Qué Somos

El ser es todo aquello que existe, y existiendo es, o puede ser, autónomo. Tenemos entonces un punto de partida para tratar de explicarnos qué somos: seres, vivir, tener vida, ser, eso es existir. Desde que nacemos empieza este juego de tratar de buscar el “porque” a absolutamente todo, es aquí donde cito mi libro favorito el túnel de Ernesto Sabato (1948), “¿por qué esa manía de querer encontrar explicación a todos los actos de la vida?”, en mi opinión, el porqué es sencillo, porque el ser humano para vivir necesita certezas, necesita buscar la verdad, a las cosas inexplicables le buscan atajos para darle explicación, como cuando los griegos necesitaban saber de qué forma era la tierra, es aquí cuando hacían esas grandes reuniones en donde el principal tema era filosofar, buscar la verdad. A lo largo de la vida humana, hay una pregunta que nos ha seguido siempre en nuestros momentos de silencio, ¿qué somos?, aquí volvemos al comienzo de este ensayo y lo defino personalmente: Somos, pues, seres que buscan ofrecerle al mundo, durante todo el tiempo que perdure nuestro existir muestras de que existimos; nuestro cuerpo y lo que creamos con él, nuestras huellas, nuestra historia. Y más allá de aquello, existe a un nivel inmaterial, el pensamiento, proceso por el cual llegamos a dar con todas nuestras alegrías, placeres, dudas y angustias. El pensamiento es un proceso complejo, pues es en sí algo intangible, es decir, no es material, sin embargo esta cosa intangible se manifiesta de manera tangible en los hechos, en las acciones, en las obras, en lo que creamos, en lo que creemos. Cuerpo y alma, esencia.

“Pienso luego existo” Descartes. El hombre, a diferencia de las cosas, es lo que es a través de su pensamiento, sus ideas, sus reflexiones, su profundidad, su ignorancia, su superficialidad. Es decir que un hombre que tenga ideas profundas es un hombre de ideas profundas, es un hombre profundo. Un hombre de ideas superficiales, cuyos pensamientos nunca pasan por un punto de reflexión, es un hombre para ser superficial. Las cosas (una piedra, un libro) no necesitan saber de su historia para ser lo que son. A diferencia del hombre que quiera o no, sí necesita conocer historia para ser lo que son, y de su sociedad para ser hombres, porque lo que es precisa y puramente humano es justamente eso: el tratar de entender por qué somos lo que somos. El hombre nace, crece y se organiza, convive. Enseña a las generaciones más jóvenes como se vive y como se convive. Por eso decimos que el hombre es un ser social, porque convive, se relaciona, está en contacto con otros de su misma especie. Durante el transcurso de este proceso, él ama, odia, comparte, aprende, reflexiona, razona, expresa, hace historia, experimenta, cambia, sufre, envejece, lo más resaltante de todo ese proceso es que en cada etapa, busco y adquirió conocimientos, algunos autores como Alavi y Leidner (2003) definen el conocimiento como “Información

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