Hidraulica

ESCUELA DE COMPUTACION Y COMERCIO DEL VALLE DE MEXICO.

MARTINEZ HERNANDEZ MARIA DEL ROCIO.

HORARIO. 11:0am – 13:00pm.

MATERIA: EXPRESION CORPORAL Y TEATRO.

PROFESORA: DIAZ AYALA DOMINIQUE.

“EL COMPADRITO DIABLO Y LA COMADRITA MUERTE”

PERSONAJES:

º El diablo.

º La muerte.

DECORACION.

º El infierno. (El diablo, sentado junto a la muerte le cuenta sus penas).

DIABLO: Comadrita, ya hace mucho tiempo que le quiero platicar, de una angustia que me mata y ya no puedo aguantar.

MUERTE: ¿Enfermo del corazón? ¡Compadre lo desconozco!

¿Desde cunado sufre usted siendo tan rico y buen mozo?

DIABLO: Comadrita, no se burle, que la cosa es de a de veras, no estoy malo; sufro y son sinceras mis penas.

MUERTE: Vamos, vamos, cuente pues; ¿Qué le sucede compadre? Ya sabe que por usted hará todo su comadre.

DIABLO: Quiero que usted interceda para que pueda vivir en el mundo, como hombre; ya no quiero estar aquí.

MUERTE: ¡Me deja usted estupefacta! ¿Al mundo con sus rigores?

En estos tiempos, la gente vive a costa de sudores.

DIABLO: No me importa, comadrita, para mi es la salvación, ya no aguanto el infierno tanta degeneración.

MUERTE: Haré todo cuanto pueda; para ver si lo consigo; pero ya sabe el

Señor, es un mortal enemigo. Pero diga compadrito ¿Qué es ahora lo que le pasa?

DIABLO: Con la guerra, comadrita, se descompuso mi casa. Por miles me caen malvados de lo peorcito que hay; y ya todas mis calderas pues repletitas están.

MUERTE: ¡Pues si es conflicto compadre! ¡ Tan caras que están las casa!

Y la suyas ni agrandarlas si son subterráneas.

DIABLO: Y lo que es peor de todo, ¡que esa gente me da asco! Con toditas sus maldades, de veras que no las masco, tengo unos politicastros, que al infierno van a dar porque con hambre del pueblo se asieron a engordar.

MUERTE: Compadre, hágalos cecina y déselo a los puercos para que no le queden ni los restos.

DIABLO: Otros, ricos, avarientos, que se pudrían en millones y no les quisieron dar ni siquiera agua a los pobres.

MUERTE: A esos métalos al hielo, que se pongan a temblar; que sepan lo

que se sufre con frío y sin calentar.

DIABLO: Tengo, soberbios, parranderos, orgullosos, hipócritas, altaneros, iracundos, vanidosos.

MUERTE: Siga, siga, de a de veras comprendo su situación, y con el alma y la vida pediré su salvación.

DIABLO: Tengo mujeres coquetas, gastadoras, pretenciosa; de esas que se usan ahora, sin vergüenzas, escandalosas.

MUERTE: ¡Pobre de usted compadrito!

Nadie se ha de imaginar lo que usted sufre, t4niendo todo eso para aguantar.

DIABLO: Me caen luego unas viejitas, que están toditas pintadas, las

pobrecitas parecen momias de esas que hay por ahí guardadas.

MUERTE: Pobrecitas, no comprenden que verlas da compasión y que pintar las arrugas solo causa repulsión.

DIABLO: Me caen unos que si oyera lo que saben decir, se iba usted a un millar de leguas, por no poder resistir.

MUERTE: ¿Y que le hace usted a esos?

DIABLO: Fuego van a vomitar y sufren tanto los pobres, que asta quisiera llorar.

MUERTE: No me siga ya contando, ojala que conseguir pueda su perdón, para que pueda salir.

DIABLO: Dígale al Señor, comadre, que ponga en mi lugar a alguno de la política , para que se vaya a quemar.

MUERTE: Este tranquilo

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