Melancholia

La película sobre el fin del mundo que no habla del fin del mundo.

En una de las últimas películas del polémico director danés Lars Von Trier; Melancolía, aparece uno de los grandes dilemas que ha tenido el hombre desde el principio de los tiempos: El fin de la humanidad.

Sin embargo, a pesar de que el fin del mundo está presente durante toda la película de la mano de un planeta errante que se aproxima a la Tierra, la trama de Melancolía no se desarrolla exclusivamente en torno a la catástrofe que está por llegar. Sino que, más bien, ésta se toma como pretexto para hablarnos de los conflictos internos de Justine, una de las protagonistas de esta película.

La estructura del filme está claramente diferenciada en tres partes: un prólogo y dos capítulos con el nombre de las protagonistas: “Justine” y “Claire” Vamos a analizarlos uno a uno:

La película comienza con una introducción en la que se suceden varias secuencias a cámara lenta mientras escuchamos de fondo música del compositor Richard Wagner.

Entre estas secuencias (que en un principio nos pueden parecer inmóviles) encontramos la colisión del planeta Melancholia contra la superficie de la Tierra y primeros planos de la actriz Kristen Dunst, que interpreta el papel de Justine, de una duración exagerada, tal vez utilizados para incomodar al espectador. A demás, se utilizan imágenes completamente oníricas como la protagonista vestida de novia corriendo por un bosque intentando lidiar con un enorme ovillo de lana negra que lleva enredado por las piernas y que casi le impide avanzar o un caballo tropezando dramáticamente en un campo de golf bajo un cielo nocturno plagado de los colores de una aurora boreal.

Cabe destacar la breve aparición del cuadro de Pieter Bruegel the Elder “Los cazadores en la nieve” que muestra un paisaje típicamente nórdico desde un punto de vista poco habitual, ya que está elevado sobre las cabezas de los personajes principales, casi como si toda la escena estuviera siendo contemplada por una especie de Dios.

Esta obra, volverá a aparecer de nuevo en la película más adelante.

Tras este prólogo que dura aproximadamente diez mitutos, comienza la primera parte: Justine, en la que se relata la fiesta que tiene lugar tras la boda de la propia Justine y de su marido Michael.

En la primera escena, podemos ver como el matrimonio se ve representado por algo tan trivial como que el chófer de la limusina no es capaz de superar una curva de camino al lugar en el que se va a celebrar el banquete. Al principio, Justine, se muestra divertida, pero más adelante podemos ver cómo aparecen algunas muecas de desagrado en su cara.

Esto nos hace sospechar que a la pareja no le va a ir muy bien.

Cuando al fin consiguen llegar a pie, conoceremos a la segunda protagonista, Claire, la hermana de Justine, en cuya mansión está teniendo lugar la fiesta. Está acompañada de su marido Jhon, un multimillonario apasionado de la astronomía. Ambos tratan de engatusar a Justine para que se de prisa y entre al salón donde todos los invitados llevan horas esperándoles a ella y a Michael, sin embargo la novia se entretiene visitando en los establos al caballo que solía montar mostrando una actitud muy soñadora.

Justo antes de que, por fin, entren en el salón, Justine se para a mirar el cielo y es ahí cuando se percata por primera vez de la existencia de Melancholia. Jhon la tranquiliza asegurando que se trata de Antares, en la constelación de Escorpión.

La mansión de la familia, en la que se desarrola la recepción de la boda, a demás del castillo tienen un enorme campo de golf frente al que se puede ver un lago, y varias hectáreas de bosque por el que salen a pasear con los caballos.

Cuando por fin entran a la ceremonia, se les pide a los novios que participen en el juego de las

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