Reeflexologia

Reflexología

Es una técnica desarrollada a raíz de las observaciones del otorrinolaringólogo americano Willoam H. Fitzgerald (187.-1942) que sentó los principios terapéuticos en un sistema que denominó «Zonaterapia».

Aunque reconoce unas líneas de transmisión generales similares a las de los meridianos chinos, no es igual y tampoco se corresponde de modo definitivo con las inervaciones del sistema nervioso central.

La fisioterapeuta americana Eurice D. Ingham, en su libro «Historias que los pies podrían contar», popularizó el sistema en todo el mundo.

El reflejo es la respuesta involuntaria a un estímulo y por lo tanto la reacción refleja de un órgano, músculo, glándula, etc., al que alcanza la corriente energética nacida en el estímulo.

Las reflexologías más conocidas son la Acupuntura, Aromaterapia, Helioterapia, Hidroterapia, Iridología, y las que se han dado en llamar reflexoterapia podal, manual y vertebral, aunque existen algunas más y algunas de ellas muy importantes.

Reflexología del pie

Los masajes en la región del pie

Cuando nos referimos a los masajes de la zona del pie, es importante diferenciar en este tipo de aplicación dos terapias bien definidas: primero la rehabilitación funcional del pie y el tobillo de dolencias de la zona aproximadamente dicha, y segundo la reflexoterapia, o la aplicación de masaje en determinadas partes del pie con el fin de aprovechar sus efectos reflejos sobre los distintos órganos o partes del cuerpo.

Las articulaciones de los dedos de los pies, formadas por las epífisis de las respectivas falanges, tienen una superficie articular más extensa que las correspondientes de la mano, lo cual les permite un mayor grado de flexión dorsal.

Lo más característico de las articulaciones tarso-metatarsianas es la forma de cuña que tienen las epífisis proximales del segundo, tercero y cuarto metatarsianos, estando la base de cada uno de ellos situada al dorso del pie y del vértice de la planta, siendo en estas articulaciones donde se efectúan los movimientos de la parte anterior del pie.

La articulación del tobillo está formada por el astrágalo y las epífisis inferiores de la tibia y del peroné, articulándose estas dos últimas entre sí, no por superficies articulares, sino por un poderoso ligamento interóseo.

Los pies del hombre tienen una doble función: una sostener el cuerpo en la posición erecta, y otra, propulsarlo hacia adelante durante la locomoción. La parte interna está relacionada con el sostenimiento del cuerpo, y la arte externa con el mantenimiento le estabilidad y equilibrio.

Durante el caminar, el pie toca primero en el suelo con la parte más extensa del talón, luego apoya la parte más extensa del antepié, y finalmente, la parte interna del mismo antepié.

El peso del cuerpo se carga momentáneamente sobre la parte externa, y pasa rápidamente a través de la cabeza del astrágalo, al lado interno. Durante la fase de propulsión el peso cae fundamentalmente sobre la base del dedo gordo.

En este capítulo vamos a dejar a un lado la rehabilitación funcional por el masaje en las distintas lesiones de naturaleza traumática, de tenovaginitis, etc., para centrarnos en una terapia que en los últimos años está tomando un gran auge, el masaje reflejo o reflexoterapia.

¿Qué es la reflexología?

Esta terapéutica que en un principio se conocía por «terapia de zonas», tiene su base en el conocimiento de la localización de una serie de zonas, que se manipulan para mediante una reacción refleja restaurar las corrientes energéticas linfáticas y sanguíneas y liberar mediante el masaje una serie de impulsos eléctricos que activan y vitalizan el tono de los órganos sobre los que tienen influencia.

El conocimiento de las zonas

Ni que decir tiene que el valor de esta terapia estriba en la memorización de las zonas y la destreza en la aplicación del masaje, ya que debe ser muy precisa la aplicación sobre una zona cutánea para que tenga la proyección adecuada sobre un órgano profundo.

Decía Bataller que «los cuatro centros nerviosos son verdaderos acumuladores de energía nerviosa o fluido neurítico, cuya activación se produce por medio de una excitación periférica y de los procesos íntimos de mutación celular. A través de dichos estímulos se ponen en acción la energía potencial o de reserva que, por la red de nervios centrífugos, pasa la periferia para convertirse en trabajo químico 0 mecánico».

El tiempo conveniente de aplicación de un tratamiento reflexoterápico, lógicamente, está en consonancia con la dolencia a tratar, si bien debemos tener presente que el masaje será suficiente, sin ser excesivo. Al principio, en las sesiones iniciales es suficiente con diez minutos cada pie, para aumentar hasta un cuarto de hora.

La posición del enfermo, será .lo más cómoda posible; lo ideal es un sillón que se recline con apoyacabezas. La pierna con la que se trabaja se apoyará sobre un taburete de base cómoda, de manera que quede enfrente de la persona que dé el masaje, que a su vez estará sentado en un taburete o silla baja.

Tomará primero el pie derecho en su mano y comenzará a masajear suavemente el dedo gordo del pie. Con el canto del pulgar presionará las zonas localizando el reflejo sensibilizado, mientras combina presión y masaje. Según va inspeccionando con el masaje de comprensión toda la planta del pie, irá apreciando cierta incomodidad en el paciente como consecuencia a la respuesta del reflejo, deteniéndose en los muy sensibles, aplicándoles unos minutos extra de masaje hasta que ceda el dolor.

El examen minucioso del pie, ayuda a dar una idea del estado general del organismo. Unos pies lisos, flexibles, fuertes y de una coloración normal, exentos de durezas, ojos de gallo, rojeces, etc., nos permite adivinar una vida saludable y un cuerpo sano. Las durezas, los callos, los juanetes, las rugosidades resecas, etc., pueden ser signos o cristalizaciones de alteraciones en partes profundas y lejanas. Es un hecho, y los dolores por cristalización del ácido úrico en la gota son un buen ejemplo, que el organismo expulsa sus residuos a las partes más lejanas en donde el riego sanguíneo ha perdido parte de su intensidad. Entonces al recorrer con cuidado con las yemas de los dedos las zonas reflejas de los pies se detectan nódulos, tumefacción, abultamientos, inflamaciones, etc. Si se presionan dichas zonas, el dolor es intenso, esto nos hace adivinar un funcionamiento incorrecto aún en los casos en que la sintomatología todavía

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