Los Musculos
gabrielrivillo10 de Abril de 2014
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Diseño de un programa o rutina de musculación
INTRODUCCION
En fitness, seria muy importante seguir en el desarrollo de los programas de
entrenamiento el principio de individualidad (lo cual es difícil, no sólo desde
el punto de vista de disponibilidad temporal, sino también de rentabilidad). No
obstante, estamos de acuerdo con autores como García Manso, en el sentido de que
existen o debemos intentar establecer unos criterios básicos que deben de ser
observados a la hora de planificar y prescribir un programa de entrenamiento
destinado a poblaciones “standars” de salud, pudiéndose establecer una primera
propuesta:
• No emplearse ejercicios que supongan un mínimo riesgo para la integridad y
seguridad de los ejecutantes (García Manso, 1999) para lo cual se deberá tener
unos conocimientos amplios sobre las bases anátomo-kinesiológicas y
neurofisiológicas del ejercicio.
• Valorar la normalidad anatómica y funcional y prescribir ejercicios en
base al nivel de partida.
• Valorar y eliminar los factores de riesgo (fase preactiva de la
planificación y programación del entrenamiento en fitness) tanto
cardiovasculares, como en especial de la hipertensión en los trabajos con
cargas (la comprensión vascular periférica y el incremento de la tensión
intraabdominal y torácica, desembocan en un aumento de la tensión arterial (TA))
(García Manso, 1996)
• Incorporar programas de mejora de la flexibilidad y amplitud de
movimientos (ADM) (a fin de evitar su regresión).
• Priorizar ejercicios destinados a fortalecer grandes grupos musculares,
evitando en todo momento el desequilibrio agonistas-antagonistas.
• Atender al equilibrio tónico-fásico y a su influencia por los factores
ambientales (actividad laboral por ejemplo)
• Es conveniente realizar un volumen adecuado de trabajo (2-3 veces/semana
como mínimo) y con una intensidad mínima que garantice su incidencia sobre el
umbral de mejora y desarrollo (ver apartado de planificación y entrenamiento).
En multitud de ocasiones podemos ver, leer o emplear distintos términos que
se utilizan indistintamente en el ámbito deportivo. Podemos diferenciar entre
(González Badillo, 1996):
Planificación: Como actividad orientada a estructurar un proceso en el
que aparecerán como notas específicas sobre todo aspectos globales: objetivos,
técnicas y métodos y procedimientos de control y evaluación del proceso.
Programación: Donde se trata de organizar, de manera concreta y al
detalle, todos los elementos y factores que se proponen en la planificación:
objetivos, actividades, controles, etc, dándoles un orden, una distribución en
el tiempo y una secuenciación de acuerdo con unos criterios derivados de la
teoría de entrenamiento (conocimiento procesos adaptativos).
Periodización: son los aspectos más dedicados a secuencializar y temporalizar
las actividades.
Evidentemente, dependiendo de las características del centro en el que
desarrollemos nuestra labor y del carácter de la matrícula de sus clientes,
dicho proceso será normalmente de una mensualidad, pudiendo llegar a ser de 3, 6
o 12 meses en centros muy concretos.
¿Tiene pues sentido el desarrollo de dicho proceso de planificación y
control? La respuesta, desde nuestro punto de vista es SI.
Debemos intentar inculcar en nuestros clientes el hábito por la práctica de
actividad física de forma regular e informarle y transmitirle dicha necesidad de
continuidad para que los objetivos y beneficios de dicha práctica sean patentes.
Así pues en la planificación y programación tenemos, no sólo la herramienta
que nos permitirá realizar un correcto proceso de entrenamiento, sino un
excelente medio para motivar y crear hábitos entre nuestros clientes.
EL “PERSONAL TRAINING”: UN CONCEPTO COMPLEMENTARIO A LA PLANIFICACIÓN DEL
ENTRENAMIENTO
Es muy común, especialmente en los últimos años, encontrar centros en los
cuales se oferta el servicio de personal training como única forma de seguir un
programa planificado y adaptado a las necesidades individuales del practicante.
