Habia Una Vez

Una división de caminos

Roma y Bizancio del siglo V al XIII

En el año 311 el emperador Constantino estableció la iglesia cristiana como poder dentro del Estado.

La conversión de Constantino al cristianismo y la imposición de esta religión como la religión del imperio trajo como consecuencia la edificación de numerosos templos cristianos para los cuales, la basílica fue el modelo predominante (del siglo V al XII). La basílica fue concebida originalmente para fines cívicos, por lo cual, debió ser adaptada a las necesidades del culto religioso. Básicamente, el diseño suponía un espacio amplio bien iluminado, ya que tenía que contar con espacio suficiente para que toda la congregación pudiera escuchar la misa celebrada por un sacerdote sobre el altar mayor. Por ello que las iglesias no tomaron como ejemplo a los templos paganos, sino que las salas de reunión que en la época clásica se conocían como basílicas con una nave central y dos o más naves laterales. Completaba el edificio un ábside semicircular en el extremo oriental. Los arquitectos bizantinos utilizaron además de la planta rectangular de la basílica.

En la mayoría de las basílicas la nave estaba sencillamente cubierta con techo de madera dejando sus vigas al aire, en los laterales, el techo era generalmente liso. Las columnas que separaban a la nave de los lados se decoraban con frecuencia suntuosamente. Ninguna de las iglesias primitivas se ha conservado tal como se construyo, pero a pesar de las alteraciones y renovaciones efectuadas en los mil quinientos años trascurridos, aun podemos darnos una idea del aspecto que tenia. El problema de cómo decorar estas basílicas fue uno de los más serios y difíciles por la cuestión de las imágenes y su empleo genero violentas disputas. “Pero en una cosa si estaban de acuerdo casi todos los cristianos “que en la casa de Dios.

No debía haber estatuas. Porque ¿Cómo comprenderían los pobres paganos que acababan de convertirse a la nueva fe la

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