El marciano Muck

EL MARCIANO MUCK

Había una vez un marciano verde llamado MUCK que vivía en un planeta muy lejano. Un día, MUCK decidió explorar otros planetas y así, con su nave espacial, llegó hasta la Tierra. Al llegar, aterrizó en la ciudad de Quito, en el país de Ecuador.

Allí conoció a tres niños llamados Juan, Pedro y Lucas, quienes tenían 8 años y dos niñas llamadas Sofía y María, que tenían 9 años. Todos estudiaban en un colegio llamado Lindo Aprender. MUCK se sentó a jugar con los niños y ellos se dieron cuenta de que era muy divertido y amigable.

Sin embargo, dos agentes de la CIA habían notado la presencia del marciano y decidieron investigar. Después de seguirle la pista, descubrieron que MUCK había hecho amigos con los niños y que se encontraba en la ciudad de Quito. Los agentes decidieron llevar a MUCK a la Luna para estudiarlo y descubrir más sobre su planeta de origen.

Los niños se dieron cuenta de que los agentes estaban tras MUCK y decidieron protegerlo. Juntos, idearon un plan para esconder a MUCK y evitar que los agentes lo encontraran. MUCK, agradecido, les enseñó algunos de sus trucos y habilidades marcianas, como volar sin una nave o crear objetos con su mente.

Juntos, los niños y MUCK salieron a explorar la ciudad y descubrieron muchas cosas interesantes. MUCK estaba encantado con la Tierra y con los amigos que había hecho. Los niños, por su parte, estaban felices de tener un nuevo amigo y aprender cosas nuevas de otro planeta.

Pero los agentes de la CIA no se rendían y seguían buscando a MUCK. Los niños y MUCK siguieron con su plan y lograron esconderse en lugares donde los agentes nunca pensaron buscar. Finalmente, los agentes se dieron por vencidos y regresaron a la Luna, sin haber encontrado a MUCK.

Los niños y MUCK celebraron su victoria juntos y se prometieron seguir siendo amigos para siempre. MUCK regresó a su planeta, pero prometió visitar a sus amigos en la Tierra de vez en cuando. Y así, todos vivieron felices para siempre, conociendo nuevas culturas y aprendiendo cosas nuevas cada día.

Desde ese día, los niños contarían siempre la historia de su amigo marciano verde.

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