Aclaramiento mucosilar
YURBYPULGAR11 de Octubre de 2014
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Aclaramiento Mucociliar
► La contaminación, el tabaco y muchos de los problemas que afectan a las vías respiratorias altas, incluyendo infecciones de los senos paranasales (sinusitis) y alergias, producen un mal funcionamiento de los cilios nasales.
► Los cilios son unas proyecciones minúsculas (como pelosidades), mucho más pequeños que la punta de un alfiler y que se encuentran por miles en la mucosa de las vías respiratorias (cada célula de la mucosa de la nariz y bronquios posee unos 25-30 cilios, cada uno de una longitud de 5-7 µm). Estos a manera de remos golpean en condiciones normales a una frecuencia de 16 veces por segundo siendo su función la de barrer de la nariz las bacterias y partículas de hasta 0,5 mm de diámetro, arrastrándolas hacia la faringe a una velocidad media de 5 mm/min (3-25 mm/min) para que en un plazo de tan solo unos 10-15 minutos sean eliminadas de la nariz y deglutidas. Por tanto los cilios (responsables del aclaramiento mucociliar), resultan ser un mecanismo de defensa crucial contra las infecciones de la nariz, senos y bronquios.
El moco está formado por dos capas, una muy liquida (sol) en la que se encuentra inmerso la casi totalidad del cilio y otra capa más espesa (gel) que arrastra las partículas e impurezas y que es desplazada por el extremo distal de los cilios.
► El mal funcionamiento de este sistema de limpieza impide que el moco se renueve, favoreciendo el acumulo de secreciones e infecciones. La irrigación nasal pulsátil, a diferencia de otros rociadores, no solamente descongestiona mediante la eliminación momentánea de las secreciones, sino que además su uso continuado ayuda a restablecer el movimiento ciliar normal. De esta forma se consigue que este importante sistema de defensa natural pueda trabajar eficazmente, previniendo las infecciones y otras afecciones de las vías respiratorias altas.
Las fosas nasales, senos paranasales, oído medio, trompas
de Eustaquio, rinofaringe, parte de la laringe, tráquea y
bronquios, hasta los bronquiolos terminales, están
cubiertos por un epitelio pseudoestratificado ciliado. Cada
célula posee entre 50 y 200 cilios, sobre los que se dispone
una capa de secreción.
Los cilios del epitelio respiratorio son proyecciones
delgadas, largas y móviles -con motilidad intrínseca- que
surgen de la superficie luminal de la célula. Miden de 4 a 6
micras de longitud y 0.3 de diámetro, aunque son más
cortos en los bronquios terminales. Deben batir en un
medio líquido o mueren.
Los cilios respiratorios baten constantemente a una
frecuencia media de 1000 batidas/minuto y mueven los
materiales de su superficie a una velocidad variable de
entre 3 y 25 milímetros/minuto, dependiendo de la
localización y de las condiciones ambientales.
La finalidad de la batida ciliar en la vía aérea es el
transporte de moco y del material sobre él depositado hacia la faringe, desde las fosas nasales y el árbol
traqueobronquial, para de esta manera ser deglutido y así
eliminado.
Moco: El moco es un fluido complejo y
heterogéneo constituido en su mayor parte por agua. El
resto lo forman glicoproteínas (también llamadas mucinas
o mucoproteínas), lípidos, inmunoglobulinas, enzimas
proteolíticas, DNA, actina y electrolitos. El volumen
normal de secreción de moco en las vías aéreas oscila entre 0.1 a 0.3 mililitro por kilo de peso y día. Se origina
principalmente de las células caliciformes y de las
glándulas serosas y seromucosas de la submucosa Otras
células epiteliales y la trasudación desde la sangre
contribuyen también, aunque en menor proporción, a la
formación de la secreción respiratoria. Además de la implicación directa del moco en el transporte
mucociliar, en la mucosa nasal cumple otras funciones:
- atrapamiento de las sustancias inhaladas
- protección del epitelio frente a las bajas temperaturas y la
baja humedad
- reacción química con gases inhalados y aerosoles
- y reacción con los virus atrapados, dado que las
glicoproteínas contienen ácido siálico y este atrapa a las
hemaglutininas de los virus influenzae A y B. El moco posee una naturaleza heterogénea, que se
constituye en dos capas distintas. En 1934 Lucas y Douglas
dedujeron que debían existir dos capas distintas de
secreciones: una lámina superficial y viscosa de moco o
capa de gel y una capa subyacente de líquido periciliar
seroso o capa de sol, de 6-8 micras de espesor. La capa
superficial o de gel actuaría como una banda
transportadora que se mueve a lo largo de los extremos de
los cilios. Esta capa atrapa las partículas inhaladas y resulta tan
adherente que estas partículas quedan adheridas a ella con
un mínimo contacto. Tiende a formar una capa contínua,
aunque en muchas áreas es discontínua. Procede de la
secreción de las células caliciformes y las glándulas
submucosas Los cilios están rodeados por una capa de líquido periciliar
más fluido o capa de sol que permite la movilidad ciliar. El
espesor de esta capa se aproxima a la longitud de los cilios
y se mantiene dentro de unos límites estrechos merced a la
formación de la capa de gel. Es una capa acuosa, contínua,
de baja viscosidad, que se origina a partir de la trasudación
epitelial y del transporte activo de iones a través de las
células epiteliales con el consiguiente flujo pasivo de agua.