Desde nuestro punto de vista esto constituye, no solo un error, sino también
un cierto “timo” (quizás podríamos encontrar una palabra más adecuada), no sólo
al cliente, sino también a la profesionalidad de los técnicos en actividad
física.
La planificación de un programa adaptado e individualizado, es una obligación
y un derecho. De lo contrario, no estaríamos cumpliendo con las bases y
principios metodológicos del entrenamiento (y dicho proceso podría ser llevado
por cualquiera que siguiera algunas de las “recetas” propuestas). ¡NO!, el
proceso de entrenamiento es un proceso que debe ser adecuadamente diseñado y
exige de un nivel de evaluación previa y conocimientos sobre aspectos psico-fisiológicos
y metodológicos específicos, en la búsqueda de adaptaciones adecuadas,
progresivas y que son, obviamente, diferentes en cada una de las personas que
desarrollan o inician un programa de entrenamiento (“personalizados” deben ser
todos los programas...).
¿El personal training? Es una figura muy interesante y que se debería ser
implantada de manera progresiva y adecuada en cada uno de los centros, pero
sobre el que no deberá caer el peso “principal” de la planificación y
programación del entrenamiento individualizado. Más bien, dicha figura deberá
ser responsable del control, seguimiento y ajuste de dicho proceso, así como de
la atención de las sesiones de entrenamiento (dicho de otro modo, atenderá,
controlará, corregirá y motivará al cliente durante la sesión, y realizara los
ajustes del programa inicial en base a la adaptación del cliente a dicho
programa).
DISEÑO DE PROGRAMAS DE ENTRENAMIENTO
Se consideran en el diseño de entrenamiento las siguientes estructuras
(Navarro, 1996):
1. Sesión
2. Microciclo
3. Mesociclo
4. Macrociclo
5. Temporada (Ciclo Anual)
6. Plan Plurianual
Excepto en el caso de preparaciones específicas (para competiciones o
pruebas, oposiciones, etc.), raramente utilizaremos estructuras plurianuales y
de temporadas, lo más útil y lógico en el fitness es la utilización del
mesociclo (que puede coincidir con el mes) y subestructuras, así como un ideal,
pero muy difícil macrociclo y su consiguiente subdivisión en mesociclos.
OBJETIVOS DE ENTRENAMIENTO Y TEMPORALIZACION
Cualquiera que sean las posibilidades de adaptación de un sujeto durante un
ciclo de entrenamiento (8-16 semanas) sólo se tienen unas posibilidades
limitadas de adaptación o mejora en el desarrollo de las diferentes capacidades.
LA CARGA DE ENTRENAMIENTO
Las cargas han de ser consideradas como un proceso pedagógico de estimulación,
orientado hacia un objetivo y basado sobre el ritmo de desarrollo de la
capacidad de rendimiento.
La adaptación necesita una relación óptima entre el nivel de desarrollo
individual, una intensidad de carga fijada y un volumen de trabajo mínimo.
Para producir una adaptación es necesario perturbar el equilibrio funcional.
Es el precio de una destrucción funcional momentánea y de la restauración del
estado de equilibrio a un nivel superior, como se va a producir un proceso de
adaptación.
Para que una carga sea efectiva se necesita que el estímulo de entrenamiento
que planteamos se acerque a la capacidad de rendimiento actual del individuo o
deportista (González Badillo, 1997). En el caso de fitness esto también es así o
en cualquier caso no deberá ser inferior al limite mínimo para producir estimulo
y provocar adaptaciones. Dichos límites debemos conocerlos y valorarlos al
respecto del nivel del fitness del cliente.
Es importante, dejar claro que estos “mínimos” son diferentes en cada
individuo y por tanto no es posible el realizar entrenamientos o rutinas
“estándares” validos para un determinado colectivo (principiantes, expertos, de
pérdida de peso, etc...), sino que en base a dicho objetivo y a las
características del cliente diseñaremos el entrenamiento.
Si nos quedamos muy lejos o si se trabaja en los límites de rendimiento la
adaptación positiva no se produce. Algunos sistemas
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