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Calenturiento


Enviado por   •  13 de Agosto de 2013  •  2.156 Palabras (9 Páginas)  •  326 Visitas

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¿Por qué los alimentos naturales no son más sanos?S

La moda de que los productos naturales son más sanos, porque presentan un menor número de productos químicos, que nos provocan extraordinarios problemas, es cuando menos, falsa. Hoy desmontamos algunas de las falacias acerca del sector alimentario.

Ayer domingo se emitía un nuevo capítulo del famoso programa "Salvados", del periodista Jordi Évole. En el programa titulado "¿Qué comemos?", el equipo de La Sexta buscaba, en principio, dar las claves sobre los alimentos que ingerimos a diario.

A mi juicio, Évole y sus colaboradores han cometido errores de bulto sobre los productos alimentarios en su programa. Para quien no lo haya visto, o para quien dedicara su noche de domingo a ver esta nueva edición, hoy hablamos de la relación de los alimentos naturales, los productos químicos y nuestra nutrición. ¿Es verdad todo lo que cuentan?

Lo natural no es más sano

El primer fallo grande del capítulo de ayer es tratar de abordar varios temas (complejos) sobre el sector alimentario. No se puede pasar rápido de los aditivos a la contaminación ambiental, sin caer en el tremendo error que supone confundir al público. Tras el programa del domingo, es más que probable que se mezclen ideas relacionadas, por ejemplo, con la toxicidad del mercurio con el uso de los antibióticos, o la necesidad de emplear conservantes por parte de la industria alimentaria.

Cuando hablamos de alimentos, es fundamental superar esa vieja división entre "alimentos naturales" y "alimentos artificiales", entendiendo estos últimos como "aquellos contaminados por productos químicos"

En otras palabras, no hacernos caso de la quimiofobia, porque como se suele decir, todo es química.

¿Por qué pensar que la química es mala? ¿Por qué ahora parece que "lo más natural es más sano", y que todo lo relacionado con productos químicos no son más que porquerías perjudiciales para nuestra salud? Quizás debería hacernos pensar el siguiente tuit la próxima vez que entremos en la cocina (y veamos un botecito con sal):

A ver si la próxima vez que vayas al supermercado eres capaz de encontrar algún producto no químico

Y si la química forma parte entonces de nuestro día a día, y está presente también en nuestra cocina, ¿por qué tenemos esa imagen negativa de esta rama de la ciencia? ¿Qué nos hace pensar que los alimentos naturales son más sanos? ¿Por qué creemos que los productos químicos son algo perjudicial?

Antes de comenzar a hablar de los aditivos alimentarios, es importante recordar una figura fundamental en ciencia: Paracelso. Este alquimista y médico suizo pronunció una de las frases más importantes en el mundo de la toxicología y la medicina de nuestros días: "Nada es veneno, todo es veneno: la diferencia está en la dosis".

Imaginen que paseamos por el campo, y de repente nos topamos con un magnífico ejemplar de una seta... completamente natural, claro. Su parte superior tiene un color verdoso, y el resto de la misma es blanca. ¿Sana? Por supuesto que no. La seta a la que nos referimos podría ser un ejemplar de Amanita phalloides, un producto que nos brinda la naturaleza, y que no por ello deja de ser muy tóxico, hasta el punto de que la ingestión de tan solo 20 g nos puede provocar la muerte. Este es un ejemplo muy claro de que los alimentos naturales no tienen por qué ser más sanos.

Lo que nos provocaría la muerte, en caso de comer setas de la especie de Amanita phalloides, sería el ingerir unas toxinas específicas en la dosis en que estas afectaran a nuestro organismo. Por ello cuando utilizamos compuestos químicos, es fundamental conocer cuánto usamos de esos productos, ya que en su dosis justa pueden ayudarnos en nuestro día a día. Sin embargo, si superáramos esa dosis, podríamos envenenarnos, a veces con consecuencias fatales, como ocurre con nuestro hongo.

Conservar los alimentos: la química es necesaria

Los alimentos tienen una extraña manía: deteriorarse con el paso del tiempo. Por ello, desde la antigüedad los seres humanos hemos inventado métodos para tratar de conservarlos el máximo tiempo posible. En otras palabras, los alimentos se estropean por el ataque de bacterias, mohos o levaduras, lo que provoca un serio problema para los consumidores, y en la sociedad moderna, también para productores y distribuidores.

Por este motivo, los aditivos alimentarios son efectivamente sustancias químicas que se emplean en una dosis suficiente como para que los alimentos mejoren sus propiedades, pero sin superar los límites y que al final resulten ser un veneno, como esgrimía Paracelso. En algunos casos, pueden utilizarse como conservantes, para así evitar que nuestra comida se deteriore.

La sal común (el cloruro sódico que veíamos antes), los nitritos o los sulfitos (empleados para evitar la contaminación por bacterias) o el benzoato sódico (que sirve para frenar el deterioro por hongos) son ejemplos claros de conservantes. Existen otros aditivos, como los colorantes, los saborizantes o los espesantes, que también se usan en este sector con el objetivo de modificar las propiedades de los alimentos.

Pero que se empleen por esta industria no quiere decir que sean malos. En la Unión Europea, por ejemplo, existe una fuerte regulación acerca de qué se puede emplear, y en qué cantidad. Que no nos engañen, la química no es mala, y lleva siendo necesaria desde hace miles de años.

Antibióticos: ¿De las gallinas a los hospitales?

En el programa de Salvados también se comentaba que un grave problema de los alimentos está en la aparición de resistencias a los antibióticos por parte de microorganismos. Pero, ¿qué tiene que ver esto con los aditivos? Absolutamente nada. Como dice el refrán, "quien mucho abarca, poco aprieta", y en esta ocasión, el programa periodístico ha rozado varias veces lo pseudocientífico.

Al mezclar tantos temas que tocan el sector alimentario, se han podido transmitir mensajes bastantes confusos al gran público. Uno de ellos, pronunciado por un investigador, daba a entender que el hecho de que "los animales consumieran antibióticos, hacía que aparecieran bacterias resistentes y que luego llegaran incluso hasta los hospitales, donde aparecían infecciones que no podían ser tratadas".

¿Cuál

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