Doña Barbara
MilenaMartin19 de Octubre de 2014
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INTRODUCCIÓN
Santos Luzardo regresa a su tierra natal con la intención de vender sus terrenos. Al llegar se entera de las
arbitrariedades de una mujer conocida como Doña Bárbara quien se rumora tiene pacto con el Diablo.
Además de haber escrito una ley a su medida, Doña Bárbara tiene fama de devoradora de hombres, todo aquel
que cae seducido por su belleza termina convertido en piltrafa humana. Tal es el caso de Lorenzo Barquero,
padre de Marisela, e hija no reconocida de Doña Bárbara. Santos Luzardo ante el abandono con que encuentra
su tierra y la injusticia ejercida impunemente por Doña Bárbara decide no vender y enfrentar el poder de la
tirana.
RESUMEN X CAPITULOS
Capítulo I
¿Con quién vamos?
La acción ocurre en las provincias de Venezuela. A bordo de un bongo (especie de canoa) viaja a través de un
río Santos Luzardo. El destino Palodeagua y después, los terrenos de Altamira. La apariencia citadina de
Santos Luzardo contrasta notablemente con los rudos y curtidos palanqueros. A bordo viaja también una
persona que pareciera seguir a Santos desde San Fernando. Se le conoce como el Brujeador y trabaja para una
señora conocida como Doña Bárbara. Al pedir referencias sobre aquella mujer, cuya fama se extiende más allá
de sus terrenos, los palanqueros le dicen a Santos que tenga cuidado. Doña Bárbara domina el lugar y tiene
compradas a todas las autoridades del pueblo. Es una bruja que tiene al mal de su lado. Manipuladora y hábil,
Doña Bárbara tiene su propio cementerio. Los palanqueros le advierten también a Santos que tenga cuidado
con el Brujeador y que cometió un grave error al convidarlo a viajar en el mismo bongo.
Capítulo II
El descendiente del cunavichero.
Tiempo atrás, los terrenos de Altamira estaban dominados por dos familias de caciques: Los Luzardos y los
Barqueros. Familias antagónicas que practicaban sin reservas, la ley del llano. Sin embargo, don José
Luzardo, padre de Santos, mantenía una querella con su liberal hijo Félix. En otro país de Latinoamérica,
México, sucedía una batalla contra los Estados Unidos. Félix apoyaba a México muy a pesar de don José. Una
noche, en una pelea de gallos, Félix reta al padre y éste lo mata. Don José Luzardo le dio la noticia a su esposa
y se encerró en un cuarto a dejarse morir. La madre de Santos, en verdadera repulsa contra esa ley del llano
decide llevarse a su hijo de catorce años a la capital: Caracas. Ahí, Santos Luzardo se olvido de los ríos y los
caimanes por algún tiempo. Se hizo Médico. Pero sus terrenos, sus hatos, −sitios donde se instalan los
pastores fuera de la población con su ganado− continuaban ahí. Gran parte había sido ya robado, por las vías
legales de Doña Bárbara. Y Santos se dirigía a sus terrenos pues un comprador estaba interesado en
adquirirlos.
Capítulo III
La devoradora de hombres.
Barbarita trabajaba de cocinera en una embarcación de ladrones y piratas. Ajena a sus fechorías, despertaba
1los deseos de los bandoleros. Cierto día, un joven de nombre Asdrúbal, pide trabajo en la embarcación. El
capitán quien era el tutor de Barbarita lo acepta. Asdrúbal y Barbarita se hacen amigos, al poco tiempo le
enseña a leer, cosa que no le gustó al capitán. Asdrúbal le advierte a Barbarita que su taita tiene la intención
de venderla a un Turco. Barbarita no lo puede creer. El capitán sospecha de Asdrúbal y lo manda con otro
para que éste lo asesine. Un motín abordo contra el capitán sucede y luego de darle muerte, los bandoleros
violan a Barbarita quien es rescatada por un viejo de nombre Eustaquio quien se rumora, fue la primera
persona que puso en contacto a Barbarita con los brujos. Pasado un tiempo, la fama de Doña Bárbara, mujer
que tiene pacto con el Diablo se extiende por toda la región. Todas las noches, Doña Bárbara y su Socio
planearon como apoderase de todos los terrenos del Arauca. Su primera víctima fue Lorenzo Barquero quien
al cabo de tratarla, termino como una autentica piltrafa humana, con un avanzado alcoholismo y con una hija
que ni la madre ni el padre atendieron. Los terrenos de los Barqueros así como una porción de Altamira,
pasaron a ser propiedad de Doña Bárbara quien bautizó sus propiedades como El Miedo. Además, Doña
Bárbara se reveló hábil en cualquier actividad desempeñada por los hombres; lazaba, montaba caballos
bravos, dirigía las peonadas y portaba revolver. Su belleza era comparada a su codicia y crueldad.
