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ALIMENTOS TRANSGENICOS


Enviado por   •  29 de Noviembre de 2012  •  2.226 Palabras (9 Páginas)  •  470 Visitas

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El autor del libro “El Hambre en el Mundo y los Alimentos Transgénicos”, Antón Novás (2005) se cuestiona: “Pero si los transgénicos son la respuesta, ¿cuál era la pregunta?”. En los últimos años muchas personas se han hecho esa pregunta, muchas otras creen saber cuál es la respuesta: el combatir el hambre mundial. En lo personal también creí que los alimentos genéticamente modificados eran la solución para acabar con el hambre en el planeta, o al menos disminuirla, pero al investigar sobre el tema y leer a distintos autores uno se da cuenta de que todos ellos coinciden con lo mismo y que acabar con el hambre mundial no es su principal objetivo. A lo largo de este ensayo pretendo hacer notar por qué cambié mi opinión y cuál es para mí el principal objetivo de los organismos genéticamente modificados (OGM).

Antes de entrar bien al tema hay que aclarar lo que es un alimento transgénico. Son aquellos alimentos que fueron producidos a partir de los OGM, que su genoma fue alterado ya sea introduciéndoles un gen distinto o modificando el que ya tienen (Enciclopedia Wikipedia, 2008). Al inyectarles otros genes a las semillas las hacen más resistentes contra plagas o contra los daños que les pueda causar el clima, como sequías o temporadas muy frías.

Ahora, la pregunta es: y esto ¿cómo va a ayudar a combatir el hambre? Actualmente mueren aproximadamente once millones de niños al año a causa de falta de alimento, aparte cada año aumenta la población mundial entre setenta y ochenta millones de personas. Eso quiere decir que para el 2015 habrá aproximadamente mil millones más personas de las que hay actualmente (Giovanni Sartori y Gianni Mazzoleni, 2003). Aquí es donde entran los transgénicos. Con una semilla que puede resistir las plagas de insectos y larvas y los climas extremos es mucho más fácil cultivarla en grandes cantidades y así proveer a más personas alimento. Entonces ¿cuál es el problema con esa suposición? Sencillo, el alimento que se cosecha se debe de pagar, y las personas que están muriendo por falta de alimento son las personas que no pueden pagarlo, países como los europeos o los de América del Norte tendrían que pagar el doble de impuestos para poder alimentar al resto de las personas pobres (Giovanni Sartori y Gianni Mazzoleni, 2003).

Aparte de la mentira de que los OGM son la cura contra el hambre del planeta existen otras mentiras sobre ellos según Antón Novás (2005):

• No hay pruebas de que los alimentos transgénicos amenacen el ambiente. Las cosechas transgénicas reducen la cantidad de herbicidas y de insecticidas que se usan.

• La ingeniería genética es precisa y exacta, plenamente controlada. Uno siempre puede dejar de consumir alimentos GM (genéticamente modificados).

• Los agricultores saldrán beneficiados con los transgénicos.

• Debemos de creerles a los científicos que nos recomiendan los transgénicos.

Sabiendo que lo anterior es mentira, entonces, ¿para qué existen los alimentos GM? En marzo de 2003 la FAO (Food and Agriculture Organization) publicó algunos argumentos a favor de los transgénicos en diferentes temas, que son la productividad agrícola, los beneficios ambientales y los beneficios para la salud humana.

Los primeros son: tener más resistencia a los agentes externos; alimentos más nutritivos, como el introducir vitamina A al arroz, ya que más del cincuenta por ciento de la población mundial se alimenta de arroz; mayor productividad de leche en las vacas (cosa innecesaria, pues en el mundo está lleno de leche2). Los beneficios ambientales son: tener más cultivos en menos tierras; rehabilitación de las tierras degradadas; conservación de productos; y biocombustibles. Los últimos son: medicamentos y el estudio de genes que producen alergias.

En esa misma fecha la FAO también publicó argumentos en contra de los alimentos GM. Efectos negativos contra el medio ambiente: los genes pueden fugarse y llegar a lugares imprevistos; los genes pueden mutar y provocar efectos no esperados; genes inactivados pueden activarse de forma repentina; los OGM pueden competir o cruzarse con organismos no modificados; pueden tener impacto sobre los insectos, las aves o sobre el suelo. Contra la salud humana: se pueden transferir genes causantes de alergias, Pioneer modificó soja que le produjo reacciones alérgicas a las personas que las consumían. Efectos socioeconómicos: puede que unas pocas empresas controlen el mercado agrícola dejando a muchos agricultores y campesinos sin trabajo; la propiedad privada puede adueñarse del conocimiento sobre transgénicos dejando al sector público sin acceso alguno; la tecnología “Terminator” de Monsanto, evita que un cultivo se reproduzca obligando al campesino a tener que comprar semillas en cada siembra.

Un estudio inglés llamado “Evaluación a Escala de Granjas” reveló que todos los cultivos de semillas transgénicas tienen diferente impacto en el medio ambiente. Este estudio analizó cómo iba evolucionando la vida natural de tres semillas distintas (la remolacha, el aceite de colza y el maíz) en diferentes lugares. Al final se vio que en los tres casos hubo efectos negativos sobre el medio ambiente: en el caso de la remolacha y el aceite de colza los expertos observaron que hubo una baja en la cantidad de abejas y mariposas en la zona cultivada. En el caso del maíz hubo un aumento en la cantidad de insectos.

Otro estudio por la Universidad de Cornell (1999) demostró que gran cantidad de larvas de mariposa monarca habían muerto por ingerir el polen de maíz transgénico Bt (Bacillus thuringiensis). Es una toxina que al ser ingerida por los insectos se aloja en el tracto digestivo y termina matándolos (en Antón Novás, 2005).

Un estudio realizado por la Universidad de Caen, en Francia, (2007) reveló que le maíz de Monsanto mostró síntomas de toxicidad en los riñones y el hígado de las ratas. Este producto es de consumo humano actualmente (Greenpeace).

Además, ni siquiera es más barato el uso de transgénicos. Charles Benbrook analizó la producción de maíz en Estados Unidos desde 1996 hasta el 2001 y concluyó que los agricultores pagaron aproximadamente 659 millones de dólares extra por la semilla alterada genéticamente, y el volumen adicional producido fue de 567 millones, esto quiere decir que los agricultores en ese tiempo perdieron aproximadamente 92 millones de dólares (en Antón Novás, 2005).

Desde 1996 se comenzó a

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