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Contramano


Enviado por   •  3 de Noviembre de 2013  •  859 Palabras (4 Páginas)  •  217 Visitas

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Recuerdos a contramano

La señora María es una mujer de setenta años, jubilada y con muchos nietos. Desde hace mucho tiempo, pero sobre todo desde que su esposo murió, le gusta ir por las tardes a sentarse y a mirar a la gente en un bonito parque que está cerca de su casa. Lo hace sola y no se siente triste ni solitaria ni nada. Es su forma de estar consigo misma. Un día, entre las parejas de enamorados apostados en las bancas y los niños que juegan en el pasto, ve a un joven de unos quince años, muy apuesto, sentado frente a ella. Lo mira bien y, aunque al principio no puede creerlo, tiene que aceptarlo. Es Alberto, el primer enamorado que tuvo hace más de cincuenta años…

María se acerca a Alberto con una lluvia en los ojos recordando viejos momentos, momentos felices que pasaron juntos, momentos de amor colegial. Alberto la mira desconcertado, con un pensamiento a contramano, es posible que a él, su relación, le traiga recuerdos que sería mejor dejarlos donde se encontraban, saltar esa página de un libro que reposaba en los estantes mas añejos de toda una biblioteca. Se miran y se estrechan la mano que propiciaba una consistencia amarga entre ellos, tal vez, este saludo para los dos fue un instante eterno.

María se sienta en la tímida banca donde se encontraba Alberto para entablar una conversación muy distinta a la de hace unos cincuenta años, cargada de experiencia tanto para ella como para él. Ya no eran los jóvenes inmaduros de la época en donde solo había que saber divertirse. Empiezan la conversación como lo haría toda persona que llega a una edad en donde solo los recuerdos cuentan como la vida misma y la pregunta más usada en estas circunstancias toma un valor tan significativo como la memoria misma, que guarda los recuerdos más intensos y dolorosos de una vida llena de tropiezos y logros ¿Cómo has estado? Preguntó Alberto con una voz que se entendía de que sabía que todo había estado bien; bien respondió María, él solo atinó a responder, después de la respuesta de sonido amargo que le dio ella, que todo en su vida había salido como lo planeado.

Deciden levantarse y empezar a caminar por el parque lleno de árboles de bronce en donde la conversación empezada de una forma muy distinta a la que tenían en mente iba a cambiar con los pasos del ocaso de su vida y los sentimientos que encontrarían al recorrer el camino estarían al rojo vivo. Ahora la que decide preguntar y escuchar con atención es ella “se que tu vida ha sido la que has deseado cuéntame un poco” dijo María con elegancia melodiosa. “Tengo una mujer perfecta y unos hijos maravillosos que estoy seguro que cualquier padre estaría orgulloso de tener” contestó Alberto; ella ya sabía eso, si conoces a alguien y has tenido una cercanía intensa con esta persona de seguro nunca perderás rastro de esta pensaba María en su silencio estruendoso. La conversación

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