ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

LOS PICTES

robertalme24 de Septiembre de 2013

5.262 Palabras (22 Páginas)252 Visitas

Página 1 de 22

Ética

Unidad I. Introducción a la Ética

1.1 Los Seres Humanos

Los seres humanos, al nacer, están mucho menos preparados para la vida que los demás animales. Nos

falta el revestimiento de pelo y por tanto la protección natural contra la intemperie; faltan los órganos

naturales de ataque y una formación corporal apropiado para la huida; el hombre es superado por la

mayoría de los animales en la agudeza de los sentidos; tiene una carencia, mortalmente peligrosa para

su vida, de auténticos instintos y durante toda su época de lactancia y niñez está sometido a una

necesidad de protección incomparablemente prolongada.

Según estos datos, es evidente que el hombre, tan mal dotado biológicamente ya hace mucho que

hubiera debido perecer. Sin embargo, ha sucedido lo contrario: ha dominado la naturaleza ha sometido

a los animales y se ha constituido en señor de ellos. ¿Cómo explicar este hecho? ¿Qué hay en el

hombre que a pesar de sus graves deficiencias biológicas le permite ser el rey de la creación?

Como el hombre nace como un ser indigente, tiene que recurrir continuamente a una praxis de

autodefensa, de autoformación y de autosuperación.

El mundo animal está programado desde su primera célula y cumplirá el destino, inexorablemente

guiado por los instintos y las circunstancias. El mundo del hombre nunca está terminado.

Así, según nuestras costumbres y comportamiento, vamos construyendo nuestra “manera de ser” a lo

largo de nuestra vida. Porque la vida humana es un proyecto, es decir, no está previamente

determinada ni definida por algo o alguien ajeno al sujeto que vive. La vida es, pues, un constante

“quehacerse”. Y la moral tiene que ver con ese "quehacer", que está compuesto de actos, hábitos y

costumbres y que tiene que ver con proyectos, fines y normas o códigos que orientan de alguna

manera nuestra vida.

Cuando hablamos de “moral como estructura”, hablamos de la inevitabilidad de ese “quehacerse”,

dada la indeterminación biológica de los seres humanos. Cuando hablamos de “moral como

estructura”, pretendemos responder a la pregunta “¿Por qué hay moral?” Xavier Zubiri1 reflexionó

sobre esta cuestión. En el comportamiento animal predominan las respuestas innatas. Por eso, los

animales tienen respuestas “específicas” perfectamente adecuadas a los estímulos del medio. Ejemplos

de tales respuestas son: coleccionar y almacenar nueces (las ardillas); construir pequeñas presas (las

nutrias); la danza de las abejas para indicar a sus congéneres dónde hay flores; el tejer telarañas; las

columnas de hormigas; el nadar de los perros.

Los seres humanos, en cambio, carecemos de comportamientos instintivos (lo más cercano al instinto,

en los seres humanos, son los reflejos). Quedamos, pues, en suspenso ante los estímulos del medio,

"libres-de" ellos (primera dimensión de libertad). Son nuestra plasticidad cerebral y la aparición de la

"inteligencia" las que nos permiten la adaptación al medio y, por tanto, la continuidad de la especie.

"Inteligencia" significa aquí que los seres humanos, para subsistir biológicamente, necesitamos

"hacernos cargo" de la situación, esto es, responsabilizarnos de y con las cosas y con nosotros mismos

como "realidad", y no meramente como estímulos. En el comportamiento humano, las respuestas son

inespecíficas. Los seres humanos, a diferencia del resto de animales, tenemos que considerar la

realidad antes de ejecutar un acto. Esto significa que nos movemos en el ámbito de la posibilidad y de

1 Xabier Zubiri Apalátegui, (San Sebastián, 4 de diciembre de 1898 -Madrid, 21 de septiembre de 1983) fue un filósofo y prologuista

español.

LI. Claudia Verónica Díaz de la Rosa Página 1

Ética

la libertad. Y, a través de la posibilidad y de la libertad, nos abrimos necesariamente al ámbito de las

preferencias, esto es, nos vemos forzados a elegir de entre todas las posibilidades una, de acuerdo con

un determinado sistema de preferencias. He aquí la segunda dimensión de libertad: libertad no sólo de

tener que responder al medio, sino también libertad para preferir según nuestro propio proyecto de

vida.

