Banguardista

VANGUARDIAS ARTÍSTICAS DEL SIGLO XX

Por: Constanza Buccigrossi

Introducción: sociedad y arte del siglo XX

Es difícil llegar a comprender las vanguardias artísticas del controvertido siglo XX. Nuestro mundo se ha saturado de vertiginosos acontecimientos en un corto lapso. Industrialización, avances tecnológicos, crecimiento de las ciudades, progreso, destrucción, ideologías, guerras, sustitución de valores, etc... Por ello, las reacciones de la sociedad han sido diversas al no poder ser fácilmente asimiladas. De este modo el arte surge positivamente como solución mágica o alternativa, o negativamente como reacción o simple reflejo de todos estos procesos.

No podemos enfrentarnos al arte contemporáneo con los esquemas ni las formas de análisis que hemos utilizado para el arte del pasado. Los parámetros habituales no son aplicables a este arte y nuestro contacto con él debe producirse con una mentalidad y una actitud distintas. Las obras modernas suscitan nuestra incomprensión porque, en una sociedad eminentemente consumista, no les encontramos utilidad o función. Un retablo gótico, por ejemplo, cumple su función en el ábside del templo, que a su vez posee también una utilidad religiosa.

El artista no va necesariamente por delante de la sociedad, sino que está inmerso en ella, se impregna y la refleja, es su espejo.

Las transformaciones del arte actual son paralelas a las que acontecen en nuestra civilización, por lo tanto es lógico que el artista se "inspire" en la industria, en la ciencia, en la psicología, en la técnica y en todo lo que le rodea: no puede crear al margen de lo que ve y siente a su alrededor. Su entorno, que es el nuestro, está saturado de elementos artificiales producidos por la industria, la máquina y la tecnología. El artista está reflejando, en definitiva, un mundo de carrocerías, plásticos, luces, telas metálicas, hormigón, chatarra y botellas de coca-cola. La contemplación de sus obras no debe llevarnos a esbozar una sonrisa irónica, sino más bien a reflexionar sobre nuestro mundo como ellos, los artistas, han hecho al crear.

El siglo XX no comienza en 1900, sino que se perfila en la segunda mitad del siglo XIX, siglo éste repleto de contradicciones, en que se suceden revoluciones políticas y sociales marcadas por el ascenso de la burguesía y la presencia del proletariado, emigrado del campo a la ciudad constituyendo una mano de obra barata que nutrirá fábricas y favorecerá el desarrollo industrial. Hay un crecimiento inmenso de las ciudades y van surgiendo zonas marginales donde viven las clases menos favorecidas.

Comienza un desarrollo y empleo de nuevos materiales (vidrio, cemento, hierro) para la construcción de puentes, caminos, etc. El agobio de la ciudad hará que nazcan la planificación de formas alternativas de vida: las ciudades jardín. R. Owen, en 1816, diseña una ciudad que combina zonas agrícolas con zonas industriales. Junto a la arquitectura con soluciones prácticas se mantienen corrientes tradicionalistas que recuperarán las arquitecturas medievales, principalmente las góticas. En España, Gaudí es el representante máximo del modernismo.

La segunda mitad del siglo XIX estuvo marcada por progresos científicos: invención de la fotografía y las primeras filmaciones, la lámpara de filamento y primeras grabaciones de sonido hechas por Edison, descubrimiento de la radio por Mme. Curie, y a principios del siglo XX se produce el primer vuelo aéreo, primer mensaje radial enviado y Einstein formula la teoría de la relatividad.

Todos estos avances, tan seguidos y en menos de treinta años, debían forzosamente afectar a los cambios de visión y percepción de la realidad en la sociedad de esa época, y serían los artistas plásticos los encargados de llevar a cabo este proceso.

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