El Ruibarbo

El ruibarbo.

Descripción botánica.

El ruibarbo es una planta perteneciente a la familia de las Polygonáceas, que puede alcanzar una altura de dos metros. Se caracteriza por sus hojas grandes, dispuestas en grupos basales, cordadas y bilobulares. Sus flores tienen tonalidades que varían entre en verde amarillento y el verde muy claro, y aparecen durante el verano.

Esta planta es originaria de Asia Central y Oriental, especialmente de China y de la zona del Tibet. Crece en territorios húmedos, en alturas de 3 mil a 4 mil metros. Es cultivada también en Europa y Estados Unidos, inclusive en territorios llanos, con fines medicinales y ornamentales, sin embargo, las especies originarias de China son las mejores desde el punto de vista terapéutico.

La raíz de esta planta, también llamada rizoma, se corta en rodajas o tiras longitudinales para facilitar su posterior desecación y utilización como medicamento natural.

Un poco de historia.

El ruibarbo fue una planta muy utilizada en la Antigüedad, en el continente asiático, siendo descrita en el herbario chino Pen-King en el año 2700 a.C., donde era conocida con el nombre de Ta-Huang (gran amarilla). Dioscórides la llamó rheon, que dio origen a su actual denominación. Fue descubierta y trasladada por el navegante Marco Polo, al final del siglo XIII, hacia otras áreas de Asia.

Más tarde, fue introducida en los jardines Europeos, a través de Asia Menor, extendiéndose masivamente a través de todo el continente, gracias a su uso popular. Sin embargo, la planta no se reproducía adecuadamente en los jardines Europeos, lo que llevó a pensar en que las características del clima y del suelo asiáticos jugaban un papel fundamental en las características curativas y medicinales de la planta. De esta manera, la especia más cultivada en Europa es la llamada Ruibarbo inglés, de menor eficacia terapéutica que la variedad originaria de China.

Composición química.

- Derivados hidroxi-antracénicos (3.-12 %): están presentes en los rizomas en forma de glucósidos hidroxi-antraquinónicos (60-80%), entre ellos emodina, aloe-emodina, raponticina, crisofanol, fisciona y reina. Los derivados hidroxi-antracénicos de los ejemplares de ruibarbo procedentes de China presentan una concentración de entre 3 y 6%, mientras que las variedades europeas presentan una concentración de entre 2 y 3%.

- También fueron encontrados como parte de la composición de los rizomas, glucósidos diantrónicos (10-25%), derivados de reina, y heterodiantronas. Los glucósidos diantrónicos son abundantes en las plantas frescas, que aún no han sido desecadas.

- Taninos gálicos y catéquicos (5-10%). Entre ellos: glucogalina, ácidos gálicos libres, catequina, ratanina, epicatequina y lindelina.

- Ácidos orgánicos: ácido cinámico, fenilpropiónico, ácido ferúlico, ácido quínico, ácido cafeico y crisofánico.

- Flavonoides: rutina, reidinas A B y C, catequina.

- Otros componentes presentes en las hojas y en menor medida en el rizoma: ácido oxálico, pigmentos, pectinas, almidón, glucósidos de estilbeno y compuestos fenólicos.

Acciones farmacológicas.

Los glucósidos antraquinónicos ejercen un efecto laxante suave, cuando se emplea el rizoma seco. Este se suele administrar en forma de extracto, en una dosis que varía entre 2 y 5 gramos por día. Paradójicamente, pequeñas dosis (0,3 gramos por día), ejerce un efecto anti diarreico y digestivo, por la acción predominante de los taninos. Estas dosis bajas también ejercen una acción estimulante del apetito.

El contenido de antraquinonas libres sería el responsable de los efectos secundarios observados en su empleo como laxante, en especial,

...