Yo Quiero Rumba

Supongamos una empresa que recibe todos los días de uno de sus proveedores un camión lleno de un componente que incorpora en sus propios productos.

Para asegurarnos completamente de que los componentes recibidos cumplen las especificaciones deseadas, tendríamos que revisar uno por uno cada componente que se recibe. Esto puede ser muy lento y muy costoso.

Otra posibilidad sería tomar una muestra pequeña de los productos que trae el camión, analizarla, y decidir, en función de los resultados, si se acepta o no el cargamento entero. Se realiza, por lo tanto, un MUESTREO DE ACEPTACIÓN.

Pero habría que saber que tamaño tiene que tener esta muestra y cuantos productos defectuosos tendríamos que encontrar para rechazar el cargamento (lote) completo.

Para ello el comprador debe fijar un NIVEL TOLERABLE DE DEFECTUOSOS (NTD), es decir, un porcentaje máximo de productos defectuosos que está dispuesto a aceptar en un lote. El vendedor fijará un NIVEL ACEPTABLE DE CALIDAD (NAC), es decir, un nivel para que no quiera que le devuelvan los lotes si la fracción de defectuosos real es menor.

Si sólo inspeccionamos una muestra, hay riesgo de que rechacemos un lote con un porcentaje de defectuosos inferior a NAC (riesgo para el proveedor) o que aceptemos un lote con un porcentaje de defectuosos superior a NTD (riesgo para el comprador).

Existen técnicas estadísticas que nos permiten calcular el tamaño de la muestra a extraer y el número de productos defectuosos que debemos encontrar para rechazar un lote de manera que se respeten unos niveles acordados de riesgo máximo para el consumidor y el fabricante.

Cuanto menor es el riesgo que quieren correr el proveedor y el comprador, mayor será el tamaño de la muestra a extraer.

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