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Enviado por   •  8 de Septiembre de 2015  •  Prácticas o problemas  •  1.827 Palabras (8 Páginas)  •  141 Visitas

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Tras lanzar aquel rugido de desafío, los tigres huyeron a la selva, a donde no pudiesen seguirlos los humanos.

Los hombres y demás gente que se encontraba ahí gritaban a los tigres que salían corriendo de ahí:

-¡Te encontraremos Juan Darién! ¡Esto no se quedara así!

Juan Darién quien solo escuchaba, volteo y observo por unos cortos segundos a los ojos a aquellos hombres, que lo miraban con odio. El no presto mas atención y siguió a sus compañeros felinos.

Cuando por fin estuvieron tan adentro de la selva que los hombres ya no pudiesen seguirlos, todos los tigres prometieron que no debían volver al pueblo por ninguna razón, pues quien tuviese la valentía de ir seguramente terminaría muerto. Los tigres por fin se separaron todos, cada uno tomo su camino, eso si, nadie debía salir de un área que ellos mismos delimitaron.

Mientras tanto en el pueblo, los habitantes estaban furiosos y como no, si habían visto arder a aquel hombre, el domador, que había sido quemado por Juan Darien y a quien no le fue otorgado el perdón.

Decían y gritaban:

-¡Vamos por esos desgraciados!

-¡Esos tigres no se pueden salir con la suya!

Entre todos los gritos un hombre, salió a calmar a los habitantes, un hombre misterioso, ese tipo de hombre que siempre se le ve con un sombrero y una pipa, aquel hombre era un cazador, era nada mas y nada menos que el hermano de el domador, había llegado al pueblo de visita.

El no sabía lo que le había pasado a su hermano, cuando se abrió paso entre toda la multitud solo dijo una cosa:

- Hola ¿Qué tal? ¿Qué es todo este alboroto?

Los hombres le respondieron:

- ¡Son los tigres! ¡En especial el que habla nuestro idioma, ha asesinado a un hombre!

- ¿Puedo ver al hombre?- Dijo el aquel hombre con una voz gruesa-

Los hombres lo llevaron hacia donde yacía el cuerpo del hombre calcinado, casi irreconocible.

- ¿Cómo pudo un tigre hacer esta atrocidad?, Quién es el desafortunado? – Dijo el hombre asombrado-

- ¡Si, fue el tigre! Era un tigre simulando ser un hombre, aprendió durante 12 años nuestras costumbres y forma de vida, el pobre hombre es el domador. – Le respondió un hombre.

El cazador se quedo viendo fijamente al hombre con una cara sin expresión: -Es mi hermano respondió. La gente al ver esto empezaron a explicarle mas a fondo la historia, le sugerían que fuese de caza por el Juan Darién quien fue el tigre que había quemado al domador.

El cazador tomo el látigo de su hermano, que aun no se había quemado del todo y dijo a los hombres : Den a ese tigre por muerto, su piel será expuesta en el pueblo y sus intestinos comida para los carroñeros. – Dijo el hombre cabizbajo y con una voz quebrada tras ver el cuerpo de su hermano.

Al dia siguiente el hombre pidió que pasara lo que pasara, nadie le siguiera y si lo llegaban a ver luchando con un tigre no se interpusieran, pues se había vuelto en algo personal cazar a Juan, el cazador tomo su arma, brújula, agua y se adentro en la selva con la intención de dar muerte al culpable.

Mientras tanto Juan Darién, quien se encontraba dormido aun tras una agitada noche y un sueño en el que veía a su madre  y esta le advertía que debía andarse con cuidado pues no todo en la selva está por debajo en fuerza contra los tigres.

Juan se empezaba a una vida distinta, pues los tigres no son en nada parecidos a los humanos en su forma de vida, ellos no van a la escuela ni nada parecido, lo primero que hizo fue tratar de conseguir comida, así que salió a cazar

Mientras asechaba una presa, entre aquel silencio profundo y su concentración, recordó que el no sabía cazar, pero algo en su interior le decía como actuar, como si un tigre siempre hubiese sido, cuando se disponía a dar su ataque, escucho a su costado ruidos, alguien caminaba por ahí.

Al echar un vistazo vio que era un niño, se había perdido entre la selva, Juan sabía que no debía hacerlo pero se dispuso a tratar de guiar al niño, pues aun conservaba esa moral que te dice que hacer.

Juan se acerco y le hablo al niño que estaba de espaldas, cuando voltio, cayo espantado al suelo al ver imponente tigre frente a el, Juan aprovecho esto y le cargo por la camisa con sus mandíbulas, trato de acercarlo lo mas posible al pueblo.

Cuando Juan creyó que era suficiente bajo al niño y lo coloco en el suelo, justo en ese momento el niño despertó y al verlo, gritó:

-¡No me comas tigre! ¡Te lo imploro!

- Tranquilo humano, no quiero hacerte daño, solo te he acercado al pueblo- Dijo Juan

-¿Eres Juan Darién? ¿El niño tigre? – Dijo el niño asombrado.

- Así es pero por favor, ¡no lo grites! – Dijo Juan temiendo por el, pues solo estaban a unos metros del pueblo y cualquiera podría oírlos.

El niño y Juan charlaron por un rato, Juan le explicaba que no se acercara a la selva pues corría peligro tanto como él en el pueblo. Lo que no sabía ni Juan ni el niño era que el cazador había estado viéndolos todo el tiempo, pues apenas había entrado a la selva cuando vio esto.

Juan al despedirse del niño y pedirle que tuviese más cuidado giro un poco su cabeza y con esa mirada tan cautelosa, alcanzo a ver un hombre con un arma, era el cazador, Juan se echo a correr con todas sus fuerzas, el cazador empezó a disparar frente al niño pero ningún tiro dio en el blanco, entonces grito el cazador enfurecido:

-¡Tigre cobarde, de mi no escaparas!

Juan vio en la cara del hombre la misma cara del domador, y entendió entonces lo que pasaba. Le estaban cazando. El cazador se apresuro a recargar el arma pero cuando lo logro, Juan ya había desaparecido entre la maleza.

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