Pastar

Pastar

Gracias al resultado que nos dio el dado logramos tomar rumbo, teniendo claro que nuestro objetivo era observar y mirar con otros ojos, intentando encontrar lunares de la zona, llegando a la universidad de los Andes y sus alrededores nos encontramos con las zonas verdes de las aguas donde la gente suele “pastar“, es allí donde se sientan diferentes personalidades la mayoría estudiantes de la universidad, comiendo snacks, tomando café, fumándose un cigarrillo, durmiendo, leyendo, o simplemente conversando, la mayoría jóvenes que notoriamente están en huecos entre clases, alrededor todo el tiempo hay gente caminando de un lado a otro, gente de todo tipo, vendedores ambulantes, extranjeros, familias de barrios populares, personas que van subiendo hacia Monserrate, estudiantes, y gente de oficina.

Este mismo camino en bajada nos llevo al parque de las aguas, sobre la Cr. 4 donde la gente también suele “pastar“ un lunes en la tarde en la plaza de los periodistas, la diferencia es que ya no solo habían estudiantes, era una mezcla de personalidades de la zona, encontrando al obrero que toma su almuerzo sentado en el pasto, al que toma una siesta después de almuerzo, a los jibaros, aquellos que se sientan a conversar sin mostrar algún tipo de afán, artesanos que esperan un rato mientras nuevamente se acercan a vender manillas, algún indigente durmiendo hacia un lado juntándose con la sombra de los árboles, hasta indigentes inyectándose droga u otras sustancias, alrededor personas caminando en diferentes direcciones con diferentes rumbos, los mismos de oficina, los mismos extranjeros conociendo el centro de la ciudad, estudiantes, vendedores.. etc.

Ya pasando por la Av. Jimenez vemos cómo va cambiando el ambiente, ya no se ven las personas esperando que pase el tiempo para regresar a sus labores, si no personas corriendo de un lado a otro para llegar a su trabajo, personas entrando a los restaurantes, llegando al centro y nos encontramos con la plaza de la Universidad del Rosario, otra zona llena de estudiantes esperando que pasa el “hueco”, están haciendo lo mismo que en la zona verde de los Andes.

En casi todos los lugares del centro se encuentra uno que otro lunar entre las personas, eso que llama la atención y corta con todo lo que hay, aquellas personas que tienes un forma de vestir diferente, o que llevan el cabellos de muchos colores, los que tienen mil tatuajes, que tienen expansiones o simplemente zonas del centro que venden cosas muy específicas, como la zona entre la calle 12 y 11 con Cr. 6 donde solo hay joyerías y más hacia al sur sobre la misma carrera una calle donde solo venden artículos religiosos, al frente de un Juan Valdez.

Todo un ajetreo rodeando el espacio que para muchos es el lugar y el momento del día para relajarse, para descansar,

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