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Criogenia

erikaavila23 de Abril de 2014

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Criogenia

Es un sistema de conservación de las estructuras biológicas mediante el frío. Desde la antigüedad, el ser humano conoce bien las propiedades del fío como medio de conservar los alimentos. Más tarde comprobó que el semen se podría conservar mediante el frío, manteniendo todas sus características organolépticas y sus cualidades. Últimamente ya se sabe que embriones humanos enteros son capaces de crecer y desarrollarse normalmente tras haber estado conservados en nitrógeno líquido, es decir, con procedimientos de criogenización.

Al morir, las posibilidades del cuerpo son ser enterrado o incinerado. En la actualidad existe una tercera posibilidad, conservar el cuerpo sometido a muy bajas temperaturas para una eventual recuperación el día de mañana.

La criogenización o crónica es una práctica que consiste en congelar a muy bajas temperaturas a humanos o animales que tienen enfermedades actualmente incurables, para preservar sus cuerpos, con la expectativa que en el futuro con los avances de la ciencia (particularmente en la nanotecnología molecular) se puedan reanimar y curar, a este proceso crio preservar.

El principal objetivo de la criogenia es la esperanza de que la futura nanotecnología pueda reparar esos daños y puedan vivir sin problemas en el futuro.

Por nanotecnología se entiende el estudio, la creación y la aplicación de materiales, aparatos y sistemas para el control de la materia en una escala de nanómetro, aproximadamente una mil millonésima de metro. Hasta el momento se han conseguido dispositivos extremadamente diminutos, pero con un gran poder de almacenamiento y rendimiento, susceptibles de ser aplicados a casi todos los ámbitos humanos. La nanotecnología es relevante en la criogenización porque a través de ella se espera solventar uno de los grandes problemas que planteaba el proceso de “resucitación”. Cuando un cuerpo se congela entre los 0 grados y los 130 grados bajo cero, el agua del organismo forma cristales que pueden producir daños en las células y desgarrar tejidos tan importantes como las venas o las arterias. En la práctica, esto significa que al descongelar el cuerpo una vena rota por la acción de esos cristales dejaría escapar la sangre vital a través de una hemorragia interna, lo cual podría provocar una “segunda muerte”, ya irremediable. La nanotecnología podría subsanar este problema. Analistas tecnológicos y científicos esperan que para el año 2058 se fabriquen y se administren bajo receta médica unas pseudocélulas artificiales diminutas que tragadas, inhaladas o absorbidas a través de la piel viajen por el cuerpo hasta aquella parte en la que detecten una anomalía y la reparen. Serían una especie de robots casi invisibles que regenerarían órganos, arterias, nervios y cuanto elemento de nuestro cuerpo haya resultado dañado por cualquier circunstancia. Los precursores de esta nueva tecnología están convencidos de que la nanotecnología podrá “reparar una por una las células humanas”. Aun así, las empresas especializadas continúan siguiendo un protocolo de examen previo del cuerpo antes de ser criogenizado para asegurar su viabilidad futura. Porque si se quiere revivir a una persona con su conciencia y su personalidad intactas se debe excluir a los pacientes con enfermedades que hayan producido un deterioro del cerebro u otro órgano tan marcado que sea improbable poder revivirlos con tiempo suficiente para que se les aplique una terapia salvadora.

Gracias a los adelantos científicos de hoy en día, si bien no se ha conseguido “descongelar” a un ser humano, se está muy cerca, pues se ha conseguido en algunos otros mamíferos. El proceso de criogenización es relativamente sencillo, ya que solo es necesario inyectar en el cuerpo que se va a criogenizar, unas substancias que impedirán la formación de cristales en el interior de los tejidos de los diversos órganos, lo cual podría poner en peligro la integridad de los mismos. Después, este cuerpo es conservado en nitrógeno líquido, a temperaturas cercanas al cero absoluto, en espera de que la cura a la enfermedad que padece pueda ser descubierta.

El procedimiento de criogenización debe llevarse a cabo inmediatamente después de que una persona haya sido declarada muerta, para evitar así lesiones cerebrales que suceden rápidamente pasados los cinco a diez minutos luego de la muerte. El objetivo es suspender la vida amenazada por una enfermedad incurable hasta tanto se logre obtener la cura a la misma. O suspender las funciones vitales hasta que la ciencia logre hallar la fuente de la eterna juventud o un incremento notable de la longevidad. La práctica de la crio preservación lo que permite es conservar un cuerpo mediante su congelamiento con la finalidad de recuperarlo en el futuro.

