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Fisiologio

jackychanchan16 de Abril de 2014

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Trastorno por déficit atencional

con hiperactividad en adultos

Arturo Roizblatt S1, Francisco Bustamante V2a,

Félix Bacigalupo I2a.

Attention deficit hyperactivity

disorder in adults

The attention deficit hyperactivity disorder (ADHD) is the most

common diagnosis in child psychiatry, and persists very often in adulthood. These patients have

poor lifestyles, especially in affective, work and social areas. Although patients with ADHD have

a high rate of comorbidity (e.g. drug and alcohol abuse, depressive and anxiety disorders), this

diagnosis is missed by the general physician, deferring its identification and opportune treatment.

This article is a review about this disorder and gives tools for its recognition and derivation

(Rev Méd Chile 2003; 131: 1195-201).

(Key Words: Anxiety; Attention deficit disorder with hyperactivity; Depression; Hyperkinesis)

Recibido el 3 de enero, 2003. Aceptado en versión corregida el 17 de agosto, 2003.

1Departamento de Psiquiatría, Facultad de Medicina, Campus Oriente, Universidad de Chile

y 2Facultad de Medicina, Universidad de los Andes.

aMédicos becarios en Psiquiatría.

ARTÍCULO DE REVISIÓN

Rev Méd Chile 2003; 131: 1195-1201

Correspondencia a: Dr. Arturo Roizblatt S. Málaga 950,

Depto. 52. Las Condes, Santiago, Chile.

E mail: ardasa@vtr.net

El Trastorno por Déficit Atencional con Hiperactividad

(TDAH) es el diagnóstico psiquiátrico

más común de la infancia, con una prevalencia

estimada de 3 a 7%, afectando más frecuentemente

a los hombres en una proporción de 3 a 9:1 con

respecto a las mujeres, aunque es importante

destacar, que los síntomas suelen ser más severos

en pacientes del sexo femenino1. En Chile, Toledo

y cols, realizaron un estudio de campo en niños de

primer año de enseñanza básica del área occidente

de Santiago, encontrando una prevalencia para

TDAH de 6,2%2.

Las primeras investigaciones acerca de esta

patología, hablaban de una «disfunción cerebral

mínima». Posteriormente, se hizo un mayor énfasis

en la hiperactividad, por lo que se acuñó el

término de «niño hiperquinético». Actualmente, se

sabe que este síndrome puede o no acompañarse

de hiperactividad3. Este tipo de trastorno puede

persistir en la edad adulta desde 40% hasta 79% de

los casos, por lo que se obtiene una prevalencia

estimada de 3 a 6% en la población general4-6. La

variabilidad de estos porcentajes se relaciona con

los criterios diagnósticos empleados, quiénes fueron

los informantes y los métodos que se consideraron

para tomar la muestra de las diversas

investigaciones.

Pese a su alta frecuencia, el TDAH es comúnmente

subdiagnosticado o confundido con otras

patologías psiquiátricas, lo cual retarda el tratamiento

adecuado, deteriorando el mundo familiar,

laboral y social de los pacientes. Es importante

entonces, que el médico no especialista sea capaz

de detectar esta patología, derivando al paciente

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en forma oportuna, sobre todo si consideramos

que el no tratarlo puede llevar a consecuencias,

sobre todo de la esfera psicosocial, difíciles de

reparar. Por lo mismo, ante la presencia de un

antecedente de déficit atencional de la infancia,

debe ser norma averiguar por la persistencia de

síntomas que hagan sospechar su persistencia en

la adultez.

CASO CLÍNICO

Juan Carlos tiene 42 años, es separado en 2

oportunidades, con 3 hijos de ambos matrimonios,

productor de televisión, con horarios de

trabajo erráticos e inestabilidad laboral. Su actual

pareja lo «obligó» a consultar, por ser dependiente

de marihuana, consumo que minimizaba diciendo

que «es sólo un pito por noche», lo que lo «calma»

y le permite estar «más tranquilo». Nunca había

sido tratado con fármacos ni psicoterapia.

En su biografía destacaba que fue abandonado

por su madre a los 6 años (quien se fue a vivir al

extranjero) siendo criado por su padre y sus 3

sucesivas madrastras.

