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La clementia Cesariana


Enviado por   •  13 de Noviembre de 2020  •  Ensayos  •  8.684 Palabras (35 Páginas)  •  124 Visitas

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Como hombre de armas, César fue en todo momento un general victorioso que empleó su arrogancia y su capacidad de manipulación en beneficio propio, y que concibió la guerra como una continuación legítima de la política. Igualmente, ha sido identificado como el paradigma del buen estadista y del correcto conquistador que supo acordar sus propias alianzas para lograr sus propósitos con unas medidas revolucionarias, reformistas y, especialmente, conciliadoras, así como uno de los intelectuales más brillantes en lengua latina, como el jurista que promulgó las leyes sobre las que se articuló el posterior Derecho romano, y como el gran reformador jurídico-administrativo. A tal respecto, en lo político fue pragmático y un hombre de Estado que terminó por adoptar el cargo supremo de la República romana, convirtiéndose en monarca de facto a pesar de no aceptar bajo ningún concepto el calificativo de rey.

Paralelamente, César supo aplicar las facultades de la clemencia con sus rivales al considerar que de la crueldad solo obtendría odio.[1] El producto de esa clemencia estaría representado como el resultado de un acto reflexivo en el que se combinaban tanto la praxis militar como la política.[2] Empero, supo distinguir correctamente entre una medida clemente y preventiva y una medida justa, correcta y necesaria, al distinguir entre el insurrecto contra el Estado, sobre el que aplicaba todo su castigo, y el ciudadano romano que no había adjurado de su condición, con el que se mostraba clemente.[3]

Como político, Cesar parece haber comprendido bien pronto las ventajas de la táctica de la moderación y de la clemencia. En el juicio de Catilina fue el único en no pedir la pena de muerte para él y sus seguidores. Frente a Cicerón tuvo que demostrar que la pena de muerte le parecía un retroceso de la civilización. La clemencia obligaba a la gratitud (la mayor parte de los conspiradores estaban atados a Cesar de esta manera), y la gratitud es uno de los lazos más onerosos.

Una vez concluidas las hostilidades tras la Guerra de las Galias y la Guerra Civil, César trató de atraerse a la aristocracia, generalmente partidaria de la causa pompeyana, aplicando una política basada en la moderación, en la clemencia y en el empleo de la buena voluntad.[4] Sin embargo, junto a la clemencia, la magnanimitas de Cesar parece haber operado en contra de sus deseos. Curiosamente, fue su comportamiento piadoso lo que le condujo a morir asesinado por aquellos a quienes había perdonado a lo largo del ejercicio de su carrera política y militar. César consideró en todo momento que políticamente era más correcto servirse de las relaciones diplomáticas y de la clemencia que dejarse llevar por la ira y la sed de dominio.[5] La clemencia, fue el término empleado para designar una conducta o un comportamiento compasivo, benigno o misericordioso para con los demás.[6] Esta práctica fue bastante frecuente durante todo el periodo tardo republicano, y más concretamente desde el final de las guerras civiles, sirviendo para poder designar la actitud que determinados generales y dirigentes políticos y militares mantuvieron con respecto a los derrotados.

Durante los primeros meses del conflicto, los optimates, así como los colectivos sociales más acomodados, temían que tras la llegada de César a Italia el último día de marzo del 49 a.c. se iniciasen sangrientas campañas contra los propietarios. Sin embargo, y en contra de lo esperado, César, con el propósito de confirmar el consenso, optó por reunir al Senado todavía presente en Roma a las afueras de la ciudad con el único fin de conciliar al mismo, en vez de poner en marcha duros castigos y proscripciones. De esta manera, aplicó la conocida como clementia Corfiniensis, que no fue sino la primera señal de su actitud clemente durante la Guerra Civil, cualidad que le permitió un cambio de la opinión general a su favor.

A lo largo de la Guerra Civil, la conducta de César para con los vencidos fue extraordinariamente clemente y moderada al no adoptar frecuentemente duras represalias y al mostrar un correcto comportamiento en el momento de alzarse con la victoria.[7] Con ello, César ponía en práctica un mecanismo de dominación política y cohesión social.[8] Antes de marchar a África tras la batalla de Farsalia, aplicó en numerosas ocasiones medidas clementes sobre los vencidos. Así, todos cuantos solicitaron su perdón lo obtuvieron, a excepción de aquellos que ya habían sido perdonados anteriormente y se habían vuelto a unir a la causa pompeyana.

Durante el transcurso del conflicto, la clemencia cesariana fue muy conocida en todo el ejército pompeyano, siendo muchos los que habiendo sido derrotados pidieron clemencia al entonces dictador a cambio de servirle fielmente, siempre deseoso de conceder favores y privilegios para incrementar así los compromisos hacia su persona, en la mayoría de las ocasiones era proclive a conceder cuanto se le solicitaba. No obstante, y como norma general, eran los malogrados o los que carecían de buenos contactos los que se les acercaban en estas condiciones. Todo lo contrario ocurría en las filas pompeyanas, pues legados como Petreyo y Afranio castigaban de forma cruel tanto a desertores como a cesarianos capturados en el campo de batalla. Es decir, mientras Pompeyo aseguraba que consideraba enemigos a todos aquellos que le negaban su apoyo, César proclamaba que consideraría amigos a todos los que se declarasen neutrales y no participaran en la guerra.[9]

La fidelidad de los soldados cesarianos a lo largo de la Guerra Civil, e incluso tras la muerte de César, fue realmente excepcional y memorable. Si César destacó entre sus contemporáneos fue por el buen provecho que supo sacar desde un principio del empleo de la clemencia y por sus medidas benevolentes en el momento de tomar venganza. Prefirió reprimir las intrigas y difamaciones que pudieran surgir contra él a castigarlas. De esta manera, las conjuras que había descubierto no las castigó, sino que denunció que las conocía por medio de un edicto, contentándose con señalar a la asamblea a las personas que se conjuraban contra él, para que no siguieran haciéndolo.

[pic 1]

La clemencia fue una práctica muy utilizada por César durante y después de la Guerra Civil. La Clementia Caesaris llegó a venerarse incluso como diosa, razón por la que el Senado decidió en el 45 a.C. construirle un templo. En la imagen, reverso de la moneda acuñada por Publio Sepulio Macer en el 44 a.C., donde se representa el citado templo, único ejemplo republicano de la palabra clementia como leyenda monetal.

(Gabinete Numismático del Museo Británico, Londres)

Ahora bien, mencionamos antes términos como virtus, clementia, magnanimitas, amicitia, etc. Veamos entonces que significado otorgaban a estos términos los romanos republicanos, que en palabras de aquellos, intentó esclarecer Hellegouarc’h.

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