Los Tres Cochinitos
Enviado por Abrilita05 • 6 de Mayo de 2015 • 4.452 Palabras (18 Páginas) • 161 Visitas
VIEJO CELOSO
Miguel de Cervantes
Texto basado en la edición príncipe, EL VIEJO CELOSO en OCHO COMEDIAS Y OCHO ENTREMESES NUEVOS NUNCA REPRESENTADOS, COMPUESTAS POR MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA (Madrid: Viuda de Alonso Martín, 1615). Fue editado en forma electrónica por Vern G. Williamsen en 1997.
Personas que hablan en él:
Doña LORENZA
CRISTINA, su criada
HORTIGOSA
CAÑIZARES, el viejo
Un COMPADRE de Cañizares
Un MOZO (que no habla)
Un ALGUACIL
Dos MÚSICOS
Un BAILARÍN
Salen Doña LORENZA y CRISTINA, su criada, y HORTIGOSA, su vecina
LORENZA
Milagro ha sido éste, señora Hortigosa, el no haber dado la vuelta a la
llave mi duelo, mi yugo y mi desesperación. Éste es el primero día,
después que me casé con él, que hablo con persona de fuera de casa; que
fuera le vea yo desta vida a él y a quien con él me casó.
HORTIGOSA
Ande, mi señora doña Lorenza, no se queje tanto; que con una caldera vieja
se compra otra nueva.
LORENZA
Y aún con esos y otros semejantes villancicos o refranes me engañaron a mí;
que malditos sean sus dineros, fuera de las cruces; malditas sus joyas,
malditas sus galas, y maldito todo cuanto me da y promete. ¿De qué me sirve
a mí todo aquesto, si en mitad de la riqueza estoy pobre, y en medio de la
abundancia con hambre?
CRISTINA
En verdad, señora tía, que tienes razón; que más quisiera yo andar con un
trapo atrás y otro adelante, y tener un marido mozo, que verme casada y
enlodada con ese viejo podrido que tomaste por esposo.
LORENZA
¿Yo le tomé, sobrina? A la fe, diómele quien pudo; y yo, como muchacha, fui
más presta al obedecer que al contradecir; pero, si yo tuviera tanta
experiencia destas cosas, antes me tarazara la lengua con los dientes que
pronunciar aquel sí, que se pronuncia con dos letras y da que llorar dos mil
años; pero yo imagino que no fue otra cosa sino que había de ser ésta, y que,
las que han de suceder forzosamente, no hay prevención ni diligencia humana
que las prevenga.
CRISTINA
¡Jesús y del mal viejo! Toda la noche: "Daca el orinal, toma el orinal;
levántate, Cristinica, y caliéntame unos paños, que me muero de la ijada;
dame aquellos juncos, que me fatiga la piedra." Con más ungüentos y
medicinas en el aposento que si fuera una botica; y yo, que apenas sé
vestirme, tengo de servirle de enfermera. ¡Pux, pux, pux, viejo clueco,
tan potroso como celoso, y el más celoso del mundo!
LORENZA
Dice la verdad mi sobrina.
CRISTINA
¡Pluguiera a Dios que nunca yo la dijera en esto!
HORTIGOSA
Ahora bien, señora doña Lorenza, vuesa merced haga lo que le tengo
aconsejado, y verá cómo se halla muy bien con mi consejo. El mozo es como
un ginjo verde; quiere bien, sabe callar y agradecer lo que por él se
hace; y, pues los celos y el recato del viejo no nos dan lugar a demandas
ni a respuestas, resolución y buen ánimo: que, por la orden que hemos dado,
yo le pondré al galán en su aposento de vuesa merced y le sacaré, si bien
tuviese el viejo más ojos que Argos y viese más que un zahorí, que dicen
que vee siete estados debajo de la tierra.
LORENZA
Como soy primeriza, estoy temerosa, y no querría, a trueco del gusto,
poner a riesgo la honra.
CRISTINA
Eso me parece, señora tía, a lo del cantar de Gómez Arias:
"Señor Gómez Arias,
doleos de mí;
soy niña y muchacha,
nunca en tal me vi."
LORENZA
Algún espíritu malo debe de hablar en ti, sobrina, según las cosas que
dices.
CRISTINA
Yo no sé quién habla; pero yo sé que haría todo aquello
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