregunta hecha a varias personas

-¿Te gusta German?- pregunta hecha a la Jefa de grupo.

-Si no tuvieras ni en que caerte muerta, ¿Te prostituirías?- pregunta a mí por algún idiota.

-¿Te gusta Cristóbal?- pregunta hecha por mí para hacerle un favor a Cristóbal.

-¿Aun extrañas a Inés?- pregunta hecha por mí para incomodar a unos exnovios.

-¿Aun quieres a Gonzalo?- Pregunta hecha por alguien que tuvo la misma idea que yo.

-¿A quien prefieres o con quien andarías… Con Daniel o con Cesar?- Pregunta hecha por alguien que quería hacer el ambiente tenso y que alguien saliera lastimado, pregunta dirigida a Inés.

En ese momento mis ojos miraron a Daniel, el color de su piel era rojo a pesar de ser moreno y el de Inés estaba igual, Cesar no había asistido a clases, pero Inés prefirió no responder, ¿A quién demonios se le ocurre preguntar algo tan delicado? Aun no lo sé, odie ese día y también odie ese estúpido juego, no por malo si no por Daniel, algo andaba mal, eso no era normal.

Llego el día de los villancicos, las 3 encargadas terminábamos de acomodar, salió bastante bien los jóvenes se veían tiernamente sexys y las señoritas lucían tan lindas y coquetas, ah y el santa, bueno… el santa lucia gordo, había un árbol, un bebe algo frondoso y un regalo que era tan pequeño que ni siquiera se vio, es decir… el regalo se ausento.

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