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Bacterologia


Enviado por   •  16 de Noviembre de 2012  •  3.730 Palabras (15 Páginas)  •  655 Visitas

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La Bacteriología es la rama de la Biología que estudia la morfología, ecología, genética y bioquímica de las bacterias así como otros muchos aspectos relacionados con ellas. Es de gran importancia para el hombre por sus implicaciones médicas, alimentarias y tecnológicas.

Las bacterias se dividen en 2 tipos: Benéficas y dañinas.

Los agentes infecciosos son organismos vivos o partículas que causan una enfermedad infecciones. Las bacterias, virus, hongos, etc.

Bacterias Benéficas:

Aunque nosotros las veamos como algo malo, necesitamos a las millones de bacterias que viven dentro de nuestro organismo. El intestino es un claro ejemplo, ya que es uno de los ecosistemas más densamente poblados con cien billones de bacterias de hasta mil especies diferentes. Éstas, necesitan vivir en el intestino, ya que fuera no podrían. Nosotros las alimentamos y a cambio, ellas favorecen la absorción de nutrientes convirtiendo en aprovechables algunos residuos de la dieta que no podemos digerir y regulando parte de nuestras defensas. Al igual que pasa en la boca, piel, nariz y genitales.

La vida actual, en la que hacemos una limpieza a veces excesiva y con hábitos alimentarios que tienen mucho que ver con que cada vez estemos menos en contacto con microbios, es perjudicial a medio plazo. Por ejemplo, el exceso de limpieza provoca que se supriman de la piel la mayoría de bacterias que viven en la superficie y altera las condiciones de humedad. Lo que favorece la aparición de infecciones, eccemas, descamaciones, grietas y problemas de todo tipo. La composición de la flora bacteriana en los niños, sobre todo los primeros meses de vida, es una de las claves en el desarrollo del sistema inmunitario. Los niños con floras bacterianas más ricas y variadas sufren un menor desarrollo de enfermedades como alergias y dermatitis en los primeros años de vida. Hay que bañar a los niños sin usar jabones y shampos agresivos, ni antibacterianos.

Sistema inmunitario

Para mantener un sistema inmunitario que funcione correctamente, debe haber una activación de las defensas de forma continuada. Tras la toma de antibióticos por cualquier infección, aparecen diarreas y hongos. Esto sucede porque estos hongos aprovechan que el antibiótico ha destruido no sólo las bacterias que producían la infección, sino también las que habitan el organismo, que se ocupan de mantenernos sanos. Es un buen ejemplo del equilibrio en el que vivimos y de que no hay que abusar de los antibióticos.

También podemos incluir en nuestra dieta los prebióticos: Se trata de bacterias que se incluyen en la preparación de una amplia gama de productos. Los más conocidos, son los que consumimos en yogures y derivados lácteos. Los prebióticos son sustancias alimenticias que nutren a un determinado grupo de microrganismos de la flora intestinal, de forma que favorecen la multiplicación de bacterias benéficas para el organismo.

Bacterias dañinas:

A principios del siglo XIX los trabajos de los médicos franceses Gaspart Laurent Bayle y René Laënec establecieron las formas y estadios de la tuberculosis como enfermedad; ambos fallecieron por su causa. El microbiólogo alemán Robert Koch descubrió, en 1882, el agente causal, el bacilo de la tuberculosis (también conocido como bacilo de Koch, Mycobacterium tuberculosis). En 1890, desarrolló la prueba de la tuberculina para el diagnóstico de la enfermedad. En 1924, los bacteriólogos franceses Albert Léon Calmette y Alphonse F.M. Guérin desarrollaron una vacuna denominada BCG (vacuna del bacilo de Calmette-Guérin).

El primer agente quimioterapéutico específico para la tuberculosis fue la estreptomicina, descubierta por el microbiólogo norteamericano Selman Abraham Waksman en 1944. Este descubrimiento fue seguido por otros fármacos que revolucionaron el tratamiento de la tuberculosis. Un número importante de personas con síndrome de inmunodeficiencia adquirida desarrollan tuberculosis y han aparecido algunos bacilos resistentes al tratamiento farmacológico.

Los bacilos de la tuberculosis son transmitidos por la flema, bien en gotitas suspendidas en el aire o por partículas de polvo y rara vez por excrementos o alimentos. A diferencia de otras enfermedades infecciosas, la tuberculosis no tiene un periodo de incubación específico. Un episodio único no confiere inmunidad duradera. El bacilo puede permanecer latente en el organismo durante un largo periodo, hasta que una disminución de las defensas le da la oportunidad de multiplicarse y producir los síntomas de la enfermedad. Aunque una tercera parte de la población mundial es portadora de bacilos tuberculosos, la enfermedad se desarrolla en un porcentaje pequeño de personas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que, si el control de la enfermedad no mejora, entre el 2002 y el 2020, alrededor de 1 000 millones de personas en el mundo se infectarán, 150 millones contraerán la enfermedad y 36 millones morirán como consecuencia de la tuberculosis. Anualmente esta enfermedad es responsable de la muerte de 2 millones de personas (incluidas las personas infectadas con el VIH); las regiones más afectadas son el África subsahariana, el sureste de Asia y la Europa del Este.

La difteria es una enfermedad aguda muy infecciosa que afecta principalmente en la infancia, caracterizada por la formación de falsas membranas en las vías del tracto respiratorio superior. El agente causal de la enfermedad, descubierto en 1883, es el bacilo Corynebacterium diphtheriae.

El bacilo diftérico penetra en el organismo a través de la boca o de la nariz y afecta a las membranas mucosas, donde se multiplica y produce una toxina muy potente. La toxina lesiona el corazón y el sistema nervioso central y puede producir la muerte. Cinco días después de la exposición al bacilo de la difteria, se forma un exudado blanco grisáceo que afecta las superficies de la nariz y de la garganta. Este exudado aumenta de tamaño y espesor convirtiéndose en una falsa membrana grisácea que puede llegar a obstruir el conducto respiratorio. A veces es necesaria la cirugía para evitar la asfixia.

La prueba de Schick, que se utiliza para determinar si un individuo es inmune o no a la difteria, fue desarrollada en 1913 por el pediatra húngaro-americano Béla Schick.

La difteria es una enfermedad aguda muy infecciosa que afecta principalmente en la infancia, caracterizada por la formación de falsas membranas en las vías del tracto respiratorio superior. El agente causal de la enfermedad, descubierto en 1883, es el bacilo Corynebacterium

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