El Amor En Tiempos De Colera

RESUMEN

El libro comienza relatando que el doctor Juvenal Urbino va a ver a muy temprano don Jeremiah de Saint, quien era uno de los amigos del doctor, Jeremiah se había encerrado en su cuarto con un sahumerio de cianuro de oro y falleció junto con su perro, el doctor al presenciar tal hecho ordeno que no se le realizara ninguna autopsia y se le enterrara de la manera más digna y lo más pronto posible evitando todos los tramites burocráticos, indicando a la policía que se dijese que había muerto de manera natural, ocultando el evidente suicidio. Jeremiah había dejado un sobre dirigido al doctor, quien cuando lo leyó ordenó a uno de sus sirvientes que le llevara en su coche a una de las zonas más marginadas de la ciudad, pues le pedía que fuera a una dirección. Al llegar a la dirección indicada en el sobre el doctor Jeremiah se encontró con una mujer vestida de luto; se trataba de la amada de don Jeremiah, le explico que cuando éste era joven, repetidas veces decía “yo nunca seré viejo”, el doctor salió de ese lugar bastante desconcertado por aquellas palabras.

El doctor llego a su hogar, y se encontró con su esposa Fermina Daza, con quien tenía un hijo y una hija y refería haber pasado los mejores años de su vida con ésta mujer. Ambos se alistaban para un almuerzo de uno de los colegas del doctor, su esposa lo ayudaba a alistarse, puesto que ya tenía 81 años ya tenía81 años y se le dificultaba actuar solo. Lo mismo le pasaba con su memoria, ya estaba sintiendo los síntomas de la vejez.

Cuando se marchaban al acontecimiento social de su colega el Dr. Olivella se enteraron que su loro se había escapado de su jaula, se marcharon y llamaron a los bomberos para atrapar a su loro, sin embargo éstos no pudieron capturarlo. Al regresar a su casa y dando por perdido a su loro el doctor se puso a leer en la terraza, fue ahí donde vio al loro y con el afán de atraparlo subió a una escalera, sin embargo al intentarlo cayo y murió.

Su esposa ordeno que lo velaran, siendo el Dr. Juvenal una de las personas más reconocidas del pueblo muchos asistieron a su funeral, entre ellos Florentino Ariza. Florentino Ariza era un amigo antiguo de doña Fermina Daza, ambos, muchos años atrás habían estado enamorados, por lo cual Florentino le dijo a Fermina que había esperado esa ocasión durante mucho tiempo, para decirle sus sentimientos; pero Fermina muy enojada le ordenó que se marchara y que no regresara nunca más. Esa noche Fermina se acostó triste pidiendo no despertar

pensando en la muerte de su esposo, sin embargo despertó pensando en Florentino Ariza.

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