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De La Ociocidad


Enviado por   •  25 de Septiembre de 2012  •  381 Palabras (2 Páginas)  •  238 Visitas

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DE LA OCIOSIDAD. Michel de Montaigne

Así como vemos tierras ociosas que producen, si son feraces y fértiles, mil tipos de hierbas salvajes e inútiles y a las que, para que den fruto, se las ha de sujetar y emplear en ciertas siembras a nuestro servicio; y así como vemos que las mujeres producen ellas solas amasijos y trozos de carne informes y que, para que engendren algo bueno y natural, se las ha de preñar con otra semilla; así ocurre con el pensamiento. Si no lo ocupamos en algún tema que lo embride y contenga, se lanza desbocado aquí y allá, por el campo difuso de las imaginaciones.

Sicut aquae tremulum labris ubi lumen ahenis

Sole repercussum, aut radiantis imagine Lunae

Omnia pervolitat late loca, iamque sub auras

Erigitur, summique ferit laquearia tecti.

[... como el rayo de sol o como el disco de refulgente luna, cuando caen sobre el agua de cátera broncínea, y al reflejarse, revolando inquietos acá y allá, se clavan temblorosos en un alto artesón: VIRGILIO, Aen. 8,22-25].

Y no hay locura ni sueño que no produzca en esa agitación,

velut aegri somnia, vanae

fingitur species.

[... como los sueños de un enfermo se moldean tan vanamente: HORACIO, ars 7-8].

Piérdese el alma que no tiene meta establecida; pues, como suele decirse, estar en todo es no estar en nada.

Quisquis ubique habitat, Maxime, nusquam habitat

[... el que vive en cualquier parte, no vive en ningún sitio: MARCIAL, epigr. 7,73].

Cuando últimamente me refugié en mi casa, decidido en la medida de lo posible a no dedicarme a otra cosa más que a pensar retirado y en paz lo poco que me queda de vida, parecíame que no podría hacerle mayor favor a mi espíritu que dejarlo en plena ociosidad ocuparse de sí mismo y detenerse y asentarse en sí, cosa que esperaba poder hacer más fácilmente al haberme hecho con el tiempo más sesudo y maduro. Mas resulta,

variam semper dant otia mentem,

[el ocio siempre causa incertidumbre: LUCANO, 4,704].

que, por el contrario, como caballo desbocado, dase cien veces más trabajo por sí mismo del que se tomaba por otros; y engendra tantas quimeras y monstruos fantásticos, unos tras otros, sin orden ni concierto, que para contemplar a gusto su inepcia y su rareza, he empezado a ordenarlos, con la esperanza de poder avergonzarlo con el tiempo.

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