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La Compunción


Enviado por   •  26 de Marzo de 2014  •  1.779 Palabras (8 Páginas)  •  155 Visitas

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Retiro Espiritual Marzo 2014

Tema, La Compunción

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Libro: Retiros Espirituales

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El retiro mensual tiene gran importancia. Hoy se llama día de "desierto". Se puede celebrar en ocasiones con algunos amigos en la fe; en otras, en total soledad. Hoy te brindo un día de oración y reflexión personal; antes lo hice yo en total soledad. Es importante, sí, ver, considerar, discernir, dilucidar, formar criterios de fe. Pero quedaría manca la labor sin orar sobre ello: pedir, suplicar a Dios su ayuda, por medio de su Hijo Jesús y de María la Madre de Dios. No cansarnos de "mendigar" la ayuda del Señor: "Mirad que soy muy pobre, y necesito de Vos como el mendigo de la limosna que el rico le ha de dar..."

Antes de comenzar el retiro, desconectar de los asuntos normales anteriores. Ponerse en presencia de Dios. Ser consciente de que vamos a tratar unos temas con Dios para nuestra vida interior. No entrar en rutina. No se trata de mero estudio. Se trata de hablar con Dios de unos temas que nos interesan. Después, formular un propósito muy concreto relacionado con el examen particular, con los propósitos generales de los últimos Ejercicios, con la úlitma confesión o de comienzos de año.

Tema La compunción

1.- Yo definiría la compunción como un sentimiento de dolor de los propios pecados: de los presentes y de los ya perdonados. Pero un dolor lleno de agradecimiento porque sé que Dios me perdona, un dolor lleno de confianza y esperanza e incluso de gozo, porque Dios es Padre y sabe de qué material estamos hechos. Reflexionar sobre esto y pedir a Dios el don de penitencia.

2.- Uno de los rasgos fundamentales de la espiritualidad del cristiano es esa conciencia habitual de ser pecador. También definen la compunción como una tristeza por el pecado, no una tristeza amarga, sino en la paz de la humildad, y en lágrimas, que a veces son de gozo, cuando en la propia miseria se alcanza a contemplar la misericordia abismal del Señor. "La tristeza conforme a Dios origina una conversión salvadora, de la que nunca tendremos que lamentarnos; en cambio, la tristeza producida por el mundo ocasiona la muerte" (2 Cor 7,10).

3.- En la tradición cristiana la compunción de corazón ha sido un rasgo muy profundo. En los Apotegmas de los padres del desierto, leemos que uno de ellos confesaba: "Si pudiera ver todos mis pecados, tres o cuatro hombres no serían bastantes para lamentarlos con sus lágrimas" . Y otro explica la causa de esa actitud: "Cuanto más el hombre se acerca a Dios, tanto más se ve pecador". Pero ese acercamiento a Dios, a su bondad, a su hermosura, explica a su vez por qué la compunción no es sólo tristeza, sino también gozo inmenso y pacífico, un júbilo que a veces conmueve el corazón hasta las lágrimas. Así lo describe Casiano: en el monje "a menudo se revela el fruto de la compunción salvadora por un gozo inefable y por la alegría de espíritu. Prorrumpe, entonces, en gritos por la inmensidad de una alegría incontenible, y llega así hasta la celda del vecino la noticia de tanta felicidad y embriaguez espiritual... A veces está [el alma] tan llena de compunción y dolor, que sólo las lágrimas pueden aliviarla". Ahora pedimos a Dios el don de penitencia. Y pensamos en una confesión hecha con mayor dolor y propósito de enmienda.

3.- "El pecado del siglo es la pérdida del sentido del pecado". Esta afirmación de Pío XII (Radiomensaje 26-X-1946) es recogida por Juan Pablo II, que señala varias causas: -"Oscurecido el sentido de Dios, perdido este decisivo punto de referencia interior, se pierde el sentido del pecado". -El secularismo, "que se concentra totalmente en el culto del hacer y del producir, embriagado por el consumo y el placer, sin preocuparse por el peligro de "perder la propia alma", no puede menos de minar el sentido del pecado. Este último se reducirá a lo sumo a aquello que ofende al hombre". Pero "es vano esperar que tenga consistencia un sentido del pecado respecto al hombre y a los valores humanos, si falta el sentido de la ofensa cometida contra Dios, o sea, el verdadero sentido del pecado". Nos examinamos ahora si vamos perdiendo la conciencia de pecado. Malo, sí, el escrúpulo, mayor, perder la sensibilidad con relación al pecado.

4.- "Algunos, por ejemplo, tienden a sustituir actitudes exageradas del pasado con otras exageraciones: pasan de ver pecado en todo, a no verlo en ninguna parte... ¿Y por qué no añadir que la confusión, creada en la conciencia de numerosos fieles por la divergencia de opiniones y enseñanzas en la teología, en la predicación, en la catequesis, en la dirección espiritual, sobre cuestiones graves y delicadas de la moral cristiana", por ejemplo, en lo referente a la moral conyugal, "termina por hacer disminuir, hasta casi borrarlo, el verdadero sentido del pecado? Ni tampoco deben ser silenciados algunos defectos en la praxis de la Penitencia sacramental". El Papa quiere que "florezca de nuevo un sentido saludable del pecado. Ayudarán a ello una buena catequesis, iluminada por la teología bíblica de la Alianza, una escucha atenta y una acogida fiel del Magisterio de la Iglesia, que no cesa de iluminar las conciencias, y una praxis cada vez más cuidada del sacramento de la Penitencia" (Reconciliatio et pænitentia 18).) Examinar con paz nuestra conciencia.

