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Enviado por   •  2 de Julio de 2013  •  2.296 Palabras (10 Páginas)  •  231 Visitas

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Los niños y adolescentes ante la Internet

Por Jesús María Dapena Botero

Médico Psiquiatra

España, 3 de agosto de 2011

Estas son unas notas que tomé hace tres años de textos del gran psicoanalista de niños Juan Carlos Volnovich; creo que siguen siendo válidas. El adjunto es de una revista virtual española.

Sin duda, las nuevas tecnologías, como la Internet, impactan la construcción de la subjetividad de los niños y adolescentes de acuerdo a lo que pensamos los adultos, prejuicios que pueden estar dados desde relaciones de poder y de género, ya que los chicos y chicas de hoy tienen la enorme ventaja de acceder a ellas de un modo mucho más fácil, cosa que no nos pasa a los adultos, que tenemos más dificultad para aprender su uso, como sucede con el aprender a nadar, a montar en bicicleta o a hablar una lengua extranjera; ya que aprender de grande es mucho más difícil, por algo se dice que loro viejo no aprende a hablar. Eso pasa con el aprendizaje de las nuevas tecnologías; es un universo en el que los adultos jugamos de visitantes, mientras los niños han nacido en un mundo de alta tecnología; ello altera las relaciones de poder entre los niños y el mundo adulto, ya que los grandes empezamos a depender de los chicos, en este campo, tanto en el entorno familiar como en el escolar, lo que puede relevarse en el vínculo de las maestras y sus alumnos, ya que ellas, educadas en una sociedad machista, han considerado que la tecnología es cosa de hombres y que ellas no han nacido para los botones de los aparatos electrónicos, pues pareciera ser que, en relación con las innovaciones tecnológicas, casi siempre el sexismo está presente; cuando apareció la Internet, los usuarios eran fundamentalmente varones, después accedieron a él las mujeres.

Es así que en este momento algunos de los prejuicios que tienen que ver con lo instituido, en la estructuración de la subjetividad de los niños, empieza a desmontarse; lo que se consideraba una pérdida de tiempo en la relación de los niños con los monitores, con los juegos interactivos y los chateos, empieza a verse como un avance cultural en el campo de la imagen, privilegiada ahora en relación con la lectura textual, de tal modo que habría que replantearse preguntas tales como: ¿Si seguimos así, a dónde vamos a parar? Y también han de replantearse aseveraciones como: Con estas actividades, los niños van a terminar analfabetos, chupados por la pantalla.

A diferencia del tablero, del pizarrón, los monitores se constituyen en toda una fuente de estímulos interactivos, más ricos y potencialmente más estimulantes del desarrollo intelectual que un tablero estático con una maestra adelante; así mismo no pueden devaluarse el teclado y el Mouse en relación con el lápiz y el papel; la caligrafía no es mejor que la escritura en la pantalla; aún, a pesar de que se contradiga la teoría piagetana sobre el movimiento de la mano en el desarrollo de la inteligencia, escribir con dos manos, como se hace en el teclado del ordenador, es un proceso más complejo y sofisticado que escribir con una sola mano, con lápiz y papel; lo cual no quiere decir que los niños hayan de abandonarlos en el proceso de alfabetización pero lo que no habría que hacer es evitarles el contacto inicial con el teclado, que devendrá en un instrumento de comunicación habitual en el futuro.

La experiencia ha demostrado que los niños que están ante el monitor no se convierten necesariamente en gorditos fofos, sin amiguitos, con una pobre sociabilización, con inhibiciones lúdicas, pues no hace falta sino pasar por los locutorios para ver a los chicos saltando y bailando frente a la pantalla, participando de juegos interactivos, con las muñecas y los tobillos conectados a ellos, moviéndose; así el prejuicio de que no se muevan queda desmantelado, ya que muchas veces la interacción se produce a través del movimiento físico; en definitiva, los juegos interactivos no tienen un poder devastador sobre la mente de los niños quienes, a través de ellos, adquieren un mejor desempeño y muchos de ellos hasta mejoran su rendimiento escolar; los niños mientras más juegan más estudian. Creo que eso lo he comprobado en Martín, mi hijo; me preocupaba mucho que se ocupara de juegos bélicos que pudieran hacerlo un amante de la guerra y lo dejaba realizarlos con algún sentimiento de culpa hasta que un día me sorprendí con que sabía mucha más historia que yo, sobre todo de la historia del siglo XX, lo cual le daba una comprensión bastante grande de la política mundial.

Los juegos interactivos son todo un entrenamiento intelectual espontáneo; como casi todos tienen niveles, los chicos no repiten en forma compulsiva siempre lo mismo, sino que van arbitrando, ellos mismos, las maneras de ir pasando de nivel, desplegando nuevos talentos y habilidades para poder superarlos. Creo que el juego Age of Empires se convierte en todo un aprendizaje de administración de recursos, a la vez que induce a una gran comprensión de la historia; en ese campo, el niño va complejizando sus operaciones lógicas y las variables que ha de tener en cuenta, lo cual es un estímulo casi prodigioso.

No se trata de una idealización de tales prácticas, o de pensar que la educación futura debe basarse en el uso exclusivo de ellas pero lo cierto del caso es que ciertos prejuicios iniciales ya no se sostienen; lo que no excluye que se haya de prestar atención especial a los efectos negativos que puedan llegar a producir tales prácticas, eso sí, sin caer en lugares comunes, abarrotados de prejuicios.

Entre ellos, aquellos que se refieren a una posible profundización del abismo insalvable entre los niños que tienen o no computadoras desde los primeros años de iniciación escolar; la cuestión es otra; más bien habría que pensar en el abismo insalvable entre los niños que saben o no qué hacer con la computadora.

Los invito a leer el siguiente artículo tomado de una revista virtual española:

El uso de Internet por niños y adolescentes

Usadas de forma adecuada, las nuevas tecnologías pueden mejorar los resultados escolares y las habilidades sociales de niños y adolescentes.

La tecnología no sólo está transformando la productividad empresarial y multiplicando la cultura mundial. Además, está cambiando la forma en la que aprenden los niños y cómo se relacionan entre sí y con los demás, incluidas sus propias familias. Esto no es, en sí, ni bueno ni

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