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Microniologia


Enviado por   •  7 de Noviembre de 2013  •  551 Palabras (3 Páginas)  •  244 Visitas

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CAPÍTULO IV.

ROBERTO KOCH.

La lucha contra la muerte.

Cuarto capitulo donde en los años 1860 y 1870, Koch estudiaba medicina en la Universidad de Gotinga. El carbunco era por aquel entonces un enfermedad misteriosa que mataba vacas y ovejas. Koch examinaba la sangre de las vacas muertas por carbunco, ponía gotas de la sangre negra entre dos laminas de cristal muy delgadas y perfectamente limpias; un día, al mirar por el microscopio, vio entre los diminutos verdosa unas cosas extrañas, que parecían bastoncitos cortos y poco numerosos, que flotaban agitados por un ligero temblor entre los glóbulos sanguíneos; otras veces aparecían engarzados como fibras largas, mil veces más tenues que la seda fina. Cuenta que Davaine y Rayer, en Francia, habían visto las mismo en la sangre de las ovejas muertas y habían dicho que aquellos eran bacilos, gérmenes vivos, causa real del carbunco; pero no pudieron demostrarlo. Y dejó de estudiar animales enfermos y se dedicó a los que estaban perfectamente sanos donde no había un filamento, ni un bacilo, pero no sabía si estaban vivos, crecían o se multiplicaban.

Infectó a los ratones de su laboratorio con la enfermedad y a la mañana siguiente regresó a su laboratorio y encontró a los animales muertos,

Disecó al animal y le extrajo el hígado y los pulmones, registrando de paso todos los rincones. Encontró que el bazo estaba negro y muy hinchado, casi ocupaba toda la cavidad abdominal del ratón. Con un bisturí limpio y bien calentado abrió el bazo y puso sobre un cristal una gota del líquido negruzco que exudaba. Encontró los mismos microorganismos.

Intento la multiplicación de los filamentos en algo que semejara lo más posible a la sustancia de la cual estaba hecha el cuerpo del animal, que fuera como la materia viva.

EL Construyó una rudimentaria estufa bacteriológica, calentada por una lamparilla de aceite. En este aparato improvisado colocó dos laminas de cristal, entre las cuales había puesto una gota de humor acuoso de ojo de buey; a altas horas de la noche bajaba un poco la mecha de la humeante lamparilla de estufa de cultivo y examinaba al microscopio la preparación que contenía a los bastoncillos. Al observar parecía que estos crecían, pero no estaba muy seguro, por que otros microbios móviles y saltarines se introducían en las laminas de cristal y creciendo aprisa ahogaban a los bastoncillos del carbunco

Coloco a los animalillos en una gota pendiente. En una lámina de cristal muy delgada esterilizada colocó una gota de humor acuoso de buey, de un animal sano recientemente sacrificado; en esta gota introdujo un fragmento pequeñísimo de bazo recién extraído a un ratón muerto y sobre la gota colocó otra lámina de cristal más gruesa con una cavidad lo suficientemente grande para

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