EL ESTADO: PODER Y RESENTIMIENTO

EL ESTADO: PODER Y RESENTIMIENTO

Uno de los grandes temas de reflexión filosófica a través de la historia de la humanidad ha sido sin lugar a dudas el concepto de Estado, su esencia y su misión referente al individuo y a la sociedad.

Este planteamiento que ha causado gran interés a muchos pensadores desde Platón y Aristóteles quienes lo han definido como la mejor organización de la sociedad.

Son muchos los tratados existentes con relación a este tema tan importante para todos y cada uno de los ciudadanos de una nación. Emmanuel Sieyes en su ensayo ¿Qué es el tercer Estado? y quien al parecer pertenece a una corriente romántica, ha llegado a desarrollar el concepto de tercer Estado como un Estado común y no privilegiado a todos.

Desde la Grecia antigua se hablaba de diferentes formas de Estado: la timocracia, oligarquía, democracia, aristocracia, tiranía, etc...

En la edad media la disputa sobre la naturaleza del Estado verso sobre la supremacía del Estado sobre la Iglesia, y ya en el renacimiento distintas teorías y doctrinas cobraron mayor relevancia entre otras; por ejemplo Maquiavelo propuso una doctrina política del poder que estaba relacionada con un tipo superior de hombre, en manos del príncipe estaba la responsabilidad de la conservación del Estado, su poder debía mantenerse a través del temor de sus súbditos quienes obedecían, entendiendo la obediencia no como un estado de extremo terror sino por el contrario, sabía que del temor nacía el respeto y de éste el amor; llegando a la conclusión prematura del no resentimiento hacia el otro.

Maquiavelo representaba el Poder en un príncipe que debía tener la astucia del zorro y la prudencia de la serpiente, pero que no eximia de responsabilidades al ciudadano y al individuo quienes debían de hacer parte activa de la política.

Todas y cada una de las ideas del renacimiento acerca del Estado giraban en torno a lo mismo, intentar encontrar una organización de tal índole que sea posible en ella la paz y la justicia.

En este ensayo resumiré las ideas centrales de Sieyes, en cuanto a su concepto de tercer Estado y de Estado (su función y funcionarios) e intentaré confrontarlas con las ideas de quien yo diría es un verdadero maestro de tal concepto; Federico Nietzsche.

Sieyes comienza su ensayo haciendo relevancia al tercer Estado como una nación completa, y que las debilidades del Estado recaen directamente sobre el tercero, es decir, al común ciudadano quienes conforman en realidad el tercer estado que le es común y no privilegiado.

El tercer estado para este pensador lo es un todo incompleto, pues sus actuaciones están bajo absoluta coacción ajena; así lo da a entender en su ensayo ¿Qué es el tercer Estado? Todo, pero un todo trabajo y oprimido. ¿Que sería sin él el orden privilegiado? Todo, pero un todo libre y floreciente. Nada puede funcionar sin él, todo marcharía infinitamente mejor sin los demás”1.

La filosofía del estado tiene por misión definir la esencia del estado y determinar sus formas efectivas y posibles, afirma Ferrater Mora en su diccionario filosófico, y termina afirmando que procura ante todo establecer una distinción entre lo que aparece casi siempre confundido y mezclado; a esto se refiere Sieyes cuando dice que el poderoso aparece transfigurado en el Estado como un fantasma o una sombra que absorbe al débil o al común de los individuos, y que precisamente ese privilegiado hace parte de un primer estado que todo lo domina y corrompe. Así mismo el poder eclesiástico es otra forma de poder que domina y manipula haciendo al débil cada día más débil y al noble le crea un estado de confraternidad que lo hace preferirse así mismo frente al resto de la nación.

A fondo Sieyes toca un punto importante y de interés, a saber, el moral y ético.

El poder en términos de Sieyes es delegado por los terceros, pero este deseo es forjado por unos pocos que ostentan el poder, habla de conservar las costumbres como una forma de manipulación de la consciencia sin importar el malestar en la cultura que esta produzca.

Existen para Sieyes tres tipos de Estado y tres clases de individuos para cada uno, el poderoso o noble, el clero y el común. Es menester recalcar que esto fractura las sociedades y para ello el autor plantea que exista una especie de acuerdo para conformar un solo tipo de individuo que nos represente en la asamblea. Sieyes conoce que realmente los privilegiados son enemigos del orden común y que solo buscan un interés personal, aquí radica el verdadero problema, el ético-moral, que embarga a todo representante político y a todo noble-aristócrata, pero también podría

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