5.- Entre el don y el perdón de Dios. Dios siempre dona o perdona a los hombres que quieren vivir en su amistad. Si obramos el bien, es porque recibimos el donde la gracia divina. Y si obramos mal, es porque rechazamos el don de Dios; pero entonces, si nos arrepentimos, Dios nos concede su perdón, es decir, nos da de nuevo el don intensivo, reiterado, sobreabundante. Por eso siempre vivimos del don o del perdón de Dios, y «donde abundó el pecado [un abismo], sobreabundó la gracia" (otro abismo) (Rm 5,20). San Agustín, como San Pablo, contempla con frecuencia estos dos abismos: «En la tierra abunda la miseria del hombre y sobreabunda la misericordia de Dios. Llena está la tierra de la miseria humana, y llena está la tierra de la misericordia de Dios" (ML 36,287).

6.- Repasamos todas estas ideas y después hacemos un sincero examen de conciencia en vistas a fomentar el dolor de los pecados, el propósito y una confesión sincera para una verdadera confesión pascual.

Nota: Viene bien con ocasión del retiro mensual dedicar un buen rato al examen práctrico. Es decír, algunos puntos muy concretos sobre vida interior. Ofrezco aquí tres cuestionarios que pueden ayudar.

Examen práctico

- ¿Fomentas en tu vida de relación con Dios la compunción del corazón?

- ¿Cómo haces el examen de conciencia?

- ¿Te sueles fijar en la causa de tus pecados?

- ¿Vas cayendo en el abuso de retrasar las confesiones varios meses?

- ¿Relacionas la confesión con el examen diario de tu alma y con el examen particular?

- ¿Vas buscando mayor unidad en tu vida interior?

- ¿Unes el sacramento del perdón con tu penitencia voluntaria?

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Algo práctico y positivo para el retiro, aplicable a todos los retiros y a las meditaciones diarias:

La afirmación es una técnica simple pero enérgica. Puede sanar y transformar nuestra voluntad y nuestras convicciones hasta arraigarlas profundamente. Aprovechando esta realidad psicológica, podemos cambiar nuestros pensamientos vanos en criterios firmes y santos. La palabra escrita y hablada es el vehículo que nos ayuda en este menester. Tiene mucha relación esto con lo sabido de la autosugestión.

En la práctica:

1.- Fijarme en un aspecto de mi vida que quiero cambiar o sanar. Decidirlo ya.

2.- Formular una frase sencilla que lo integre. Escribirla. Repetirla varias veces.

3.- Formular de esta manera el propósito de la meditación y repetirlo cada día.

4.- Formular de esta manera el propósito del retiro y repetirlo cada día.

5.- Formular de esta manera el propósito de la confesión y repetirlo cada noche.

6.- Para no agobiarme procurar unificar todo esto sin multiplicar más de lo necesario.

Nota 1. Para que esto funcione hay que procurar la frecuente repetición. Que la afirmación sea concreta. Que tenga emoción. Que esté convencido yo de que me va a ayudar a mejorar.

Nota 2. Tomar conciencia del subconsciente. Por ejemplo: Si yo digo esta afirmación: "Voy a ser desde hoy bondadoso en mis conversaciones sobre los demás". Mi subconsciente, me reprocha y me dice: "mentira, no vas a ser". Yo no me doy cuenta del subconsciente, pero ahora lo advierto.

Pero tengo que tomar conciencia del subconsciente. Para ello: en una hoja de papel poner dos columnas. A la izquierda, mi afirmación. A la derecha, lo que me sugiere; todas esas cosas negativas que llevo en el subconsciente. Repetir la frase positiva, poner a la derecha cada una de las creencias contrarias. Acto seguido ir sustituyendo cada una de las creencias negativas a la frase, por otras positivas contrarias. Leer de vez en cuando.

Por fin, una vez que han pasado a la conciencia todas las pegas, en una tercera columna voy sustituyendo las "creencias negativas" por pensamientos y sentimientos positivos que emanan del Yo Superior. Por ejemplo, el "mentira, no vas a ser" lo sustituyo por este otro: "Desde ahora mismo empiezo a ser bondadoso. Ya he comenzado

ADVERTENCIA FINAL

PARA NOSOTROS ES MUY IMPORTANTE EL RETIRO

Necesitamos dedicar un día al mes al retiro espiritual: medio día en soledad al menos relativa. Día de revisión, de meditación de encontrarnos más próximos a Dios. No es necesario hacerlo varios juntos; bueno sería, pero no siempre es posible. Cuando se hace solo es más "desierto".

Estar sobre todo ese día como la esponja en el mar, sumergidos en Dios. Que las aguas de su amor nos vayan penetrando por esos poros tantas veces ajenos al Señor. Permanecer envueltos en el silencio exterior y sobre todo interior. Dentro de su paz.

Pero no creas que el enemigo de tu paz te va a dejar en perfecto sosiego. Quizás te suscite inquietudes acerca del pasado o del futuro; quizás cunda en tu alma el desaliento o la tristeza. Por eso no vayas a pasártelo bien en esa especie de unción romántica. No vayas a gozar; vete a buscar a Dios. Y tampoco vayas con temor a fantasmas. Pero ayúdale a Dios a que te ayude. Desecha los pensamientos deprimentes, pero sin ponerte a dialogar con ellos. Dile al Señor: ¡Señor, yo te amo; en Ti confío y creo en tu amor!

Mucha gente practica el retiro mensual. Incluso gente trabajadora lo hace con el plan Zen o yoga cristiano. Los conozco, aunque no he estado todavía con ellos.

Terminar el retiro dando gracias a dios por todo; pedirle perdon de las lagunas; hacer proposito firme. Y no olvidar de dedicar buen rato a la oracion de peticion. El próximo retiro aparecerá d.m. el próximo mes.

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