Seguidillas
Enviado por mariaguimar • 12 de Febrero de 2012 • 1.693 Palabras (7 Páginas) • 361 Visitas
Seguidillas
Estoy enfadosita,
todo me cansa;
apercíbase el mundo,
que le doy vaya
Mucho deben los hombres
a los sombreros,
que a unos tapan las caras,
a otros los cuernos.
De justicia* se quejan,
madre, los diablos,
que los pintan con cuernos
sin ser casados.
Todos son menestriles,
mujeres, y hombres:
ellos tañen cornetas
y ellas bajones*.
Quien quisiere* madera
para tinteros*,
mi marido la vende
un cuarto menos.
Redondillas
En estas vacaciones,
muchísimo he disfrutado,
con amigos he jugado,
y no he montado en aviones.
El viernes fui a Cullera,
aquel pueblo de Valencia,
en donde no hay diferencia,
con otro pueblo cualquiera.
El verano en junio llega,
y con él las vacaciones,
hay de verano canciones,
y al sillón gente se pega.
Jugando en mi casa he estado,
mucho rato a las consolas,
mientras otros con las olas,
divirtiéndose han estado.
En Alicante estuvimos,
mas mucho calor no hacía
y yo me constiparía,
por lo que a casa volvimos.
Calaveras
Le borró la sonrisa
Estaba Maura muriéndose
la risa hasta que llegó la
Catrina y le borró hasta la sonrisa.
Para Arturito
La parquita muy sonriente
va repleta de loción, porque
amablemente la invitó a su mansión.
Vino la calavera
Estaba Carmen sentada
en la orilla de su cama,
vino la calavera y le dio una cachetada.
El salón
En el salón los alumnos un
relajo estaban haciendo,
cuando llega la calaca diciendo se
o me los llevo al entierro
La huesuda y sus amigas
La huesuda estaba parrandeando
por las calles con sus amigas
cuando llegó el demonio y se la llevó.
Adivinanzas
Agua pasa por mi casa,
cate por mi corazón.
El que no lo adivinara,
será un burro cabezón.
(El aguacate)
Soy ave y soy llana,
pero no tengo pico ni alas.
(La avellana)
Me llegan las cartas
y no sé leer
y, aunque me las trago,
no mancho el papel.
(El buzón)
Todos me pisan a mí,
pero yo no piso a nadie;
todos preguntan por mí,
yo no pregunto por nadie.
(La calle)
Un bulto veo venir,
sus pasos no hay quien los cuente,
y, cuando se acerca a mí,
meto mi cuerpo en su vientre.
(El coche)
Vivo entre dos muros
que no pueden verse
y aunque no me doblo
me dobla la gente.
(La esquina)
Alta y delgada,
cabeza brillante,
ilumina de noche
a los caminantes.
(La farola)
Tengo un sonido tan suave,
que ángeles tocan en mí;
mis cuerdas acompañaron
los salmos del rey David.
(El arpa)
Soy bella, soy muy fuerte;
cuando hablo todos me oyen
y tengo un solo diente
que muevo constantemente
(La campana)
Buenas y sonoras
cuerdas tengo;
cuando me rascan,
a la gente entretengo.
(La guitarra)
Refranes
...