BORRASCAS Y ANTICICLONES.

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BORRASCAS Y ANTICICLONES

Climatología

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BORRASCAS O CICLÓN

Estos fenómenos meteorológicos están restringidos a las latitudes tropicales y a las costas occidentales de los océanos, y reciben diferentes nombres, según regiones. Así, el término ciclón serpia propio de la región de Bengala, mientras que este mismo fenómeno en otras regiones de Asia se denomina tifón, y en América huracán.

Nosotros nos referimos a los ciclones sin entrar en mayores consideraciones sobre su denominación.

Los ciclones son intensas depresiones atmosféricas (en ocasiones de 900 hPa) que afectan a superficies circulares de 50 a 200 km de radio. Estos núcleos de bajas presiones generan vientos en torbellino de gran magnitud, cuya velocidad puede llegar en ciertos casos a los 300 km/h. De hecho, en función de la velocidad de los vientos podemos distinguir entre depresiones tropicales (con vientos superiores a los 65km/h), tempestades tropicales (de vientos entre 65km/h y 118km/h) y ciclones en sentido estricto (con velocidades superiores a los 118km/h). En ocasiones se ha llegado a medir velocidades hasta de 325km/h.

Las condiciones de la región tropical donde se generan estas depresiones hacen que,  una vez generadas, se mantengan merced a la intensa evaporación que se produce sobre los mares cálidos (con temperaturas de no menos de 26°C).  Esta evaporación produce un ascenso del aire, que a medida que va ascendiendo, se condensa, liberando energía, que a su vez acelera el proceso de ascenso. La inestabilidad convectiva permanece, mientras que el agua caliente y los procesos de evaporación son capaces de mantener el ascenso.

La dirección de los ciclones suele coincidir con la de los vientos alisios en la zona de las Antillas, y con la de los monsones en las costas de filipinas, China o Japón, pero su trayectoria en ocasiones resulta demasiado impredecible y difícil de explicar.

Los ciclones suelen desarrollarse según un esquema clásico, que incluye una fase inicial, similar a la de las depresiones tropicales, tras la cual se llega a un estado de madurez y posteriormente a una fase de declive, cuando el ciclón penetra en los continentes. El nacimiento de los ciclones se produce en aquellas zonas donde la temperatura del mar es suficientemente cálida, es decir, entorno a la zona entre los paralelos 20° norte y 20°sur. No obstante, existe una franja en las proximidades del ecuador (entre 5° norte y 5° sur) donde los ciclones no llegan a desarrollarse debido a que en esas latitudes la fuerza de coreolis es demasiado débil para generar vientos en torbellino.

En el hemisferio sur, la estación de los ciclones abarca desde el mes de diciembre hasta mayo, mientras que en el norte comprende el periodo entre junio y octubre el número de los ciclones varia notablemente de un año a otro.

No solo existen oscilaciones en el número de ciclones que afectan a las distintas regiones, sino también se dan variaciones en el origen y trayectorias de estos fenómenos meteorológicos, como ya hemos mencionado antes. Las islas filipinas, se ven afectadas por ciclones originados en latitudes entre 5°y 12,5° norte de los cuales el 5% se forman en el mar de china y un 1 por ciento sobre el mar interior del archipiélago. La trayectoria de estos ciclones (denominados tifones en esta región) suele ser sureste/noroeste, aunque con frecuencia presentan en su trayectoria una cierta desviación hacia el este/noroeste. Sin  embargo, los ciclones no siempre siguen trayectorias definidas, y en ocasiones pueden pasar incluso fuera del periodo previsto. Por ejemplo en Namu  arraso las islas de salomon el 21 de mayo de 1986, pese a que estas se encuentran fuera de las zonas de influencia de los ciclones del pacifico sur. Las víctimas de los ciclones generalmente pierden la vida a causa de las inundaciones producidas por las descomunales precipitaciones, por las mareas o por los fuertes oleajes generados.

Las precipitaciones relacionadas con los ciclones pueden alcanzar cerca de 1000mm por día en la zona directamente sobre la trayectoria del ojo. A medida que nos alejamos del centro del ciclón, las precipitaciones van disminuyendo, pero siguen siendo considerables. Hace, a mil km, se alcanzan precipitaciones de 100mm por día, y a 200 o 400 km del centro, las precipitaciones disminuyen a 30-40 mm por día. Estas precipitaciones pueden aumentar o disminuir en función de parámetros, como la trayectoria seguida por el ciclón (que puede determinar la capacidad de recarga de humedad del mismo) o la topografía. Por ejemplo, tras el paso del clon Hugo por la isla Guadalupe, en septiembre de 1989 las mayores precipitaciones se registraron en las zonas donde la pendiente del volcán había obligado a la masa del aire húmedo a ascender, causando su concentración y por consecuente aumento en las precipitaciones, también las fuertes vientos del torbellino causa grandes daños. Pueden afectar intensamente la cubierta vegetal, los vientos generados pueden derribar árboles y construcciones he incluso arrastrar animales y personas. Además, los vientos cargados de sal provenientes del mar, contribuyen de forma notable a la destrucción de la vegetación, tanto de los bosques como de cultivos al actuar como defoliantes.

Por otra parte, los ciclones suelen implicar otros fenómenos relacionados con agitación provocada sobre la superficie de los océanos, tales como olas de grandes dimensiones o mareas ciclónicas. El nivel del agua en las costas puede subir varios metros dañando el litoral he inundado instalaciones, construcciones y cultivos próximos a la costa.

EVOLUCIÓN DE UN CICLÓN TROPICAL

Los ciclones tropicales se desarrollan en el verano y principios de otoño en la zona entre 8 y 15 grados de latitud, fuera del cinturón ecuatorial de bajas presiones porque allí no se hace sentir la fuerza de Coriolis, fuerza necesaria para que comunique al aire el movimiento de giro alrededor del centro de baja presión. Los ciclones comienzan sobre los océanos cuya temperatura es superior a 27° C, a partir de una depresión tropical o una onda del este. A medida que se incrementa la velocidad del viento evoluciona a  tormenta tropical  con nubosidad en espiral, y al superar los 118km/h adquiere la categoría de huracán y se le asigna un nombre.

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