El Viejitas

En el cumplimiento del deber

-Despues de vieja, pendeja. Como es posible que una mujer de esta edad sea tan estupia, quitarse la vida por esto, ni que hubiera estado tan buena la cabrona viejesilla esta para negarse a sucumbir a los desenfrenados deseos de la pasion y el deseo ¡mmm! ... No, no, no, no, Ni pensarlo irme de esta vida sin hacerme el favorsito, eso jamas - Se burlaba incesantemente y de una manera un tanto ironica Doña Saturnina, una viejita de unos 80 años, que a decir verdad parecia mas bien una adolescente, de esas que son mas locas que una cabra, que andaba ahi por la vida sin ton ni son; mientras leia como cada mañana su periodico favorito ''la nota roja''. En primera plana la noticia que tanto alboroto le causo a Saturnina: ''Sra. se suicida, al recibir llamada del violador de viejitas'' :

Esta mañana, se descubrio el cuerpo de una señora mayor, colgado de su regadera, y segun informes de la policia, una nota de la difunta en la cual explicaba la causa de su suicidio. Con este, se suman 32 casos similares, la policia sigue investigando. - Dios mio, no seas ingrato, que me llame a mi porfavor, que toque a mi puerta y te prometo darme unas buenas marometas con aquel - Insistia Saturnina, cuando de pronto, como por obra divina del señor, que parecia cumplirle el caprichito a la viejesilla, llamaron a su puerta. ¡ Toc, Toc ! - Dios, ¿Es acaso esta una señal?; ¡Pase esta abierto! - grito a la puerta, mientras esperaba ansiosa la entrada del perverso con quien satisfaceria su lujuria. - Vengo a robar - Dijo el hombre que se adentro a la casa de Saturnina, flaco, alto, moreno, simpatico pero temerosos

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