Neurofilosofia
tilico121223 de Marzo de 2014
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Neurofilosofía
Neuroética (I). Introducción
Como colaborador de Tendencias 21, pero sobre todo como lector impenitente de ella, he visto en los últimos tiempos interesantes artículos sobre Neurociencia de mi buen amigo el Profesor Francisco J. Rubia Vila y, recientemente, algo verdaderamente curioso: trabajos sobre Cognotecnología por mi también amigo el Profesor Adolfo Castilla. El cerebro está de moda. Incluso el Presidente George Bush Sr. Denominó al periodo 1990-2000 como la “Década del cerebro” en una comunicación presidencial firmada y fechada el 17 de julio de 1990.
Se afirman muchas cosas, se especula con otras, la Neurociencia, verdadera episteme transdisciplinar, por lo que estudia, investiga y trata de resolver, implica necesariamente problemas éticos. Problemas derivados del ejercicio directo de la práctica de la investigación sobre el sistema nervioso y problemas originados por aquellas preguntas que surgen del estudio a fondo de la Neurociencia, englobadas generalmente en el llamado “problema mente-cerebro”.
Los artículos dedicados a la Neuroética, éste y los próximos, discurrirán desde la introducción que hoy presentamos, hasta el último desafío que este nuevo enfoque de la Bioética nos plantea.
Neuroética (I). Introducción
1. Neuroética
No existe una definición específica de la neuroética universalmente aceptada.
De acuerdo a la Web of Science , el término fue acuñado probablemente por A.A. Poncio en un documento de informes psicológicos de 1993, sobre el desarrollo moral.
Hay usos anteriores, que se remontan hasta 1978. Illes (2003) registra usos, desde la literatura científica, entre 1989 y 1991.
Las definiciones actuales de la neuroética hacen hincapié en las implicaciones éticas, legales y sociales de la neurociencia. William Safire la define como:
"el examen de lo que es correcto e incorrecto, bueno y malo, en el tratamiento, bien clínico, quirúrgico o ambos, del cerebro humano. O también la invasión no deseada de forma alarmante y la manipulación del cerebro humano".
Safire, W. Visiones para un nuevo campo de Neuroética. Actas del Congreso de Neuroética, 13 y 14 mayo de 2002. San Francisco, California
La Neuroética así entendida se queda corta. Si ésta se entiende así, una pregunta típica a investigar en éste campo podría ser: ¿Cuál es la diferencia entre tratar a un humano con enfermedad neurológica y simplemente la mejora de los recursos humanos del cerebro? Otra cuestión de este tipo, propia de un sistema sanitario tan desigual como el de USA, sería: ¿Es justo que los ricos tengan acceso a la neurotecnología mientras que los pobres no ? Los problemas de la neuroética podrían complementar aquellos otros Bioéticos generados por la geonómica y la ingeniería genética humana (véase el argumento de Gattaca ).
Sin embargo, el Dartmouth College Centro de Neurociencia Cognitiva, cuyo director es Michael Gazzaniga, argumenta que definiciones tales como la ofrecida por Safire son inadecuadas, ya que el conocimiento de los mecanismos del cerebro puede iluminar una amplia gama de cuestiones éticas. Gazzaniga afirma que:
"la neuroética es algo más que la bioética del cerebro." En su libro El cerebro ético, define el campo neuroético como:
"el examen de cómo queremos enfrentarnos con los problemas sociales de la enfermedad, la normalidad, la mortalidad, el estilo de vida, y la filosofía de vida, enriquecido por nuestra comprensión de la base de los mecanismos profundos del cerebro ".
Gazzaniga, M.S., El cerebro ético. La prensa Dana, 2005
El neurocientífico Michael Gazzaniga sitúa este punto de vista de manera sucinta al afirmar que "es o debería ser, un esfuerzo para llegar a construir una filosofía basada en el cerebro como epicentro de la vida". Lo que algunos llaman, F. J. Rubia entre otros, “Neurofilosofía”
La Neuroética abarca las múltiples formas en que los acontecimientos se entremezclan en la Neurociencia básica y clínica con las cuestiones sociales y éticas. El campo es tan pequeño y a la vez tan profundo, que cualquier intento de definir su alcance y los límites ahora, sin duda, nos equivocaría de cara al futuro ya que la Neurociencia empieza a desarrollarse sistemáticamente ahora y sus consecuencias comienzan a conocerse. En la actualidad, sin embargo, podemos distinguir tres categorías generales de funciones para la Neuroética: la que se segrega de aquello que podemos ya hacer, la que se segrega de lo que se sabe y la que se segrega de las preguntas clave que el hombre se formula sobre si mismo, por su origen, por su destino, por el otro y por su entorno.
