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Formología


Enviado por   •  30 de Marzo de 2013  •  6.168 Palabras (25 Páginas)  •  952 Visitas

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Órganos Sensoriales.

El sistema tegumentario incluye la piel, el pelo, las uñas y las glándulas

que cubren el cuerpo. También incluye los ojos, los oídos, la nariz y la

boca. Todos ellos forman parte del sistema sensorial del cuerpo. El mundo se

percibe gracias a una serie de mensajes cifrados (impulsos eléctricos) que

se envían al cerebro a través de los írganos sensoriales. Nuestra percepción

está principalmente desarrollada por la muestra de sonidos que entra en el

oído y la muestra de luz que perciben los ojos. Sin embargo, la sensación de

tacto, gusto y olfato también son importantes para la percepción del mundo

que nos rodea.

Oído: El oído está dividido en tres partes: el oído externo, el medio y el

interno. Cada sección tiene sus propias funciones dentro de un proceso que

convierte las ondas de sonido en impulsos nerviosos, los cuales se

transmiten luego al cerebro. El oído externo consta de dos partes: el

pabellón y el canal auditivo externo. Esta parte del oído recoge y canaliza

los sonidos. El oído medio, o cavidad timpánica, es una pequeña cavidad

formada en el hueso temporal y es un intermediario en el procesamiento de la

energía acústica. Es el responsable de incrementar la intensidad de las

ondas de sonido que entran y de convertirlas en vibraciones mecánicas que

pueden viajar fácilmente por el oído interno. Presenta dos partes: un hueso

y su correspondiente membrana. Ambas tienen una forma complicada, por lo

cual se las denomina laberintos. Cada laberinto tiene tres partes: el

vestíbulo, el canal semicircular y la cóclea. El oído interno contiene las

células receptoras, las cuales reciben vibraciones mecánicas y las envían al

cerebro.

Ojo: El globo del ojo se encuentra dentro de la cavidad orbital (cuenca

ósea) del cráneo, centrado y a un lado en la parte superior. De todos los

sentidos, la vista suele considerarse la más importante. Según se ha

estimado, el 80% de la información que percibimos llega al cerebro a través

de los ojos. Estos transmiten constantes corrientes de imágenes al cerebro

gracias a señales eléctricas y reciben información de los rayos de luz.

Estos rayos pueden ser absorbidos o reflejados. Los objetos que absorben

todas las partes del espectro solar parecen negros, mientras que los que

reflejan toda la luz nos parecen blancos. Los objetos con colores absorben

determinadas partes del espectro solar y reflejan otras. Cuando observamos

algo, los rayos de luz se reflejan en el objeto llegando al ojo. La luz se

refracta por la córnea y pasa a través del humor vítreo y de la pupila hasta

el cristalino. El iris controla la cantidad de luz que llega al ojo. A

continuación, el cristalino enfoca la luz a través del humor vítreo hasta la

retina, formando una imagen invertida y hacia abajo. Las células sensibles a

la luz de la retina transmiten la imagen al cerebro mediante señales

eléctricas.

Uñas: Las uñas son simplemente otra forma de piel. Están formadas por una

proteína denominada queratina que presenta un elevado contenido de azufre.

Al contrario de lo que se cree, la cantidad de calcio es bastante baja.

Las uñas son un indicador de enfermedades. El cambio brusco de su textura,

color o ritmo de crecimiento puede ser señal de que es necesario recibir

algún consejo médico. Aunque un especialista siempre estudiará las uñas, es

imposible diagnosticar una enfermedad sin estudiar otros factores.

Mamas: Las mamas (o pechos) son glándulas semiesféricas que se encuentran

sobre los músculos pectorales, principalmente sobre el pectoral mayor, en un

área entre la tercera y la sexta costilla a cada lado del pecho. Se

encuentran tanto en el hombre como en la mujer, aunque en los primeros su

forma está poco desarrollada. En las mujeres, el desarrollo de los pechos

suele ser la primera señal de la pubertad. Este desarrollo suele ocurrir

alrededor de los 11 años, aunque también puede darse desde los 9 o hasta los

13 años.

Nariz: El olfato es el sentido más básico y primitivo. Es unas 10.000 veces

más sensible que el sentido del gusto. De hecho, la mayoría de los sabores

de la comida se huelen y no se saborean, como corroborará cualquier persona

que tenga un resfriado. La congestión nasal evita que las pequeñas corrientes de aire, producidas al masticar y tragar, lleguen a los receptores en el techo de la cavidad nasal. Los receptores olfatorios del ser humano pueden diferenciar varios miles de tipos de olores. Algunas personas tienen mejor olfato que otras. La nariz

también juega un importante papel al acondicionar el aire inspirado

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