EL CAPITALISMO TODO LO VALE

El capitalismo todo lo vale.

La reflexión generada en el documental “La corporación; ¿Instituciones o psicópatas?”, permite entender la situación actual del mundo entero, donde las guerras, la devastación y el deterioro ambiental nos tienen consumidos en condiciones de opresión y desigualdad. La posición crítica planteada en el documental, es valiosa en sí misma, en la medida en que no sólo nos describe lo anteriormente mencionado, sino porque además nos permite hacer un recorrido histórico sobre las condiciones que permitieron que las corporaciones se conformaran y dejaran de ser parte del estado, para que en nombre propio consiguieran el fin que buscaban, que si bien en un principio perseguía el bienestar común, poco a poco este se fue desfigurando hacia la consecución de dominio, propiedad, poder y dinero, enmascarado en la prestación de servicios útiles socialmente. Así pues, las corporaciones fueron fijando sus intereses por encima de los seres humanos, la vida y los recursos naturales, mercantilizando y oprimiendo por doquier a las personas, que son su principal medio de producción.

Vemos entonces que el documental está describiendo ni más ni menos que el modelo económico que predomina en el mundo: el capitalismo. Y es que las corporaciones, su surgimiento, su historia y su crecimiento, son una muestra de lo que este modelo significa y representa, por lo que podemos entonces seguir haciendo una reflexión desligada de lo macro, o podemos más bien, empezar por admitir que el problema no son solo las corporaciones, sino el sistema político y económico que nos rige, que a su vez es salvaje, destructor, dañino y causante de toda la desigualdad, la pobreza y el hambre del mundo entero.

Entendiendo esto, podemos entonces empezar a pensar en el personaje del Príncipe de Maquiavelo, un gobernante frío, sin un ápice de moral, ética y razón, quien practicaba la premisa “El bien justifica los medios” o lo que llamamos la Teoría del Bien Superior, que en el caso del modelo capitalista o las corporaciones, es el lucro, el poder, la dominación, o el imperialismo. Vemos entonces como nuestros gobernantes o “príncipes” (valga la comparación por el caso), demuestran ser seres llenos de carisma, aparentemente sensibles, empáticos, con intereses nobles y discursos demagógicos y sofistas, mientras en realidad persiguen los intereses del capital y se encuentran en defensa de las corporaciones y por ende, del capitalismo.

Ahora bien; la doble moral, el discurso persuasivo, la retórica y la indiferencia camuflada, no solo hace parte del comportamiento de políticos y gobernantes, ya que nosotros y nosotras mismas en nuestro quehacer, manejamos esa misma doble moral, al permitirnos involucrar y consumir por el modelo, haciéndonos partícipes y muchas veces patrocinadores, lo que nos hace generadores de nuestra misma

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