Consideraba «normal» su dificultad para mantener

la concentración, su necesidad de estar moviéndose

constantemente, su elevado nivel de

ansiedad e impulsividad. Refería que esas características

«sólo me afectan en el área laboral» y le

impidían desempeñar tareas que requerían concentración

por tiempo prolongado, aunque posteriormente

percibía que estas condiciones también

han afectado sus relaciones interpersonales a nivel

familiar y social.

Mencionaba el antecedente de déficit atencional

con hiperactividad en su infancia, tratado con

Ritalín® durante un período de varios años (que

no precisaba con exactitud).

Podemos considerar que Juan Carlos tenía

ciertas características que hacían pensar en un

trastorno por déficit atencional del adulto, por lo

que no es de sorprender la comorbilidad de su

adicción y por otro lado su conflictiva familiar,

frecuente de encontrar en este tipo de pacientes.

Fue tratado con bupropión (150 mg por día),

psicoterapia individual y de pareja con lo cual

mejoró su capacidad de concentración, disminuyó

su hiperactividad, fue capaz de controlar en gran

medida su impulsividad y sus relaciones interpersonales

mejoraron, vale decir mejoría tanto en el

aspecto cognitivo como conductual, lo que fue de

beneficio para él y el medio que lo rodeaba.

Respecto al consumo de marihuana, ha disminuido

bastante (expresa consumir sólo en fiestas y

aproximadamente cada 15 días) y por razones que

él califica como «filosofía de vida» se ha negado a

suspender.

Neuropatogenia. Se ha postulado que los neurotransmisores

dopamina y norepinefrina estarían

involucrados en funciones como la atención,

concentración, motivación, interés y el aprendizaje

de nuevas habilidades. Una disfunción de estos

neurotransmisores estaría involucrada en la etiología

del TDAH7, especialmente en áreas de la

corteza prefrontal y de los ganglios basales8,9.

Además, existiría una disminución global del

consumo cerebral de glucosa, especialmente en la

corteza premotora y corteza superior frontal, en

los adultos con TDAH respecto a controles, lo que

implicaría una disminución del metabolismo y de

la actividad neuronal en esas zonas10.

Estos hallazgos tienen importancia para el

tratamiento, ya que fármacos que aumentan los

niveles de dopamina y norepinefrina –anfetaminas

y bupropión entre otros– han demostrado ser

eficaces en la disminución de los síntomas.

Con respecto a la genética de esta enfermedad,

se postula un modelo de transmisión autosómico

dominante. Sin embargo, sólo 51% de los

gemelos monocigotos estudiados presenta esta

patología, por lo tanto, las influencias del ambiente

también serían fundamentales8. Se ha comprobado

además, que la exposición a tabaco de la

madre durante el embarazo, se asocia a TDAH en

los hijos11.

Clínica. El TDAH en el adulto se considera como

la continuación de dicho trastorno en la infancia.

Sus características son:

1. Hiperactividad motora: inquietud motora,

incapacidad de relajarse, dificultad para persistir

en actividades sedentarias (ej: ver televisión o leer

el diario sin levantarse por un período de tiempo

prudente). 2. Déficit de atención: incapacidad

para concentrarse en una conversación o lectura,

distractibilidad, olvidos frecuentes, constante pérdida

de objetos (ej: billetera, llaves, olvidan

reuniones y fechas importantes, durante una

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A R T Í C U L O

D E R E V I S I Ó N

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conversación saltan de un tema a otro, etc). 3.

Labilidad emocional: cambios súbitos que van

desde ánimo normal a depresión o euforia, llegando

hasta excitación, generalmente de horas de

duración. Esta característica genera inseguridad en

las personas que los rodean ya que despierta una

sensación de inseguridad en cuanto a la estabilidad

afectiva. 4. Temperamento explosivo: episodios

de pérdida de control de corta duración en

que el sujeto puede temer por su propia conducta,

lo que naturalmente interfiere en las relaciones

interpersonales. 5. Hiperreactividad emocional: no

puede soportar el estrés cotidiano y reacciona

excesiva o inapropiadamente con desánimo, confusión,

ansiedad o rabia, lo que impide el apropiado

afrontamiento de los problemas, lo que lleva a

las personas a tener dificultad en lo laboral y en

sus relaciones afectivas. 6. Desorganización, incapacidad

de completar tareas: poca capacidad para

organizarse en el desarrollo del trabajo; las tareas

por lo general quedan inconclusas,

...

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