1.1.1 Relación con su entorno: el hábitat del hombre no adaptación sino transformación

El animal está vinculado a su entorno. Entorno en el que encuentra satisfacción a sus estímulos y eso le

basta. Es verdad que el hombre también busca la satisfacción de lo que se podría considerar sus

instintos pero, al mismo tiempo, se hace cargo de mucho mas, conoce otras muchas realidades y se

interesa por ellas aunque no le sean útiles ni le proporcionen una satisfacción.

Para la ardilla no existe la hormiga que sube por el mismo árbol. Para el hombre no solo existen ambas

sino también las lejanas montañas y las estrellas, cosa que desde el punto de vista biológico es

totalmente superfluo.

El animal capta y conoce una parte del mundo lo que necesita del mundo, y eso es para él "Todo el

mundo". El hombre está abierto a todo el mundo, o mejor, a todo el ser.

1.1.2 El hombre es un yo -sujeto

Esta propiedad entiende al hombre sujeto, y como sujeto, puede

distanciarse del objeto, comprenderlo como objeto, como realidad

distinta del mismo. Más aun, puede pensar y valorar el objeto no sólo

como útil para sí, sino también de manera selectiva o aun desinteresada.

Por eso puede frenar sus instintos, contradecirlo. Y lo que más,

sublimarlos y darles una orientación altruista, por ejemplo.

El hombre es el único ser que puede decir "yo" y ver el mundo como "no

yo" y puede decirlo precisamente cuando, como sujeto, entre en relación

con los objetos mundanos, o con otros sujetos a los que también capta

como realidades distintas de él y con las que, sin embargo, entra o puede

entrar en relación real.

El hombre se remite a sí mismo. Es una experiencia radical que expresamos con el pronombre "yo"

cada uno de nosotros se experimenta como un YO único, singular e irrepetible. Singularizado por sus

caracteres biológicos y psíquicos adquiere poco a poco una personalidad original que le distingue de

todos los demás y que, por el conjunto de sus opciones, asume la responsabilidad de su propio destino.

Por eso, podemos decir "yo pienso", "yo quiero", "yo sufro", etc.

1.1.3 La percepción del espacio y del tiempo

El hombre concibe el espacio no de manera inmediata sino mediante un proceso mental, complejo y

difícil, el hombre llega a la representación de un espacio abstracto, homogéneo, indefinido, totalizante,

sobre cuya naturaleza han elucubrado mucho los filósofos. Y también el hombre no vive sólo el ahora,

porque su presente "está cargado del pasado y henchido de porvenir" es plenamente consciente de la

continuidad y de la totalidad de su vida. Por eso piensa en la muerte y la previene, todo ello es

impensable en el animal.

1.1.3 Función simbolizadora

Uno de los fenómenos más característicos y especificativos del hombre es su función simbolizadora. Es

la capacidad que tiene el hombre y, sólo él, de expresar muchas realidades bajo formas simbólicas.

LI. Claudia Verónica Díaz de la Rosa Página 2

Ética

Los símbolos son signos convencionales y, por ello, sólo pertenecen al mundo humano. El símbolo,

viene pues, a identificarse con un signo arbitrario, una realidad que por convención admitida, remite a

otra.

Es evidente que los hombres somos creadores de símbolos, es decir, que conocemos realidades

inmediatamente como son en sí, pero que hay otras que sólo las conocemos o nos las representamos

mediante signos convencionales o sistemas de símbolos.

El hombre no vive solamente en un universo físico como el animal, sino en un universo simbólico, toma

conciencia de sí a través de símbolos. Una clase social, una nación, adquieren conciencia de sí por sus

símbolos (la hoz y el martillo, la bandera, etc.) el hombre ha encontrado la manera de conocer y

expresar realidades que se hacen inteligibles para todos mediante

símbolos, ya que el símbolo hace presente, de algún modo, lo

simbolizado.

Algunos animales tienen también ciertas expresiones de rabia, de

terror, de ganas de jugar, de satisfacciones etc. pero con ellas sólo

expresan emociones subjetivas, nunca designan ni describen

objetos, en cuanto conocibles, no dan paso del lenguaje afectivo al

lenguaje proposicional, de lo subjetivo a lo objetivo. Los animales

tienen algunos signos pero carecen de símbolos propiamente

dichos.

1.1.4 El lenguaje

Sin duda

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (33 Kb)
Leer 21 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com