Legalmente una persona es declarada muerta cuando ha ocurrido muerte cerebral diagnosticada por falta de actividad cerebral evidenciada mediante electroencefalograma. La muerte comienza después del paro cardiorrespiratorio, pero en ese momento muchas células del organismo mantienen todavía su actividad. De hecho preservan sus propiedades vitales, por lo que el propósito de la crio preservación es conservar suspendidas las funciones vitales para revivir a la persona con su conciencia y personalidad intactas en un futuro. En ese supuesto, se habla de pacientes crio preservados en lugar de personas muertas, debido a que no ha llegado a producirse la muerte cerebral.

Al declarársele legalmente muerto, se envía un equipo especializado para mantener la sangre fluyendo por el cuerpo, quienes envuelven en hielo e inyectan varios químicos para reducir la formación de coágulos sanguíneos y daños al cerebro. El cuerpo sin vida, pero ya tratado, se traslada a las instalaciones criogénicas, en donde se enfría por encima del punto de congelación del agua. Se le sustrae la sangre que se reemplaza con una solución para preservar los órganos, y se le inyecta una solución crio protectora para intentar reducir la formación de cristales en órganos y tejidos cuando el cuerpo sea enfría a -130C, Y finalmente es colocar el cuerpo en un contenedor que es sumergido en un tanque de nitrógeno líquido que se mantiene a -196C.

La criónica es controversial porque depende en gran medida de una tecnología futura que no es segura que pueda ser desarrollada. Los crionicistas se muestran relativamente optimistas debido al éxito actual de la crio preservación que es una técnica que permite preservar células, tejidos o embriones congelándolos a muy bajas temperaturas entre -80ºC y -196ºC punto de ebullición del nitrógeno líquido. A esas temperaturas, cualquier actividad biológica, incluidas las reacciones bioquímicas que producirían la muerte de una célula, quedan detenidas permitiendo mantener la célula en condiciones de vida suspendida por mucho tiempo. Existen inconvenientes, como el hecho de que enfriar un cuerpo a -196C, lo hace extremadamente frágil. “El cuerpo se puede romper fácilmente, como si fuera de vidrio, durante el recalentamiento, debido a las tensiones térmicas”, el cerebro, que tiene más de 10.000 conexiones por cada una de sus 100.000 millones de neuronas, es particularmente sensible al calor y el frío.

La hipótesis de la criogenización surgió en la década de los sesenta del pasado siglo. Fue la doctora Constance M. Ettinger, profesora de Física en el Highland Park College de Detroit (EE.UU.), quien la propugnó y la desarrolló en su libro Perspectiva de la inmortalidad. “La muerte, de momento, debe considerarse una enfermedad incurable”, explicó. Y acto seguido anunció que un cuerpo podría permanecer sumergido a la temperatura de ebullición del nitrógeno líquido a la espera de que “la ciencia tenga armas para curar esa enfermedad sin tratamiento”. La idea despertó las ilusiones de miles de personas en todo el mundo, hasta el punto de que algunas de ellas crearon sociedades criogénicas para conseguir que sus gobiernos autorizaran la posibilidad de congelar los cuerpos, siguiendo la teoría de Ettinger. Uno de estos grupos se encuentra en España. Es la Sociedad Española de Criogenización (SEC) y fue constituida en 1998. Su presidente y fundador, el ingeniero Andrés Albarrán, dice que “ver lo que pasará después de muchos años me haría una gran ilusión”. Tanto él como el centenar largo de miembros con los que cuenta la SEC confían en la criogenización como la mejor alternativa para burlar a la muerte. “Imagínate que te entierran o te incineran. En esos casos, las posibilidades de regresar a la vida son cero. Si te criogenizan al final de todos los ceros que pongas siempre habrá un 1”,”. Mantener esta ilusión requiere una gran perseverancia, sobre todo en España, que no admite la congelación de cuerpos vivos o inertes y tampoco que se saque un cadáver del país a no ser que se encuentre embalsamado, “lo cual resulta incompatible con la criogenización”, la única alternativa es Estados Unidos. En este país existen tres sociedades criogénicas en las que sí se puede congelar y custodiar un cuerpo hasta el

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