En la primera categoría, se en marcarían los problemas éticos planteados por los avances en funcionales de neuroimagen , la psicofármacologia , implantes en el cerebro y las interfaces cerebro-máquina. En la segunda y tercera, se estudiarían los problemas éticos planteados por nuestra creciente comprensión de las bases neuronales de la conducta, la personalidad, la conciencia, y los estados de trascendencia espiritual. En cuanto a la tercera, la formación natural de la conciencia, sabemos poco o nada de ella.
La Neuroética es compleja. A la vista de lo dicho se advierte que tiene varias fuentes originarias, especialmente tres: Neurociencia, Bioética y Filosofía, lo que no excluye otras como Teología, Antropología, etc.
2. Preocupación por los problemas éticos dentro de la Neurociencia.
Esta se debe a dos problemas que se solapan y coinciden en el tiempo:
-De un lado y como ya hemos dicho, la Neurociencia surge con carácter multidisciplinar y su desarrollo es también así. Además, diferentes tecnologías pertenecientes al mundo de la Bioquímica, la Biofísica y la Bioingeniería son las grandes impulsoras de aquel. Por otra parte, y como hemos indicado en algún artículo publicado recientemente en esta revista, en 1971 había surgido la Bioética de la mano de Van Rensselaer Potter La Bioética pretende dar respuesta ética a este avance tecnológico de las ciencias de la vida y su aplicación en la Medicina y en otras disciplinas asociadas con ella.
-Por otra parte, la aplicación de la ética a la Neurociencia es fundamental por varias causas: repercusión social inmediata, abordaje de los problemas más interiores y profundos de la persona humana, especialmente en las vertientes emocional y cognitiva. Todo ello vinculado a cuestiones de fondo tales como el enigma planteado por la mente humana y el tratamiento de las enfermedades mentales con terapias que resultan eficaces mediante la modificación de la biología cerebral, lo que confiere a la Neuroética un marco de actuación mucho más amplio que el de las relaciones mente-cerebro.
3. De la Bioética a la Neuroética.
Como ya hemos dicho la Bioética, apenas tiene 40 años. Es pues una disciplina joven pero que ha dado a la creación de varias tendencias, escuelas, controversias y, lo más importante, aplicaciones prácticas.
La Bioética es aquella rama de la Ética que pretende fundamentar los principios de la acción moral humana en relación con la Biomedicina.
Hay, no obstante una definición más amplia:
La Bioética es la rama de la ética que se dedica a proveer los principios para la correcta conducta humana respecto de la vida, tanto de la vida humana como de la vida no humana (animal y vegetal), así como del ambiente en el que pueden darse condiciones aceptables para la vida.
En su sentido más amplio, la bioética no se limita al ámbito médico, sino que incluye todos los problemas éticos que tienen que ver con la vida en general, extendiendo de esta manera su campo a cuestiones relacionadas con el medio ambiente y al trato debido a los animales.
La bioética es una disciplina relativamente nueva, y el origen del término corresponde al pastor protestante, teólogo, filósofo y educador alemán Fritz Jahr, quien en 1927 usó el término Bio-Ethik en un artículo sobre la relación ética del ser humano con las plantas y los animales. Como antes dijimos, más adelante, en 1970, el oncólogo norteamericano Van Rensselaer Potter utilizó el término Bio-Ethics en un sentido más estricto y más alineado con el interés de este artículo.
La Bioética abarca las cuestiones éticas acerca de la vida que surgen en las relaciones entre Biología, Nutrición, Medicina, Política, Derecho, Filosofía, Sociología, Antropología, Teología, etc. Existe un desacuerdo acerca del dominio apropiado para la aplicación de la Ética en temas biológicos. Algunos bioéticos tienden a reducir el ámbito de la ética a lo relacionado con los tratamientos médicos o con la innovación tecnológica. Otros, sin embargo, opinan que la ética debe incluir lo relativo a todas las acciones que puedan ayudar o dañar organismos capaces de sentir miedo y dolor. En una visión más amplia, no sólo hay que considerar lo que afecta a los seres vivos (con capacidad de sentir dolor o sin tal capacidad), sino también al ambiente en el que se desarrolla la vida, por lo que también se relaciona con la ecología.
El criterio ético fundamental que regula esta disciplina es el respeto al ser humano, a sus derechos inalienables, a su bien verdadero e integral: la dignidad de la persona.
Por la íntima relación que existe entre la bioética y la antropología,
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