Magnetocardiograma

Magnetocardiograma

Desde hace muchos años la tecnología ha ido desarrollando técnicas de gran precisión para identificar enfermedades del corazón en áreas afectadas, orientando la cirugía. Hoy en día, los procedimientos quirúrgicos cardiovasculares son efectuados de modo extremadamente invasivo con un catéter introducido en el corazón la cual produce descargas eléctricas en varios puntos del musculo cardiaco y esto facilita la localización de las áreas afectadas, reduce el trauma y agiliza la recuperación de los pacientes.

Los campos magnéticos producidos por el cuerpo humano tienen su origen en las corrientes eléctricas, además, medir estos campos magnéticos nos permiten saber la intensidad de corriente para poder realizar procedimientos cardiovasculares y reducir el riesgo de una operación. En el corazón estos campos magnéticos son producidos por la propagación de un pulso magnético a lo largo de las células.

Dentro de las aplicaciones del biomagnetismo, el corazón es el segundo órgano más importante debido a la gran incidencia de problemas cardiovasculares y también por las posibilidades de intervenir. La identificación de actividades eléctricas anormales en el corazón se lleva a cabo sin la fijación de dispositivos en la piel del paciente o directamente en el órgano y esto es gracias al magnetocardiograma la cual es una técnica para medir los campos magnéticos producidos por las corrientes eléctricas en el corazón utilizando dispositivos extremadamente sensibles como el dispositivo superconductor de interferencia cuántica.

Otra aplicación de la magnetocardiografia (MCGF) es en el estudio de la frecuencia cardiaca fetal. Desde que la primera MCGF fue registrada por Kariniemi, varios grupos en todo el mundo han explorado el potencial de aplicación en el campo de la investigación de la actividad cardiaca fetal, tanto en embarazos normales, como en otros que involucran diversas patologías.

El bienestar de un feto está reflejado por su actividad cardiaca, lo que es importante monitorearla durante el embarazo. El latido cardiaco fetal puede ser registrado, por medio de electrodos que se fijan en el abdomen de la madre, con ultrasonido y actualmente por biogradiometros, que son dispositivos que detectan de modo selectivo los campos magnéticos a los que son expuestos. En general, las señales obtenidas por los electrodos sufren interferencia del corazón de la madre, especialmente al final de la gestación, cuando la piel del feto está envuelta por una capa de cera (el vérnix caseoso), que actúa como aislante eléctrico. El ultrasonido tiene buena resolución señal/ruido, mas no proporciona la razón de latido cardiaco instantáneo, ni la forma de la onda de la actividad eléctrica del corazón. La magnetocardiografía fetal, en cambio, esta si tiene buena relación señal/ruido durante toda la gestación y una óptima definición de la

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