Capítulo IV
Uno solo y mil caminos distintos.
Santos Luzardo se encuentra con un antiguo becerrero de su niñez: Antonio Sandoval, que permanece fiel a
sus ordenes. Antonio le presenta a los peones. Algunos como Carmelito López, dudan de las capacidades del
jefe, lo sienten demasiado amanerado para las rudas tareas del campo. Antonio ya sabía de la llegada de
Santos pues un peón que viajaba junto con el Brujeador fue a dar la noticia a El Miedo. Santos se pone al
tanto de la situación, ha habido enfermedades y demasiadas muertes por esas tierras. Balbino Paiba,
mayordomo de Altamira y amante en turno de Doña Bárbara, ha sacado mucho provecho de la ausencia de
tantos años de Santos Luzardo: el nuevo amo de Altamira. Santos no habla de venganzas o peleas.
Capítulo V
La lanza en el muro.
Santos, junto con Carmelito y Antonio hacen un recorrido por la zona. Los recuerdos de su infancia son
mezclados con las narraciones de la tiranía que Doña Bárbara y Balbino Paiba han ejercido. Reconoce el lugar
donde hubo la disputa familiar que dio muerte a su hermano; el odio reciproco entre Luzardos y Barqueros.
Santos se entera que Lorenzo Barquero, quien había instigado a Felix contra su padre. Vivía como un despojo
humano sumido en una permanente borrachera. La culpable de esa vida destruida: Doña Bárbara.
De regreso a Altamira, Santos conoce al resto de sus peones, nota en varios, la misma expresión de
resentimiento que hubiera observado en Carmelito.
Esa noche duda en vender su hato. Antonio le extiende sus llaves y le indica el cuarto donde su padre se había
sentado a esperar la muerte. Santos entra al cuarto que estaba justo como lo había dejado: en la pared
continuaba, la lanza que el padre había hundido luego de asesinar a su hijo. Santos saca la lanza y le pide a
Antonio que se olvide de rencores. Decide no vender Altamira y quedarse a levantarla. Santos regresa a su
cuarto y duerme profundamente.
Capítulo VI
El recuerdo de Asdrúbal.
2El Brujeador va con Doña Bárbara para darle noticias. La patrona se encuentra con Balbino Paiba quien se
siente superior a Doña Bárbara. El Brujeador le confirma que Santos Luzardo ha llegado a Altamira con los
propósitos de pelearle todas los juicios ganados. Doña Bárbara y Balbino suponen que no durará mucho su
gusto. De repente, Doña Bárbara, observa un vaso de agua y finge ver la cara de Santos Luzardo. Balbino
sospecha que es una más de sus tretas para reafirmar su condición de Bruja.
Al quedarse sola Doña Bárbara, recuerda a su primer y único verdadero amor: Asdrúbal.
Capítulo VII
El familiar.
Noche de luna llena en Altamira. Pajarote, otro de los peones, habla de su encuentro con el Familiar, es decir,
el primer animal que se encierra en un hato para que muera y tenga el hato su propio guardián. Todos
reconocen que extraños sucesos se vienen a la fecha. Otro peón afirma también haberse encontrado con el
Familiar, en este caso un toro, el cual presagia buenos augurios.
Capítulo VIII
La doma.
Al amanecer, Santos Luzardo recibe al mayordomo de Altamira: Balbino Paiba quién se muestra seguro ante
el amo. Santos se impone y le dice que pronto le pedirá las cuentas de la manera como ha manejado el hato.
Balbino es sorprendido por la seguridad de Santos. Antonio Sandoval, Pajarote, Carmelito y otros, se
sorprenden también de la firmeza mostrada por Santos. Un caballo se doma. Santos se une al ruedo, domina al
caballo salvaje y lo saca al monte.
Capítulo IX
La esfinge de la sabana.
Una parte de Altamira, había pasado a ser propiedad de El Miedo por medio de los Mondragones, tres
hermanos que vivían aislados del pueblo, y que hacían los trabajos sucios de Doña Bárbara. Balbino Paiba los
sorprende y los Mondragones le platican que recibieron la orden de cambiar su estancia, que se encontraba
legalmente en Altamira, hacía El Miedo. Piensan que a la patrona le tiene miedo al vecino. Balbino les ordena
quedarse por ahí y se dirige a casa de Doña Bárbara.
Al llegar la encuentra más femenina; adornada con cintas, encajes y el pelo suelto. Balbino le dice haberse
encontrado con los Mondragones y que le expresaron su descontento. Doña Bárbara se impone y reafirma sus
ordenes. Balbino va con los Mondragones y les confirma la orden de la patrona, no sin subrayar, que no le
teme, sino que se trata de una trampa. Balbino regresa con Doña Bárbara y le escucha decir Dios libre al que
se atreva contra Santos Luzardo. Ese hombre me pertenece.
Capítulo X
El espectro de la Barquereña.
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