El espesor de la capa periciliar es un factor clave para el
éxito del aclaración del moco por el cilio. Si la capa
periciliar es demasiado profunda los cilios y el moco no
pueden interactuar y si es muy delgada el moco afecta al
tallo del cilio e impide un patrón de batida ciliar efectivo.
Transporte mucociliar: El transporte mucociliar se lleva a cabo siempre en la
misma dirección dentro de una cierta área del tracto
respiratorio. En el extremo más anterior de la nariz la
corriente se dirige hacia delante, donde los materiales son
accesibles a la limpieza manual. Un poco por atrás, la
secreción es movida hacia los meatos, áreas protegidas
donde los cilios están bien preservados. Desde otras partes
de las paredes laterales y desde el tabique nasal el flujo de
moco está dirigido ligeramente hacia abajo y atrás, en
dirección a la faringe donde será deglutido de forma
habitualmente desapercibida. En los senos paranasales el
flujo de moco se encuentra siempre dirigido hacia el
ostium de desembocadura en la fosa nasal. El flujo del
árbol traqueobronquial también es dirigido hacia la faringe
La velocidad media de aclaramiento del moco en las fosas
nasales es de 8 milímetros/minuto. La velocidad es similar
en la tráquea, pero va disminuyendo conforme penetramos
en el árbol traqueobronquial, estimándose en 0.5
milímetros/minuto en bronquiolos y 1 milímetros/minuto
en bronquios superiores.
ESTUDIO SOBRE LA TOS.-
Se trata de un complejo mecanismo de defensa, el cual se puede activar de forma
refleja o voluntaria, provocando la salida de aire a gran velocidad y presión,
arrastrando el exceso de moco, cualquier materia extraña o partícula depositada en los
bronquios o tráquea, manteniendo así las vías aéreas de los pulmones libres.
MECANISMO FISIOLÓGICO.-
El reflejo de la tos se sirve de todo un sistema de receptores distribuidos en el tracto
respiratorio, en el interior del epitelio, formado por fibras nerviosas mielinizadas, que
son más abundantes en la laringe, disminuyendo progresivamente a medida que se
avanza hacia la tráquea, la carina, los bronquios principales y desapareciendo en las
divisiones bronquiales más distales.
Parecen existir ciertas diferencias entre los receptores superiores (laringe y tráquea),
que responderían más eficientemente y con menos tolerancia ante estímulos
mecánicos , en tanto los distales (bronquiales) lo harían de manera más afín a
estímulos químicos y presentarían mayor adaptabilidad a estímulos repetidos 1.
Por otro lado, aunque los receptores están dispersos anatómicamente, las aferencias
del reflejo de la tos parecen recaer sobre los nervios laríngeo y vago 2, en el S.N.C. se
localizaría en el bulbo raquídeo y la eferencia consistiría en la estimulación de los
músculos intercostales, el diafragma, la pared abdominal y la laringe.
La secuencia o proceso de la tos se puede resumir en tres fases:
1º Inspiración o carga, en la cual se realiza una inspiración profunda a través de una
glotis completamente abierta, el volumen inhalado puede variar notablemente (desde
la capacidad pulmonar total hasta volúmenes mucho más bajos), son los grandes
volúmenes los que proporcionan una mayor efectividad mecánica para toser, al
mejorar el coeficiente de longitud/tensión (generando mayor presión intratorácica),
además a mayor estiramiento el retroceso elástico del pulmón es más
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